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José Antonio Marco Sanjuán y María Jesús Montero

José Antonio Marco Sanjuán y María Jesús MonteroEdición: Ángel Ruiz

Investigación

El ‘tres’ de Montero dimite después de que El Debate publicara que cobró 100.000 euros en sobres para archivar pleitos fiscales

José Antonio Marco Sanjuán, presidente del Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC), organismo dependiente de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha dimitido tras los reportajes de investigación de El Debate. Este periódico ha revelado, a lo largo de los últimos meses, un sinfín de informaciones que acreditan que Marco Sanjuán cobró de empresarios a los que posteriormente favorecía en procedimientos fiscales. El más destacado, el testimonio de un empresario que admitió haberle pagado más de 100.000 euros en sobres a cambio de que le anulara reclamaciones que su empresa tenía ante el tribunal que Marco Sanjuán ha presidido durante los últimos seis años.

Tal y como ha podido saber El Debate, este lunes Montero pidió al secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, que exigiera explicaciones a Marco Sanjuán sobre el contenido de las informaciones que había publicado este periódico. Al no poder ofrecer ninguna justificación, Gascón, que hasta ahora había protegido al presidente del TEAC durante todos estos meses, le transmitió que la ministra quería que se marchara. Ante esta presión, Marco Sanjuán ha optado por presentar su renuncia. Este martes, el Consejo de Ministros certificará su cese y nombrará como sustituto a José Ignacio Ruiz Toledano, inspector de Hacienda y hasta ahora vocal del propio TEAC.

De esta manera, se pone fin al descrédito al que, según Ignacio Ruiz-Jarabo, exdirector de la Agencia Tributaria, Marco Sanjuán estaba llevando a los funcionarios de Hacienda al no querer marcharse. El Debate desveló el testimonio de un empresario que confesó haberle dado varios sobres con entregas de dinero en metálico que superaban los 100.000 euros en un hotel en frente de su despacho oficial, ubicado en la calle Panamá de Madrid. A cambio, Marco Sanjuán anuló las reclamaciones millonarias que ese empresario tenía en el tribunal. El mismo día que este periódico publicó la exclusiva, Montero eludió defenderle en el Congreso de los Diputados después de que el PP le preguntara si ponía la mano en el fuego por él.

«En total, le he dado ciento y pico mil euros», afirma el empresario. «Él no se corta nada, levanta la tapa y se pone a mirar», describe. En una de las conversaciones, el empresario admite: «Hoy me ha llamado cinco veces». También revela que evita avisarle con tiempo de las entregas por temor a estar siendo vigilado: «Tengo miedo porque tal y como está la situación nos pueden estar haciendo algún seguimiento a él o a mí o escuchas telefónicas». Este miedo a ser investigado se refuerza por la actitud del propio Marco Sanjuán, que, según el empresario, utilizaba su móvil oficial, cuya línea telefónica está a nombre del Ministerio de Hacienda, para hablar sobre los pagos. «Antes me escribía: 'Dinero'. Ahora ya se cuida más y me dice: 'A ver cuándo quedamos a tomar un café'», asegura el empresario. En varios mensajes de WhatsApp, el alto cargo dejó constancia de sus exigencias económicas. El empresario, preocupado, le advirtió: «No mandes estos mensajes de WhatsApp porque mira lo que estamos viendo todos los días», en alusión a los escándalos de corrupción que salpican al Gobierno.

Uno de los elementos más comprometedores es la afirmación del empresario de que Marco Sanjuán le indicaba que parte del dinero recibido iba a ser repartido entre otros cargos del Ministerio. «Me tienes que seguir dando porque los demás ya han cobrado todos», asegura que le dijo. Tres meses después volvió a insistirle: «Tengo que seguir dando a los demás». Estas afirmaciones llevaron al empresario a sospechar que utilizaba la supuesta participación de la cúpula del ministerio como pantalla para presionarle y así que aumentaran las entregas. El empresario también relata que Marco Sanjuán, en una de las citas, le aseguró que su familia no sabía nada de los pagos. En otra, tras afirmar que las anteriores cantidades eran para terceros, le dijo: «Esto ya es mío». Las exigencias económicas se intensificaban en determinadas épocas del año. «Cuando venían vacaciones, me pedía más», sostiene el empresario. Asegura que accedía a seguir pagando pero le pedía que dejara de enviarle mensajes: «Yo le decía que le iba a seguir dando cuando fuera pudiendo pero que no me pusiera más mensajes».

Sin embargo, estas prácticas no comenzaron cuando llegó al Gobierno de Pedro Sánchez. Los antecedentes se remontan a su anterior cargo como presidente del Tribunal Económico Administrativo Regional de Castilla y León, función que desempeñó durante una década. Durante ese periodo también recibió pagos de empresas a las que favoreció con resoluciones fiscales. Entre ellas figuran Discomtes Valladolid SL, que fue beneficiada con la anulación de una sanción de Aduanas por importe de 64.000 euros, y Refinería Olmedo SA, vinculada a la azucarera Acor, a la que dio la razón en un contencioso en el que Hacienda reclamaba 1,2 millones de euros. En este último caso, para canalizar el cobro del dinero, Marco Sanjuán usó de testaferros a sus socios Enrique Lahuerta Tornos y Gonzalo Perdrix Ecequiel.

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