La exsecretaria de Organización de Podemos y diputada del partido, Lilith Verstrynge (i) y la secretaria general de Podemos, Ione Belarra
Lilith Verstrynge culpa de su salida de Podemos a la «creciente paranoia interna»: «La teoría de la conspiración estaba generalizada»
La ex número tres del partido, que dimitió de sus cargos en 2024, ha hablado por primera vez de las razones del hundimiento de la formación morada
Lilith Verstrynge, quien fuera número tres de Podemos hasta comienzos de 2024, ha explicado por primera vez los motivos que la llevaron a abandonar la política y sus responsabilidades orgánicas dentro del partido. En un artículo publicado en la revista Equator –y recogido por Europa Press–, la exsecretaria de Organización del partido morado revela un creciente desencanto con la deriva interna de la formación desde el año 2020, marcada, según relata, por una «paranoia creciente» y una desconexión progresiva con las preocupaciones reales de la ciudadanía.
Verstrynge narra su trayectoria dentro de Podemos, desde sus inicios como asesora en Bruselas hasta asumir responsabilidades de alto nivel como secretaria de Estado para la Agenda 2030, así como su papel en la dirección del partido. En enero de 2024 decidió dejar su escaño en el Congreso y toda actividad política, algo que en su momento solo anunció con un escueto mensaje en redes sociales, en el que señalaba que las despedidas eran «difíciles y tristes». En aquel momento, desde Podemos se limitaron a desearle lo mejor sin ofrecer explicaciones claras sobre su salida, lo que alimentó especulaciones sobre su estado de salud. Poco después, su padre, el politólogo Jorge Verstrynge, indicó que su decisión obedecía a razones políticas y que había percibido que el proyecto «no iba a ningún sitio».
Ahora, la propia Verstrynge aclara en este artículo que su decisión se basó en una pérdida de ilusión ante el rumbo que había tomado Podemos. Señala que la formación dejó de centrarse en los ciudadanos y se volcó en una política de confrontación con el Gobierno, sin explicar a su electorado los motivos estratégicos detrás de esa postura. «Incluso eso podría haber funcionado si hubiéramos explicado a los votantes que estábamos obstruyendo deliberadamente con un plan, pero no lo hicimos», escribe.
Asimismo, denuncia que el partido cayó en un clima de sospecha interna, centrado en la búsqueda de enemigos en sus propias filas, lo que exigía una «lealtad ciega» a la dirección. «La teoría de la conspiración estaba generalizada», afirma, aludiendo a un ambiente en el que el debate desapareció y se impuso una lógica de vigilancia interna más que de reflexión política.
El «lastre» de Podemos
También hace referencia a la ruptura con Yolanda Díaz, quien promovió la plataforma Sumar. Según Verstrynge, esta nueva iniciativa ofrecía una imagen renovada, carente del «lastre» que arrastraba Podemos. En este contexto, recuerda que en julio de 2022 asumió el cargo de secretaria de Estado en el Ministerio de Derechos Sociales, mientras el partido ya comenzaba, a su juicio, a desmoronarse. Recuerda también declaraciones de la líder actual, Ione Belarra, y de la exministra Irene Montero, en las que denunciaban intentos de destrucción desde fuera, algo que para Verstrynge reflejaba un partido que «temía al mundo».
Aunque reconoce y valora los logros del partido, especialmente durante su etapa en el Gobierno, considera que la forma en que abandonaron el Ejecutivo terminó eclipsándolos. En sus palabras, su decisión de dejar la política vino acompañada de una «orfandad política anticipada», al ver que el proyecto se alejaba de sus principios fundacionales.
Un miembro influyente del partido le propuso eliminar todas las delegaciones territoriales para convertir Podemos en una estructura nacional de diez líderes
Añade que, pese a su silencio inicial tras la dimisión, cree ahora necesario reflexionar públicamente sobre su experiencia para que sirva a otros movimientos políticos emergentes. En este sentido, lamenta que Podemos, aunque nació como una formación innovadora, terminó replicando vicios tradicionales y no logró transformar su estructura organizativa de manera significativa.
Omnipresente Iglesias
A su juicio, la fuerza inicial de Podemos radicaba en su capacidad para movilizar a amplios sectores sociales, pero con el paso del tiempo esa energía se diluyó en disputas internas y discursos autocomplacientes. Cita también el papel del exlíder Pablo Iglesias, quien, tras su dimisión en 2021, siguió teniendo una «presencia constante» en medios y en la vida interna del partido. Según Verstrynge, Iglesias incluso anticipaba públicamente posturas del partido y mantenía una notable influencia en los canales de comunicación internos.
Por último, revela que cuando ya ejercía como secretaria de Organización, un miembro influyente del partido le propuso eliminar todas las delegaciones territoriales para convertir Podemos en una estructura nacional compuesta por una decena de líderes. «Esto era totalmente inviable y me costaba creer que alguien con tanta influencia en Podemos lo propusiera», concluye tajante.
Lilith Verstrynge deja así un testimonio personal que pone el foco en las tensiones internas, la pérdida de rumbo y el desencanto político, en un intento, según indica, de dejar constancia de los errores para evitar que se repitan en futuras experiencias políticas.