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Santiago Abascal y Alberto Núñez Feijóo

Santiago Abascal y Alberto Núñez Feijóo

En cifras máximas

El mejor momento de la derecha en los sondeos coincide con un repunte de las tensiones entre PP y Vox

El apoyo de los populares al segundo decreto ómnibus y la renovación de la Junta Electoral Central provocan nuevas hostilidades en público y en privado entre las dos formaciones

El momento de mayor pujanza de la derecha en los sondeos coincide con un repunte de las hostilidades entre el PP y Vox. Un clima que no ayuda a las negociaciones para aprobar los presupuestos en las comunidades donde gobernaron juntos hasta la salida de Vox, el pasado julio: la Comunidad Valenciana, Castilla y León, Murcia, Aragón y Extremadura. Además de Baleares, cuyo Ejecutivo contaba con apoyo externo.

Todas las encuestas privadas publicadas en lo que va de año sitúan la suma de ambas formaciones por encima de los 190 escaños, con Vox en máximos. La que publicó El Debate el 26 de enero otorgaba a los dos 194 escaños en su horquilla más amplia, y hasta la que El País publica este lunes reconoce que el bloque de derechas ya ronda una intención de voto del 47 %, dos puntos por encima de las mayorías absolutas de José María Aznar y Mariano Rajoy en 2000 y 2011, respectivamente.

Estas cifras de récord se producen en un contexto de tensión entre el partido de Alberto Núñez Feijóo y el de Santiago Abascal. En la última semana se han producido dos encontronazos entre ambos a cuenta del voto favorable del PP al segundo decreto ómnibus y de la renovación de la Junta Electoral Central, que lleva más de un año con el mandato caducado.

A este último respecto, Vox se desayunó este lunes con una noticia de El País que aludía a un supuesto pacto entre el PSOE, el PP y Sumar para excluir a Vox del nuevo reparto, por lo que la formación de Abascal proclamó en sus redes: «Queda claro quiénes son los socios del PP. Cuando hablen de encuestas, que dejen de decir ‘la mayoría de PP y VOX suma’ y empiecen a decir ‘la mayoría de PP y PSOE suma’».

No obstante, desde el PP se apresuraron a negar cualquier acuerdo y a recriminar a Vox que ni siquiera preguntaran antes de acusar: «Que Vox dé más credibilidad al Grupo Prisa que al Partido Popular demuestra la conjunción de intereses que hay entre el partido de Pedro Sánchez y el partido de Santiago Abascal. Pudieron preguntarnos antes si lo que publica El País es verdad, pero emitieron su valoración sin hacerlo», señalaron fuentes de la formación.

Y añadieron: «El PP pudo utilizar recortes de prensa la pasada semana para atacar a Vox. No lo hizo. Es evidente que el problema de Abascal es Feijóo. Pero el de Feijóo, y el de España, es Pedro Sánchez». Según Génova 13, la pasada semana dieron «orden expresa» a sus dirigentes de no atacar a Abascal tras la información de El Confidencial acerca de los pagos de una productora a su mujer.

La semana pasada, Abascal y su formación fueron muy críticos con los populares por anunciar su respaldo al decreto ómnibus pactado entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont. El líder de Vox acusó a Feijóo ser la «comparsa» de Sánchez y le recriminó su «incapacidad para ejercer la oposición como Dios manda en estos momentos, que tiene que ser una oposición frontal en el Parlamento, en los tribunales y en las calles».

Y el aludido le respondió, en un acto sectorial sobre vivienda: «Tampoco podemos aceptar lecciones de Vox. Respeto su posición en este decreto, pero añado: de quien apoyó la reforma de las pensiones de Sánchez en 2023, de quien dio vía libre a Sánchez para mangonear con los fondos europeos sin control alguno, de quien a menudo parece que tiene más interés en sustituir al PP que en sustituir al PSOE, en esto no podemos aceptar lecciones. Ni chantajes ni presiones», zanjó. Con lo de los fondos europeos, Feijóo se refería a un decreto ley del Ejecutivo para articular las ayudas de la UE que Vox salvó con su abstención en enero de 2021. Abascal reconoció tiempo después que se había tratado de un «error involuntario».

Este lunes, el portavoz de Vox, José Antonio Fúster, insistió: «Cualquier pacto con Sánchez es un balón de oxígeno para que siga atrincherado en Moncloa y eluda el banquillo de los acusados». Y Feijóo volvió a replicar durante su intervención ante la Junta Directiva Nacional del PP: «La oposición de tumbona, de sarao y de dedito levantado que se la queden otros, no es para mí», afirmó. Poco después, Abascal escribió en X: «Me echaré en una tumbona solo después de recorrer España y el resto del mundo para que sepan que PP y PSOE han traicionado y estafado».

Paradójicamente, el año 2024 terminó con un acercamiento entre los dos partidos, e incluso con un almuerzo privado entre dirigentes de ambos. El partido de Abascal respaldó públicamente la vía Junts -la única posible- si con eso Feijóo podía presentar y ganar una moción de censura que desembocara en la convocatoria inmediata de elecciones generales.

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