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29 de abril de 2024

Caso de la Guardería de Pozuelo de Alarcón

Caso de la Guardería de Pozuelo de AlarcónEl Debate

Tres cuidadoras más de la guardería de Pozuelo detenidas: los padres, indignados y desconfiados

Han quedado en libertad con la prohibición de no acercarse al colegio. La operación sigue abierta

Eran las ocho y media de la mañana cuando tres mujeres llegaban a la cola de la comisaría de Pozuelo de Alarcón en Madrid. Las habían citado los agentes que investigan los presuntos malos tratos a bebés de entre dos y tres años en el centro educativo. Una de ellas entraba corriendo, las otras dos aguantaban estoicamente su turno en la cola. Una fumaba de forma compulsiva. Las dos se habían puesto las capuchas de sus abrigos y miraban al suelo.
«Venimos a declarar», confesaron al preguntarles. «Pero en realidad nosotras no sabemos nada. Patri, tú no les digas nada más», le pidió una compañera. Nada más entrar les leyeron sus derechos y las esposaron: la orden la había dado el juez instructor tras visionar las imágenes de las cámaras de seguridad del centro. Según fuentes de la investigación, no quedaban en buen lugar.
Sobre las doce y media del mediodía, las dos trabajadoras eran conducidas esposadas hasta los juzgados de Pozuelo. Ninguna ha querido decir nada en la entrada. A Su Señoría le han explicado que son inocentes y que no han hecho nada. El magistrado las ha dejado en libertad con la prohibición de acercarse al centro escolar a una distancia inferior a 500 metros.
La guardería ha perdido en poco más de un mes a cinco trabajadoras y se ha ganado la desconfianza de multitud de padres que han cambiado a sus hijos de colegio a mitad de curso. Los progenitores han recibido la noticia indignados. «Detienen a dos y piensas que pueden ser dos garbanzos negros, pero ahora se llevan a tres más y uno empieza a plantearse si los malos tratos era la forma de comportamiento más habitual. ¿Qué estaba pasando en esas aulas? ¿Nadie se dio cuenta en este tiempo?», se pregunta en voz alta un padre de un bebé del colegio.
Los investigadores del caso no han terminado todavía de revisar todas las imágenes. Y la Policía anuncia oficialmente que la operación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.
La mecha que hizo estallar esta investigación la encendió una profesora en prácticas. Durante las mismas, ella detectó que había comportamientos muy poco profesionales e incluso, a sus ojos, delictivos. Decidió aguantar dos meses en el puesto de trabajo y grabar todo: así podría acreditar su palabra. Recopiló varias escenas que sumadas son diez minutos de video. Según los investigadores, «hay que estar muy preparado psicológicamente para verlos».

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