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16 de mayo de 2024

La líder de Vox en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, durante el acto de cierre de campaña de Vox, en la Plaza de Colón

Rocío Monasterio, durante el acto de cierre de campaña de Vox, en la Plaza de ColónEuropa Press

La difícil situación de Rocío Monasterio tras la salida de Espinosa de los Monteros

Desde su equipo trasladan a este periódico que la que ha sido portavoz de Vox en Madrid durante cuatro años se queda, y que todo sigue igual en la región

En los últimos meses se ha especulado mucho sobre el futuro político de Rocío Monasterio. Primero, se puso en duda si sería ella quien encabezaría de nuevo la candidatura de Vox en Madrid para las elecciones autonómicas del 28 de mayo; después, se puso sobre la mesa la posibilidad de que fuera incluida en las listas al Congreso por esta circunscripción para las generales del 23 de julio, y ahora se dilucida en torno a si quien ha sido una de las impulsoras del partido y uno de sus rostros más visibles desde sus inicios seguirá o no al frente de la formación en Madrid.
Y especialmente ahora que Iván Espinosa de los Monteros, su marido, ha dicho adiós a la primera línea política de Vox de forma inesperada, y en un contexto de elucubraciones sobre el distanciamiento de la cúpula o la existencia de dos alas y críticas de exdirigentes hacia la deriva del partido de Santiago Abascal, semanas después de la pérdida de 19 escaños y más de 600.000 votos el 23-J. No obstante, desde el equipo de Rocío Monasterio trasladan a este periódico que todo sigue igual en Madrid y que ella se queda.
La situación de la que ha sido durante estos cuatro años portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid es complicada entre otras cosas porque el 28-M el partido perdió tres escaños respecto a 2021, quedándose en 11 diputados, y, sobre todo, dejaba de ser condicionante para el Gobierno autonómico, dado que Isabel Díaz Ayuso había ganado con mayoría absoluta. La presidenta popular ya no necesitaba el apoyo que durante las dos legislaturas anteriores había requerido de Vox tanto para las investiduras como para sacar adelante más de 20 leyes.
El presidente de VOX, Santiago Abascal, posa junto a Rocio Monasterio (i) y Javier Ortega Smith (d) este viernes, durante un acto público de presentación de candidatos de Madrid. EFE/ Mariscal

Santiago Abascal, junto a Rocio Monasterio y Javier Ortega Smith, en la presentación de candidatos para el 28-MEFE

El final de la legislatura asistió a una tensión cada vez mayor entre el Partido Popular y quien hasta noviembre de 2022 había sido su socio preferente en la Cámara regional, Vox. La negociación fallida sobre los presupuestos para el próximo año fueron el motivo del distanciamiento, en un contexto en el que, por otra parte, ambos partidos buscaban marcar perfil propio de cara al año electoral. Vox, molesto con el PP por no aceptar sus enmiendas, y el PP molesto porque los de Monasterio le tumbaran sus cuentas públicas, se embarcaron en una discusión que parecía irreconciliable.
La gota que colmó el vaso fue el rechazo de Vox a la reforma fiscal para inversores extranjeros que impulsó el Ejecutivo regional. El partido exigía que esa medida fuera aplicada a todos los madrileños, y el 'no' que adelantaron Monasterio y el propio Abascal, que remarcó que ninguna presión política ni mediática les movería de su posición, se llevó a término y provocó que Díaz Ayuso, en el último pleno de la legislatura, escenificara su ruptura con Vox. Lejos de cambiar de postura, el partido arrancó la campaña insistiendo en que no darían su apoyo gratis y que exigirían respeto para sus votantes en todas las negociaciones.
Abascal, en la presentación de candidatos de Madrid para el 28-M, hizo especial reconocimiento tanto a Monasterio como a Javier Ortega Smith, precisamente después de varios meses en los que el rechazo a medidas impulsadas por los gobiernos de Díaz Ayuso o de José Luis Martínez-Almeida les había acarreado muchas críticas.
«Hay una derecha social que prácticamente quiere beatificar a una presidenta autonómica y a un alcalde, y parece que no se puede disentir, que estamos obligados a darles la razón», manifestó, indicando que Ortega Smith y Monasterio habían recibido una «presión brutal» de medios y lobbies para no disentir en ninguna votación. «Habéis tenido la situación más difícil de toda España. Eso lo sabemos todos y lo reconocemos», expresó.
El día después del 28-M, donde Vox duplicó sus votos respecto a 2019 y Madrid fue la única región donde perdió escaños, Abascal, sin mencionar a Monasterio, trasladó que analizarían los resultados y se limitó a señalar que «unos resultados parciales no pueden empañar unos resultados generales que han sido extraordinarios».
Al convocarse las elecciones generales, hubo quien pensó que la líder de Vox en Madrid iría en las listas al Congreso, pero no fue así. En la investidura de Díaz Ayuso, Monasterio se congratuló de haber ejercido una «poderosísima influencia» al considerar que la presidenta madrileña, a su juicio, había hecho suyo parte del discurso de Vox y le tendió la mano para la nueva legislatura.

Vox niega crisis interna

La marcha de Espinosa de los Monteros, que deja la primera fila alegando motivos personales y familiares, aunque continúa como militante de base, ha vuelto a poner en el foco político y mediático la situación interna del partido de Abascal. No obstante, desde Vox niegan que exista crisis alguna y cargan contra la campaña de «demonización» llevada a cabo desde los medios con el objetivo de intentar «enterrar» a su formación.
Este viernes, el secretario general, Ignacio Garriga, arremetió contra las «manipulaciones» y las «burdas mentiras» vertidas sobre Vox, y tildó de «fabulaciones» y «ficciones de terror falsas» las informaciones que han circulado en torno a las luchas internas entre dos alas del partido y las críticas con la dirección nacional, al tiempo que criticó que se hayan puesto en entredicho los motivos por los que Espinosa de los Monteros ha renunciado.
«No vamos a dar ni un paso atrás en la defensa de los principios que llevaron a fundar este movimiento político», afirmó el número dos de Abascal, y defendió que «Vox está más fuerte que nunca».
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