Los Reyes le siguen trayendo carbón a Sánchez

Un año más llega la festividad de los Reyes Magos, el momento en que los católicos celebramos la primera Epifanía de Cristo. Esta festividad de la Iglesia Católica tiene un especial arraigo en España, en donde los Reyes Magos pasan por las casas dejando regalos.

Hace cuatro años, un grupo de socios del grupo Qveremos (que venimos publicando propuestas en El Debate desde el pasado otoño), fuimos hasta las mismas puertas del Palacio de la Moncloa el 5 de enero con seis sacos de carbón. Diversos medios (Ok Diario, 20 Minutos, La Razón, Antena 3, Cambio 16) contaron la historia y nuestras razones, como se puede ver en cualquier buscador. Cuatro años es el tiempo de un mandato legislativo y ejecutivo en nuestro sistema político. Un tiempo más que suficiente para mirar con perspectiva la labor de un Gobierno, aunque ahora mismo no coincida con unas elecciones.

Por entonces, señalábamos en nuestro comunicado relatando la entrega del carbón que la festividad de los Reyes Magos incorpora un aspecto propio en España que es hacer balance del año. La llegada de los Reyes Magos a cada casa y, en especial, los regalos que se reciben tienen que ver con lo bien o mal que uno se haya comportado, al punto de que aquel que no ha cumplido en el año sus Majestades se lo hacen ver entregándole carbón. Este balance, dijimos, no es exclusivo de las familias, también corresponde a los políticos, instituciones y, cómo no, al presidente del Gobierno. Por eso resultaba y sigue resultando muy pertinente la pregunta de si los Reyes Magos irán a Moncloa y, en ese caso, ¿qué traerán?

No sabemos si los Reyes les habrán seguido trayendo seis sacos de carbón al año. En caso de ser así, habrían caído ya más de treinta en cinco años

Decíamos entonces que para tratar de adivinar los regalos que puede esperar Pedro Sánchez convenía hacer un balance de su actividad aquel año. Balance que solo puede hacerse valorando si el presidente en su acción de Gobierno ha buscado el bien común de los españoles, que es lo que corresponde a todo gobernante. De aquel análisis sacábamos que merecía seis sacos de carbón: 1º por algunos proyectos legislativos en marcha como la sectaria, adoctrinadora y estatista ley Celaá, o la destructiva ley de eutanasia (cuyos resultados no parecen haber satisfecho a sus promotores, que últimamente demandan que muera más gente de manera voluntaria); 2º por sus constantes ataques a la separación de poderes y al Estado de Derecho colonizando instituciones y buscando suprimir la independencia de la Justicia (la UE nos salvó de una eliminación total), con la torcida intención de que los jueces no fueran (como han sido) un obstáculo a las concesiones del Gobierno a los independentistas; 3º por no mostrar en su modo de gobernar el menor respeto por el bien común, ya fuera por el ataque a otras instituciones como la Comunidad de Madrid, ya por las constantes mentiras, la falta de transparencia, el excesivo gasto político o el intento de controlar los medios de comunicación.

Han pasado cuatro años y, como cualquiera puede leer a diario en El Debate, el balance del Gobierno no ha ido a mejor. No sabemos si los Reyes les habrán seguido trayendo seis sacos de carbón al año, o alguno más. Pero en caso de ser así, habrían caído ya más de treinta sacos de carbón en la Moncloa en cinco años. Un balance desolador que quisimos simbolizar con aquella tonelada de carbón a las puertas de la Moncloa.