Fundado en 1910

16 de mayo de 2024

Demostración de vehículos de combate del Ejército de Tierra en la playa

Demostración de vehículos de combate del Ejército de Tierra en la playaMinisterio de Defensa

Defensa  El Ejército, el personal y los problemas

Ahora resulta que no hay tenientes coroneles ni comandantes suficientes. ¿Acaso han abandonado el Ejército? No creo que sea en número significativo

Me gusta leer. Es un vicio como otro cualquiera. Me gusta leer bastante. Algunos achacan a eso mi miopía cada vez mayor, ahora transformada en «vista cansada». Otros al caos en mis pensamientos. Yo lo achaco a que me intereso en casi todo (bueno, en estudios de «género», no; lo siento) y que, a mis años, intento extraer consecuencias de mis lecturas.
El caso es que, el otro día, atrajo mi atención un artículo que indicaba que el Ejército de Tierra tenía un grave problema de personal en los empleos de capitán a teniente coronel. Faltaban unos ochocientos, decía. El texto estaba basado en un informe de la Dirección de Personal de dicho Ejército al que el redactor había tenido acceso con bastante detenimiento, pues recogía cuadros y puntos de vista del mismo, que, al parecer compartía.
Gracias a esa filtración u obtención irregular (quizá hayan cambiado las normas sobre custodia de documentos oficiales), pude tomar conocimiento de la situación. Con todo, mi sorpresa mayor fue constatar que el documento, magnífico trabajo de Estado Mayor, proponía medidas que llamaban mi atención por lo, en mi opinión, poco acertadas. Se limitaba a identificar que el problema de la falta de oficiales se iniciaba con la escasa entrada inicial que se conseguía en la Academia General Militar y después «mareaba la perdiz» con la aportación a puestos en organismos conjuntos.
El Ejército ha estado lidiando con sus plantillas (o composición numérica) desde antes de que desapareciera el servicio militar obligatorio y se pasara a un ejército «profesional». No trato aquí el problema de reclutamiento de la tropa; ya llegará el momento. No. Voy con el tema de los cuadros de mando y, concretamente, el de oficiales.
Desde que empezaron a interesarse los sociólogos españoles en estos temas, hemos tenido opiniones para todos los gustos, casi siempre negativas, aunque no voy a decir que todas desacertadas.
Que si el «número de generales es elevado», que si hay «demasiados coroneles», que «no existe una pirámide de empleos adecuada», etc., etc. Que si había que abandonar el modelo de ejército «vocacional» (por supuesto anquilosado, obsoleto, ineficaz) y pasar a uno «ocupacional» (moderno, adaptado, eficaz) como los anglosajones. Yo me lo creí todo y leí a Busquets, a M. Paricio, a Olmedo, a Huntington, a Janowitz y a Moskos, entre otros.
Mientras, emulando a Azaña y su «gabinete negro», la legislación cambió: se «modernizó, adaptó a la situación presente (la de entonces) y se racionalizó», se dijo en su momento. Diez años más tarde se volvió a «modernizar, adaptar y racionalizar». Pero la política de Personal del ET (aunque no soy un experto en ello) siguió siendo la previa a la de la «modernización, adaptación y racionalización». Me parece que se evitó crear dificultades al mando político (ceses, supresiones, creaciones,…), se fueron poniendo apósitos cuando el problema estaba gangrenado, se evitó dañar la ambición (honrada o no) de algunos y se siguió mirando al frente, o mejor dicho a lo alto, sin ver lo que había alrededor.
Ahora resulta que no hay tenientes coroneles ni comandantes suficientes. ¿Acaso han abandonado el Ejército? No creo que sea en número significativo: las líneas aéreas no necesitan muchos carristas ni artilleros (especialmente antiaéreos). Pese a las ofertas de trabajo de algunas empresas no estamos como en los ’80 cuando la Reserva Transitoria fue un «éxito», aliviando a las unidades de capitanes necesarios en ellas (pero también en las empresas ávidas de expertos en logística, seguridad o gestión de recursos humanos) en vez de facilitar la salida de los coroneles y tenientes coroneles excedentarios. ¿Que están en Organismos conjuntos? ¿Tantos mandos espaciales, sean de Ciberespacio o del Espacio a secas, se han creado? ¿Hay agregadurías en todos los países del mundo mundial? Me parece que no. ¿Entonces?...
Tampoco hay capitanes y esto sí me parece más grave: Pero: ¿hay tenientes? Y me parece que tampoco y eso me parece aún más grave.
La solución de Estado Mayor: que asciendan antes a los empleos necesarios. Ya está resuelto el problema. Pero yo, pregunto al docto «doctor» firmante de la propuesta: ¿No habrá efectos secundarios? ¿No habrá trombos o tapones? ¿No se generará otro problema? ¿No habrá estancamientos, desilusiones, frustraciones? Y lo de los tenientes: ¿cómo se arregla? Ah, sí: como el Centro Universitario Adscrito a la Academia General Militar suspende a muchos cadetes, démosle la opción de que suspenda a más aumentando las plazas de ingreso.
En este aspecto me van a perdonar una pequeña digresión. Comprendo que la implantación del Plan Bolonia «obligó» a corregir la enseñanza militar superior y se aprovechó para proporcionar a los oficiales un grado universitario que favoreciera su acceso a trabajos en la vida civil. En principio no me parece mal. Los estudios superiores militares estaban ya equiparados a un Máster universitario, pero mejor algo más concreto. La confusión me llega cuando quien determina la aptitud de una persona para la carrera de las armas, quien tutela y valida hasta las prácticas en la Unidades militares es un organismo ajeno a las Fuerzas Armadas.
Mi pobre mente no entiende cómo unos alumnos que han ingresado con un mínimo de 12, 271 puntos en la EVAU tienen una tasa de éxito o eficacia menor que alumnos de la Universidad de Zaragoza a los que, para acceder a una ingeniería, se les ha exigido un 11,665 de corte (Ingeniería Informática en esa Universidad, no digamos IOI en la Almunia…). Así que: o las notas de la EvAU se asignan por sorteo (ya sé que cada comunidad autónoma evalúa a su aire), o los cadetes de la AGM sufren de estupidez una vez se colocan los cordones rojos (no creo que sea por carga de trabajo con asignaturas militares: tres créditos de formación militar, por doce de Matemáticas, otros tantos de Física y seis de Química, por citar algunas asignaturas) o por la educación física a la que se dedican «tres semanas» (entiendo que 120 horas a lo largo del curso)… O a lo mejor resulta que el profesorado no es eficaz, ni adecuado, ni colaborativo. O que el rectorado, al que se regala con condecoraciones sus despectivas declaraciones sobre sus alumnos, está más en sus cabildeos promocionales, sus mamandurrias o su carrera.
Y digo yo, ¿no será mejor?:
–adaptar plantillas,
–destinar a puestos conjuntos a quienes cuenten con la cualificación necesaria para el puesto (independientemente del empleo consolidado),
–promover a empleos temporales,
–formar oficiales temporales, de «complemento»,
–reorientar la reserva voluntaria,
–cualificar suboficiales como jefes de sección,
–tomar en mano la Academia General Militar
–…
Claro que eso nos obligará a abrir nuestras mentes, ampliar el abanico de soluciones, salirnos del cuadro de lo usual.
Pero por ahora: no hay oficiales, ¿no?
Claro que visto eso me surgen más cuestiones: ¿están cualificados?, ¿hay suboficiales?, ¿hay soldados?
Comentarios
tracking