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La vicepresidenta Yolanda Díaz junto a los ministros Pilar Alegría y Carlos Cuerpo

La vicepresidenta Yolanda Díaz junto a los ministros Pilar Alegría y Carlos CuerpoEFE

La «diplomacia» de la vicepresidenta

Yolanda Díaz pide al PP su voto para la reducción de la jornada laboral y después lo insulta

La vicepresidenta y Carlos Cuerpo comparecen juntos en la Moncloa para mandar un mensaje de unidad tras las tensiones entre ambos. Díaz también emplaza a Junts, pero con otras formas

El Gobierno lo llama «proyecto de país». Y además es, probablemente, el último cartucho que le queda en la recámara a Yolanda Díaz para salir de la crisis en la que está inmerso Sumar. El Consejo de Ministros aprobó este martes el anteproyecto de la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas, después de semanas de tira y afloja entre la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y el de Economía, Carlos Cuerpo. Ella llegó a llamarle «mala persona», aunque luego lo negó.

El mensaje que quiso mandar la Moncloa sacando a escena a Díaz y a Cuerpo juntos, flanqueando a la portavoz del Ejecutivo, era claro: el de la unidad ante la negociación parlamentaria que viene ahora, que no será fácil. «Las diferencias las resolvemos con mucho amor y mucha síntesis», llegó a decir la socia de Sánchez.

El titular de Economía fue menos poético: «Compartimos la necesidad de avanzar en la reducción de la jornada y hacerlo lo más rápido posible. Toca trabajar conjuntamente», sostuvo durante la rueda de prensa. No obstante, Díaz ya ha dejado claro que quiere llevar la voz cantante. De hecho, ha hablado con Carles Puigdemont, según fuentes de su equipo.

La vicepresidenta pidió el voto al PP a su manera. O, más bien, retó a Alberto Núñez Feijóo: «Yo quiero mandarle un mensaje al PP. La pregunta que me hago es si el PP va a utilizar y a aprovechar este cambio histórico para reconciliarse con los trabajadores y las trabajadoras de su país, porque sus votantes también quieren ver reducida la jornada laboral, o va a cometer el mismo error que cometió con la reforma laboral. Ésta es la pregunta», señaló Díaz.

Después subió el tono y tildó al PP de «oposición absolutamente destructiva que no le aporta nada a su país» y de «oposición inútil». «Son los del no, por no decir del vodevil que vimos la semana pasada», añadió, en alusión al cambio de voto del PP del primer decreto ómnibus al segundo.

Cabe recordar que, en febrero de 2022, la reforma laboral de Yolanda Díaz salió adelante con el voto en contra del PP, entonces liderado por Pablo Casado, y únicamente por un voto de diferencia: el del diputado popular Alberto Casero, que se equivocó en el voto telemático. No solo votaron en contra el PP y Vox: también ERC, Bildu, Junts, la CUP, el BNG y Foro Asturias, aunque de aquello no se acordó la también ministra de Trabajo.

Ésta fue mucho más templada a la hora de dirigirse a Junts. Hasta el punto de corregir a una periodista que le preguntó por las amenazas del partido de Puigdemont de oponerse a su medida estrella. «Las formaciones políticas no amenazan, lo que hacen es dialogar y negociar», matizó. En este sentido, prometió emplearse a fondo para convencerlos. A su lado, Pilar Alegría reconoció: «No somos ingenuos, nos adentramos en una negociación difícil».

Aunque las conversaciones con los grupos parlamentarios ya están en marcha, la reducción de la jornada laboral aún tardará varias semanas -como poco- en llegar al Congreso. De momento lo que aprobó el Consejo de Ministros este martes fue el anteproyecto de ley. Ahora diversos órganos consultivos -el Consejo de Estado, el Consejo Económico y Social…- deberán pronunciarse sobre el mismo y, después, el texto volverá al Consejo de Ministros, ya como proyecto de ley. Entonces sí, el siguiente paso será la tramitación parlamentaria. El Gobierno solicitará aplicar la vía de urgencia para reducir los plazos a la mitad.

Lo que ni Díaz ni Cuerpo quisieron aclarar fue si Sánchez tuvo que llamar a ambos a capítulo ante el cruce de declaraciones públicas en el que se enzarzaron hace unas semanas. El presidente, por cierto, no presidió el Consejo de Ministros de este martes, a pesar de que su socia habló de un «día histórico»: a esa hora Sánchez estaba en Zaragoza, visitando la planta de la multinacional farmacéutica Novartis, especializada en la producción de radiofármacos utilizados contra el cáncer.

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