Alejandro Entrambasaguas: «Lo primero que se va a preguntar el lector es cómo es posible tanto descaro»

Lo que un día llegó como un rumor derivó en una investigación exhaustiva sobre el puesto creado ad hoc en la Diputación de Badajoz para el hermano del presidente del Gobierno, el músico David Sánchez, al que no acudía, y todo lo que le rodea, y ha propiciado que se vaya a sentar en el banquillo próximamente procesado por dos delitos de corrupción. Esta es una de las investigaciones que detalla con todo lujo de detalles quien la llevó a cabo, el periodista Alejandro Entrambasaguas, en su libro La Sagrada Familia (La Esfera de los Libros), que desgrana los escándalos que en estos momentos afectan al entorno de Pedro Sánchez, con el foco en el qué pero sobre todo en el cómo: cómo lo hicieron y cómo se ha descubierto. Con la seguridad de que no acaba aquí.

–¿Cómo se fraguó la idea de escribir este libro?

–La idea nace a raíz de que me lo propusiera la editorial 'La esfera de los libros' porque se necesitaba una obra que no existía en el mercado y que se estaba demandando por parte de los lectores. La idea inicial era un libro en la que se recopilarán muchos de los escándalos de corrupción que rodean al presidente del Gobierno, tanto de su entorno familiar como de su entorno político. Pero luego se buscaba ir más allá, profundizar. Y de hecho, el libro está plagado de exclusivas y de primicias.

He intentado ordenarlo todo de la mejor manera posible y por eso el lector se dará cuenta de que el libro está dividido en bloques. Comienzo con David Sánchez, el hermano del presidente; seguidamente con Begoña Gómez, su mujer, y, por último, hay dos bloques más. Uno de los más importantes, todo lo que gira en torno a las famosas saunas, propiedad del suegro del presidente del Gobierno. Y el libro, entre otras cuestiones, confirma lo que ya dijo en su día el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no solo que Sánchez se había beneficiado directamente del negocio de la prostitución, sino que lo que hago es tejer el mapa completo de toda esa red de locales que eran prostíbulos que operaban camuflados como saunas y que le permitieron a la familia de Begoña Gómez ganar muchísimo dinero.

–¿Qué es lo que más te ha costado a la hora de plasmarlo por escrito?

–La verdad es que lo que más me ha costado, que también al mismo tiempo es lo que más he disfrutado, ha sido narrar la intrahistoria de las investigaciones. Al final, los lectores, ya están muy al día de todo lo que está ocurriendo y de los escándalos que rodean a Pedro Sánchez, y lo que más me ha costado ha sido poder contar cómo descubríamos todo lo que giraba en torno a las irregularidades que existían.

–En el libro aparecen nombres muy concretos, el del hermano, el de su mujer...¿Qué revelaciones destacarías como las más impactantes sobre ellos?

–Con respecto al hermano del presidente, la más relevante es que hemos contado cómo estuvo viviendo oculto en el Palacio de la Moncloa mientras simulaba que lo hacía en Portugal para pagar menos impuestos. Lo hemos contado en El Debate, pero el origen de esa exclusiva viene en el libro y dentro de la obra el lector podrá encontrar con mucho más detalle por qué escogió el Palacio de la Moncloa para esconderse y, sobre todo, toda la estructura societaria y de vida que se montó para pagar menos impuestos. Lo que hizo fue mudar su residencia fiscal al país vecino, pero nunca llegó a vivir allí. Usó dos tácticas: primero, empadronarse en un hotel en la ciudad portuguesa de Elvas y luego adquirir un palacete que compró al contado y además en estado de ruina, donde nunca ha vivido. Por cierto, un palacete que compró mediante el uso de dos cheques bancarios con fondos económicos que previamente le había transferido su padre, el propietario de la fábrica de plásticos, que también fue regada con dinero público por parte del Gobierno.

Y, por otro lado, la gran revelación sobre Begoña Gómez es todas las pruebas que acreditan que usaba el Palacio de la Moncloa para llevar a cabo sus negocios; lo más relevante, siendo Pedro Sánchez plenamente consciente de absolutamente todo lo que hacía. Y hemos contado el modus operandi que ella desarrolló, que consistía en contactar con importantes empresarios del Ibex 35, solicitarles financiación para sus proyectos y luego Sánchez siempre llamaba a través de una funcionaria para agradecer en nombre del presidente del Gobierno todo eso.

–También hablas de lo que denominas ‘la familia del PSOE’. ¿A qué te refieres con esta expresión? ¿Quiénes forman parte de ese círculo?

–La familia del PSOE son personajes, unos más conocidos, otros menos, que se han acabado beneficiando del poder, simple y llanamente por estar cerca del presidente del Gobierno. Sánchez les ha premiado permitiendo que se beneficien de instituciones públicas o de dinero público. Hay nombres que conoce absolutamente todo el mundo, como puede ser, por ejemplo, el del exministro José Luis Ábalos, que en concreto lo que cuento en el libro sobre él fue el germen de lo que luego hemos visto que han plasmado los agentes de la Guardia Civil en sus informes o el juez que le está investigando en el Tribunal Supremo, como es todo lo relativo al inmueble que tiene a su nombre en Chimbote, Perú, que fue construido con dinero público destinado a proyectos benéficos.

Y luego nombres menos conocidos, como por ejemplo el del marido de la ministra Isabel Rodríguez. Cuento cómo a raíz de que Sánchez la nombrara portavoz del Gobierno, pasó de trabajar como panadero en un supermercado a ser fichado por una importante empresa energética que estaba esperando 1.625 millones de euros del Gobierno en ayudas públicas. O cómo descubrimos que la pareja de Francina Armengol, que tenía unos viveros, a raíz de que ella se convirtiera primero en presidenta de las Islas Baleares y posteriormente en la tercera autoridad del Estado, comenzó a recibir también subvenciones, calculamos en concreto 1,4 millones de euros.

El sentimiento de impunidad es totalmente contrario a la idea de la ejemplaridad. Lo que se prima es aprovecharse del poder siempre en beneficio propio

O por poner un último ejemplo, el caso de José Antonio Marco Sanjuán, el tres del Ministerio de Hacienda, de la ministra María Jesús Montero, que fue presidente del Tribunal Económico Administrativo Central, que tuvo que dimitir a raíz de los reportajes de investigación que publicamos en El Debate, y que actualmente está siendo investigado por corrupción, que básicamente se dedicaba a archivar pleitos fiscales y a cobrar de esos empresarios a los que libraba de esas causas mordidas, comisiones ilegales, que además cobraba en sobres donde había fajos de billetes.

–Leyendo tu investigación uno tiene la sensación de que hay un patrón que se repite, que son personas muy cercanas al presidente que actúan con una libertad difícil de imaginar en cualquier otro ámbito. ¿Qué crees que explica esa forma de comportarse?

–Pues claramente el sentimiento de impunidad. El lector lo va a ir viendo según se vaya sumergiendo en la obra, porque lo primero que se va a preguntar es ¿pero cómo es posible tanto descaro? ¿Cómo es posible que Begoña Gómez usara el Palacio de la Moncloa, y también el hermano del presidente del Gobierno, absolutamente sin ningún control? ¿Cómo es posible que actuaran como si las reglas del juego no fueran con ellos, como si no estuvieran sometidos a un Código Penal? Todo eso es lo que yo denomino el sentimiento de impunidad, que es totalmente contrario a la idea de la ejemplaridad, que es lo que debería primar en cualquier democracia.

El filósofo Javier Gomá, en su Tetralogía de la ejemplaridad, concretamente en Ejemplaridad pública, destaca que en las democracias la ejemplaridad es clave porque la autoridad de los políticos ni se impone ni se hereda, simplemente se gana en base a un ejemplo digno de ser imitado. Y lo que narro en La Sagrada Familia, el hilo narrativo, es precisamente la ausencia de ese ejemplo. Es más, todo lo contrario, cómo lo que se prima es aprovecharse del poder siempre en beneficio propio, para que en este caso la familia de Sánchez haga todo tipo de negocios. Esto es peligrosísimo porque lo que se le está mandando a la sociedad es el ejemplo contrario a lo que debería de ser.

–Dedicas el libro a tus fuentes. ¿Por qué has querido tener este gesto?

–Porque para los periodistas de investigación las fuentes son lo más importante. Sin ellas no habría conseguido la mitad de la mitad, no ya de lo que cuento en el libro, sino de mi trabajo diario. Al final, los periodistas vivimos de personas que tienen acceso a determinados datos y que deciden dar un paso al frente, contactar con un periodista de investigación. Nosotros, además, tenemos la obligación de guardar la confidencialidad de nuestras fuentes. Y en muchas ocasiones esos testimonios son clave porque esa persona te puede aportar el primer grano de arena que permite tirar del hilo.

Y habitualmente, en el imaginario colectivo se puede pensar que las grandes fuentes de los escándalos de corrupción son políticos muy importantes, empresarios de primer nivel…Es cierto que hay veces que lo son, pero en la mayoría de las ocasiones, y esto lo puedo decir por experiencia propia, es algo mucho más sencillo. Es a lo mejor la exmujer del político que veía cómo ingresaba más dinero de la cuenta o que manejaba fajos de billetes y que se desconocía la procedencia de todo ese dinero; es el vecino del político que ve cómo cada día aparece con un coche distinto o cómo engrosa su patrimonio inmobiliario sin absolutamente ninguna explicación; el jardinero, la asistenta,…que aportan una información que a lo mejor tal cual no dice nada, pero nos permite tirar del hilo y en muchas ocasiones poder descubrir lo que el poder quiere tapar.

–Y, efectivamente, tú has ido tirando del hilo todo este tiempo hasta destapar estos escándalos. ¿Cuánto crees que queda por saber? ¿Hasta dónde puede llegar todo lo que estamos conociendo y que desgranas en en 'La Sagrada Familia'?

–Yo estoy convencido de que todavía queda muchísimo por salir, pero por la sencilla razón de que Sánchez lleva en el poder desde 2018, estamos en 2025 y realmente los dos grandes escándalos familiares que le afectan en este momento, que son el de su mujer y el de su hermano, se ciñen a lapsos temporales muy cortos. Al hermano de Sánchez se le fabricó a medida un puesto en la Diputación de Badajoz, no iba a trabajar y todo se produjo en un sistema completamente amañado donde incluso se llegó a simular un concurso público, pero esto último ocurrió en uno o dos meses, y lleva muchísimos años actuando.

El Gobierno en ningún momento se dedica a discutir la veracidad de las informaciones que les afectan. Señala a los periodistas incómodos y a los jueces

Y lo mismo con la esposa del presidente. Todo lo relativo a la cátedra extraordinaria, por ejemplo, de la Universidad Complutense de Madrid, o cómo aprovechó que tenía una asesora que cobraba un sueldo público para hacerle todo tipo de lo que ellos dicen que son favores personales, pero que en la práctica hemos visto que son hechos constitutivos de un delito de malversación de fondos públicos se ciñe a un lapso temporal muy corto. Estoy convencido que entre la labor que estamos haciendo los periodistas de investigación, la labor de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y los jueces aún queda mucho por salir.

El Gobierno en ningún momento se dedica a discutir la veracidad de las informaciones periodísticas que les afectan, que en muchos casos luego hemos visto que acaban plasmadas en informes policiales o en autos judiciales, sino que nos señala a los periodistas incómodos, y lo que verdaderamente es trascendental: señala a los jueces que investigan la corrupción, y eso en una democracia es peligrosísimo.