
Ione Belarra, durante la presentación de su candidatura este lunes
La ultraizquierda cainita
Podemos hace saber que no quiere pactar con Yolanda Díaz sino acabar con ella
La formación responde con desprecio a la mano tendida por la vicepresidenta en la asamblea de Sumar. Para la pareja de Galapagar es una cuestión personal, pero para Sánchez es también política
Podemos no quiere pactar con Yolanda Díaz, sino firmar su acta de defunción política. La suya y la de su proyecto, que este lunes Pablo Iglesias dio por acabado: «Sumar ya está políticamente muerto», señaló en RNE. Fue la respuesta del padre fundador de Podemos a la mano que, un día antes, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo tendió a los morados: «La gente quiere que caminemos juntas», sostuvo la socia de Pedro Sánchez.
Sumar celebró el fin de semana una asamblea para refundarse oficialmente en partido político, con el nombre de Movimiento Sumar. Y para encarar una nueva etapa sin Díaz al frente en lo orgánico, pero con Díaz como referente y principal valor. Si esto ya de por sí es contradictorio, lo es más el hecho de que la ministra de Trabajo aún no haya aclarado si será la candidata en las próximas elecciones generales. Izquierda Unida quiere que eso se decida en unas primarias, y hay otras confluencias que apuestan por una renovación: Díaz ya ha tenido sobradas ocasiones de demostrar su tirón electoral y todos los intentos han acabado en gatillazos. Solo el año pasado sumó cuatro: gallegas, vascas, catalanas y europeas.
El problema es que, con Díaz dentro, Podemos estará siempre fuera. Los morados jamás volverán a pactar una lista de unidad si ella es la candidata, puesto que la consideran la responsable de su expulsión del Ejecutivo. Para la pareja de Galapagar es una cuestión personal: Irene Montero reconoció hace unos meses que Díaz era «el mayor error político de Podemos», aunque fue Iglesias quien la designó sin primarias ni atisbo de democracia interna. Sumar y Podemos se han cosido a puñaladas mutuas en los últimos meses a cuenta de los escándalos protagonizados por Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero.
La mala noticia para Pedro Sánchez es que, siendo una cuestión personal, también es una cuestión política: la izquierda sabe que no tendrá opciones de reeditar el Gobierno de coalición si concurre a los próximos comicios dividida en tres. La última encuesta de Target Point para El Debate situaba la suma del PSOE, Sumar y Podemos en 139 escaños, en el mejor de los escenarios. En julio de 2023, el tándem formado por Sánchez y Díaz consiguió 152. Lo que no está tan claro es que a Podemos eso le importe.El rearme europeo y los compromisos adquiridos por Sánchez para aumentar el gasto en Defensa han agrandado la distancia entre Sumar y Podemos. Los unos se deben a la disciplina del Consejo de Ministros; los otros tienen las manos libres para llamar al presidente «señor de la guerra», como le llama Ione Belarra.
La líder de Podemos presentó este lunes su candidatura a la quinta asamblea del partido, que se celebrará los días 11 y 12 de abril, y dirigió duras críticas a Díaz, sin nombrarla. Belarra lamentó que en el Gobierno «solo manda Pedro Sánchez», dando a entender así que la vicepresidenta segunda es un cero a la izquierda. Justo ahora que Díaz sigue celebrando haber sido capaz de doblar al brazo a la todopoderosa María Jesús Montero para que los perceptores del salario mínimo no tributen en el IRPF.
Durante el acto de este lunes, la dirigente morada también llamó a «poner en pie una izquierda transformadora en España que vuelva a demostrar que sí se puede». En su discurso no hubo un solo atisbo de acercamiento a Sumar; todo lo contrario. Los morados no tienen oídos para los «cantos de sirena» de Sumar, como los llamó Iglesias. No, mientras esté Díaz; no, ahora que Podemos va avanzando casillas electorales a base de su oposición frontal al rearme.