Imagen propagandística con las herramientas del terrorismo: las armas, la palabra e internet
Menores terroristas o lecciones para crear futuros yihadistas: el peligroso contenido que navega por las redes
El Centro de Inteligencia contra el Terrorismo español (CITCO) participa en una campaña internacional que ha localizado más de 2.000 contenidos proterroristas
Por más veces que tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil adviertan de la necesidad de controlar lo que los menores visitan en su paso por internet o por las redes sociales, las tareas, ocupaciones y preocupaciones diarias hace que los padres descuiden este aspecto.
Sin embargo, el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) español ha participado en una campaña internacional coordinada por Europol que ha podido localizar y eliminar más de 2.000 contenidos terroristas diseñados para menores en las principales redes sociales.
Estos materiales combinaban imágenes o vídeos de niños con mensajes extremistas, contenidos dirigidos a padres radicalizados para educar a sus hijos como futuros yihadistas y recursos generados mediante inteligencia artificial o elementos de gamificación adaptados al público infantil, según explica el Ministerio del Interior.
También se han detectado contenidos que glorifican a menores implicados en ataques terroristas o que explotan la imagen de niños víctimas en zonas de conflicto con fines de incitación al odio y a la violencia. Algunos materiales recurren a escenas populares entre adolescentes, como imágenes de combates de MMA (Artes Marciales Mixtas, por sus siglas en inglés) superpuestas con discursos violentos.
Según explica el Ministerio, «uno de los elementos más preocupantes observados durante el ejercicio ha sido el uso creciente de tácticas de manipulación emocional con mensajes menos ideológicos y más centrados en generar vínculos afectivos con los usuarios».
Tal y como explicó El Debate en un reportaje sobre la llamada 'yihad de la palabra', los grupos terroristas aprovechan crisis de identidad o vulnerabilidad social y ofrece los menores una falsa sensación de pertenencia. Es una forma más de yihadismo que no requiere una estructura organizada en forma de células terroristas sino que se centra en la utilización de miles de servidores de internet para, con un solo mensaje, llegar a miles de personas a las que adoctrinar. Si el mensaje es visto por los menores, más aún si el contenido está adaptado a sus gustos, la capacidad de penetración del ideario violento, se multiplica.
Al mismo tiempo, los terroristas de la palabra lanzan «campañas que buscan radicalizar a los padres, fomentando la transmisión intergeneracional de la ideología extremista, por lo que son estrategias con un impacto psicológico potencialmente duradero», explica Interior.
Esta instrumentalización de la infancia por parte de los entornos extremistas representa una amenaza grave que requiere una respuesta coordinada, sostenida y proactiva. Por eso, en la iniciativa coordinada por Europol han participado las Fuerzas de Seguridad de Albania, Alemania, Austria, Bélgica, Bosnia-Herzegovina, Canadá, Dinamarca, Eslovenia, Hungría, Irlanda, Malta, Portugal, Reino Unido, República Checa, Serbia y Ucrania, que han buscado en plataformas digitales como Facebook, Instagram, TikTok, Youtube, X o Pinterest.