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La vicepresidenta Montero y el ministro Torres con la consejera de Economía catalanaEFE

Rehén de sus pactos

El Gobierno no se detiene en la quita millonaria y avanza hacia el cupo catalán

Algo más se mueve estos días entre socialistas e independentistas: una financiación privilegiada para Cataluña. Este viernes el Gobierno central y el catalán celebrarán una reunión clave

El que fuera consejero de Economía de la Generalitat en tiempos de Artur Mas fue el que puso el cascabel al gato con mayor claridad este miércoles. En una entrevista en TV3, Andreu Mas-Colell señaló que la condonación de la deuda propuesta por el Ministerio de Hacienda es solo el principio. «Un pago a cuenta», lo definió, y pronosticó que le seguirá la llamada 'financiación singular' de Cataluña.

En la Moncloa siempre son contrarios a «adelantar pantallas», como lo definen. De hecho, suelen reprochar a los periodistas que siempre intenten anticiparse al siguiente movimiento del Gobierno. No obstante, en esta ocasión ya se atisba en el horizonte con claridad, aunque en el Ejecutivo sea un tema tabú del que los ministros no hablan: el cupo catalán.

Algo más se mueve estos días entre socialistas e independentistas, y ese algo es una financiación privilegiada para Cataluña, una vez saldado el compromiso que adquirió Pedro Sánchez con ERC de hacer desaparecer 17.104 millones de la deuda catalana con el Fondo de Liquidez Autonómico.

La Comisión Bilateral del viernes

Este viernes, el Gobierno central y el catalán celebrarán una Comisión Bilateral de de Asuntos Económicos y Fiscales, con el cupo catalán como tema estrella; que fue el mayor peaje que ERC puso a Salvador Illa para investirlo como presidente de la Generalitat el pasado agosto. En realidad, la del viernes será la cuarta reunión bilateral en las últimas semanas, porque también las ha habido sobre transferencias e infraestructuras.

No por casualidad, el pasado sábado Illa se reunió por primera vez con el líder de Esquerra, Oriol Junqueras. Hablaron de deuda, pero también del modelo de financiación. Así lo deslizó este miércoles el propio Junqueras en una entrevista en Antena 3, dentro de la tournée de medios que está haciendo en los últimos días -incluida RNE-: «No puede ser que el modelo de financiación comporte que los ciudadanos reciban una cantidad de recursos claramente diferente. Y los que viven en Cataluña reciben muchísimo menos. Esto determina que los servicios públicos estén infrafinanciados», sostuvo.

Salvador Illa y Oriol Junqueras, el sábado en el Palacio de la Generalitat de CataluñaEuropa Press

En el Gobierno tienen un dicho que les vale para todo. Antes para la quita de la deuda, ahora para el cupo catalán: «Las negociaciones tienen que ser discretas y los acuerdos públicos». Traducido quiere decir que el Ejecutivo no informará hasta que el acuerdo esté cerrado con los independentistas. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, estuvo este miércoles casi toda la mañana en el Congreso, respondiendo a las preguntas de la sesión de control y a una interpelación del PP sobre impuestos. Ni dentro del hemiciclo ni fuera hizo la más mínima mención a la financiación catalana.

Después se marchó a la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, en la que se produjo un plante por parte de los consejeros del PP, que exigieron de una vez por todas una reforma integral del sistema de financiación autonómica. Los populares se barruntan que habrá financiación a la carta para Cataluña pronto y para el resto, ni lentejas. En una contorsión de 180 grados, Montero utilizó ese plante para culpar a Alberto Núñez Feijóo de que no haya nuevo modelo. «Feijóo lleva años pidiendo la reforma del modelo de financiación autonómica, pero luego rechaza la propuesta del presidente Sánchez para constituir una mesa de trabajo entre los dos partidos para abordar esta materia fuera del foco y de los taquígrafos. Para intentar avanzar», lamentó la número dos del Ejecutivo.

En el Gobierno afirman que las cosas les están saliendo bien esta semana, después de varias enfangados en la corrupción, las peleas dentro de la coalición (primero por la reducción de la jornada laboral, después por la tributación del salario mínimo) y las advertencias de Carles Puigdemont. A Pedro Sánchez se le vio menos tenso en la sesión de control de este miércoles en la Cámara Baja que en las dos anteriores.

Junts ha retirado su proposición no de ley sobre una cuestión de confianza y, aunque el martes amagó con oponerse a la condonación de la deuda cuando haya que votarla en el Congreso, ayer el propio Puigedmont reculó, para satisfacción del Ejecutivo: «Junts ha pedido siempre la condonación de toda la deuda, pero que ahora se perdone una parte es mejor que no se perdone nada», reflexionó el fugado.

En Esquerra están contentos con haberse podido apuntar el tanto de la quita de 17.104 millones. Y el relevo en la cúpula del PNV ha salido a pedir de boca para Sánchez, porque con Aitor Esteban como nuevo presidente del partido, la continuidad de la alianza entre socialistas y peneuvistas está garantizada. Este miércoles, Esteban preguntó por última vez a Sánchez en una sesión de control parlamentario y se despidió de él. Al término del Pleno, en privado, tanto el presidente como la vicepresidenta primera se deshicieron en atenciones y carantoñas hacia el hasta ahora portavoz del PNV en el Congreso. Necesitan seguir teniéndolo como aliado en su nueva etapa como presidente de los nacionalistas vascos, y lo seguirán teniendo.