Urtasun dice que su excursión LGTBI a Hungría fue privada, pero Yolanda Díaz le desmiente

Ernest Urtasun y Yolanda Díaz acudieron el pasado mes de junio a Budapest. Un viaje anunciado a bombo y platillo por ambos, que desafiaban al presidente húngaro, Viktor Orbán, después de que éste hubiera prohibido la manifestación del Orgullo LGTBIQ+. Sin embargo, allí estuvieron, pero ahora el portavoz de Sumar y ministro de Cultura niega el carácter público de su viaje a Budapest, junto a la vicepresidenta Yolanda Díaz. Urtasun llegó a afirmar que frente a ataques que causan «retroceso en materia de derechos van a encontrar a Sumar y van a encontrar al Gobierno de España».

Lo que Urtasun no ha sido capaz de explicar es por qué se sirvió entonces de los servicios de comunicación de Cultura, que sí hicieron constar en agenda pública su asistencia como ministro junto con su jefa en Sumar y vicepresidenta del Gobierno y realizó declaraciones institucionales en nombre del Gobierno, si su excursión a Budapest fue de carácter privado, tal y como consta en un documento al que ha accedió en exclusiva El Debate, firmado por la subsecretaria de Cultura, Carmen Páez Soria.

Urtasun se ha negado, además, a explicar las razones por las que realizó ese viaje en compañía de su jefa, y de si informó al presidente Sánchez, único responsable de la política exterior del Ejecutivo, confirmando así que en el gobierno hay dos frentes que funcionan según el criterio de cada partido que lo sustenta.

De hecho, solo hay que analizar lo ocurrido después de que decayera en el Congreso de los Diputados la reducción de la jornada laboral, propuesta estrella de Yolanda Díaz. Sánchez, en lugar de apoyar a su compañera de Gobierno, ni siquiera ha votado en el hemiciclo, pues a esas horas se encontraba junto a su mujer viendo la última película de Alejandro Amenábar: El cautivo, su polémica película sobre Miguel de Cervantes.

También, el propio Ministerio emitió una nota de prensa al respecto del viaje, en la que se explicaba que ambos dirigentes participarían en un acto organizado por Cultura, en colaboración con la Fundación Pedro Zerolo, en defensa de los derechos del colectivo LGTBIQ+, para, al día siguiente, reunirse con el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, que había preparado una recepción con todas las autoridades internacionales que participan en el Orgullo.

No obstante, no es la primera vez que Urtasun trata de esconder sus gastos de viaje, tal y como ha publicado El Debate, mientras utiliza todos los resortes posibles para no financiar ni premiar a la tauromaquia, concede los galardones más importantes de nuestra cultura a figuras o instituciones claramente de izquierdas e incluso independentistas, e impone una agenda cultural tremendamente ideológica, que incluye por ejemplo la llamada «descolonización» de los museos.

De hecho, Cultura evitó aclarar cuál es el importe total los gastos en que ha incurrido durante todo su mandato como ministro, acompañado de su delegación correspondiente, con la excusa de que «estos gastos no se abonan al ministro, sino que se contratan a través de una agencia de viajes que ha sido contratada mediante un contrato centralizado, siendo el hecho causante del gasto el viaje del ministro», según un escrito firmado el pasado 21 de marzo por Carmen Páez Sosa, subsecretaria del Ministerio.

Yolanda Díaz desmiente a Urtasun: el viaje sí era oficial

Por su parte, las mismas cuestiones sobre el desplazamiento a Hungría fueron trasladadas a la vicepresidenta segunda, para que aclarase los gastos derivados del mismo, con quién viajó, y si había informado al presidente de su viaje, una pregunta a la que no ha contestado, pero en este caso, la respuesta de Yolanda Díaz ha servido para desmontar a su compañero de partido.

En concreto, en un escrito firmado este 10 de septiembre por la asesora coordinadora de su Gabinete, María Estela Pazos, se señala que la vicepresidenta participó en una sesión de cortometrajes de apoyo al colectivo LGTBIQ+ organizada, precisamente, por el Ministerio de Cultura, además de asistir a la recepción institucional organizada por el alcalde de la capital húngara, con quien al día siguiente mantuvo una «reunión oficial».

Además, justifica su viaje, que según Trabajo «no ha generado expediente de gasto alguno», con su participación en la manifestación del Orgullo en Budapest, «en representación del Gobierno de España, junto con un nutrido grupo de eurodiputados y representantes políticos nacionales (el propio Urtasun, entre ellos) y regionales, en defensa de los Derechos Fundamentales y las libertades públicas consagrados en los Tratados Comunitarios».

Yolanda Díaz, condenada por el TSJM, reconoció haber gastado más de 90.000 euros en sus giras promocionales en poco más de dos años

EL reconocimiento del carácter oficial del viaje por parte de la vicepresidenta, desmintiendo a Urtasun, contrasta con su habitual opacidad a la hora de hacer públicos sus gastos de viajes por el extranjero, poniendo todo tipo de excusas a la hora de rendir cuentas. De hecho, hace tan solo unos meses, la vicepresidenta se vio obligada a revelar, a instancias de El Debate, los gastos de viaje en los que incurrió en 2023 y 2024, tras meses de absoluto silencio para ocultarlos, gracias a la resolución 2025-068, del 9 de junio del CTBG, ordenando hacer públicos tales gastos.

Gracias a ello, se pudo conocer que Díaz se gastó más de 90.000 euros de dinero público en viajes promocionales. En concreto, la mayor parte de esos desplazamientos se concentraron en 2024, cuando destinó 59.809,83 euros, casi tres veces más que los 19.867,92 euros que gastó en 2023; y lejos de los 13.407,98 euros que se contabilizan en este 2025, aunque no detalló la fecha en la que se cerró este listado.

Sin embargo, pese a la orden del Consejo de Transparencia, la vicepresidenta no incluyó en su listado ningún desglose explicando a qué ha dedicado el dinero destinado a cada viaje, ni tampoco la fecha concreta del mismo, algo que no sorprende si se tiene en cuenta los antecedentes de la ministra, que fue sentenciada a pagar las costas de un procedimiento iniciado por este periódico, a cuenta del erario, después de pasarse meses ocultando el coste de los viajes que realizó entre 2020 y 2022.

En concreto, Díaz ignoró la resolución 712/2023 de 6 de septiembre del CTBG, en la que el organismo le recordaba que «conocer el importe de las dietas y gastos abonados a los altos cargos y miembros del Gobierno contribuye indudablemente a conocer cómo se manejan los fondos públicos», pero, aun así, no cumplió y El Debate tuvo que recurrir a la justicia.

Una vez que se inició el procedimiento y el TSJM admitió a trámite la denuncia, Trabajo tuvo que recular y admitir que la vicepresidenta, desde que llegó al cargo, en enero de 2020, y hasta diciembre de 2022, necesitó más de 75.000 euros para sus gastos, y que sus viajes de promoción personal costaron a los españoles más de 44.000 euros, pese a que ese periodo estuvo marcado por la pandemia de covid que impidió a los ciudadanos que se realizasen desplazamientos.