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Negativa de García Ortiz a dimitir

El fiscal general, Álvaro García Ortiz, durante su comparecencia en la Comisión de Justicia, en el Senado

Senado

García Ortiz asegura que su dimisión «debilitaría» la imagen de la Fiscalía frente a los «delincuentes»

«Yo no me aferro a ningún cargo. Yo creo en la Institución que defiendo», ha asegurado en su comparecencia de esta tarde en la Cámara Alta

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha vuelto a reiterar en el Senado que no piensa dimitir. Sería «mucho más cómodo», pero hacerlo dejaría en una situación de «debilidad» a la Fiscalía y a quien le suceda en el cargo, ha advertido en su comparecencia de esta tarde en la Cámara Alta para presentar el informe de la Institución, correspondiente al año 2023. García Ortiz sostiene que su salida como máximo responsable del Ministerio Público abriría una «brecha» que sería utilizada por fenómenos criminales como el terrorismo o el narcotráfico.

«Desde el punto de vista personal, para mí sería más cómodo marcharme. Yo no me aferro a ningún cargo. Yo creo en la institución que defiendo y por eso me quedo en ella», ha asegurado García Ortiz en diferentes ocasiones durante su intervención, mientras tanto Partido Popular como Vox le invitaban a renunciar, por un «mínimo de dignidad» y «respeto» a la Carrera que representa.

Sin embargo, la posición del titular del Ministerio Público ha sido tajante: «Estaría haciendo una concesión, una concesión a los delincuentes, una concesión a otras personas», y «eso sí podría colocar a la Fiscalía General en una situación de debilidad».

«Y la Fiscalía tiene que mostrarse fuerte, fuerte, muy fuerte. Porque los fenómenos delictivos que nos acosan (...) Las redes criminales transnacionales -el narcotráfico, el terrorismo internacional- son fenómenos que, como vean, un ápice de debilidad en quienes tenemos que perseguir el delito, no van a dudar en utilizarlos», aseguraba García Ortiz a modo de advertencia.

«No me puedo defender» de los ataques

Sin embargo, al mismo tiempo, el fiscal general aseguraba ante los senadores que hoy le interpelaban en la sesión de control a la actividad de la Fiscalía, que se siente indefenso ante la situación procesal que le ha tocado vivir.

Es «fácil» meterse con el fiscal general, tanto en esta situación concreta como habitualmente porque, le designa el Gobierno de turno, para el ejercicio de sus competencias, pero ha asegurado que se debe a la imparcialidad y a la neutralidad. «No hablamos el mismo lenguaje. Si hablásemos el mismo lenguaje yo dejaría de ser fiscal general, me convertiría en un parlamentario», ha espetado.

«Yo no me puedo defender, no puedo salir al campo político, independientemente de mi imputación, y contestar a todas las cosas que generalmente se le dicen a un fiscal general. Porque si lo hiciera, porque si aterrizara en la arena política, perdería la condición de neutralidad. Perdería esa condición que es la que hace que pueda realizar mi función», ha lamentado.

En este sentido, ha defendido que, si bien «es sano en democracia» que cada cual ejerza sus competencias, «el exceso de ejercicio de las competencias también es un problema en democracia». «Nadie puede excederse en el uso de sus competencias porque estaremos equivocando los campos de juego en los que estamos cada uno», reflexionaba en alusión a los senadores que, hoy, han estado presentes.

Ante todos ellos ha vuelto a insistir en su derecho, y obligación, de borrar todos los chats y correos de sus dispositivos para proteger los datos de los que es «custodio». Una información que, en sede judicial, durante su interrogatorio en el Supremo, calificó de ultrasensibles. «Borro tanto porque es mi derecho a disponer de mi intimidad (...), como porque cumplo las previsiones legales para proteger mis datos» y las informaciones de las que, precisamente, tiene obligación de guardar secreto.

García Ortiz, por lo tanto, ha sostenido su versión de que vacía «regularmente» los datos contenidos en su teléfono móvil, al tiempo que ha aclarado que su cuenta personal de correo electrónico no la eliminó aprovechando el arranque de las pesquisas en su contra, el pasado octubre, sino «el 27 o el 28 de diciembre» ante «el acoso» que asegura haber vivido después de que se revelara la dirección de e-mail de la que era titular en el momento de recibir el expediente completo con los datos del novio de Isabel Díaz Ayuso.

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