El PSOE se vuelca con Gallardo, procesado por el enchufe de David Sánchez, ante la caída en las encuestas en Extremadura

Las elecciones extremeñas serán el termómetro que medirá la repercusión la presunta corrupción que envuelve al PSOE, materializada especialmente en la región por el enchufe del hermano del presidente del Gobierno por parte de la Diputación de Badajoz y que ha causado el procesamiento de su candidato, Miguel Ángel Gallardo. Pese a ello, el partido ha cerrado filas en torno a su figura, haciendo como si tal cosa no hubiera sucedido.

Cuando el pasado 19 de noviembre, Pedro Sánchez acudió a un mitin en Mérida para respaldar al candidato a presidir la Junta de Extremadura, no hizo mención ni al procesamiento ni al de su hermano —propiciado por las informaciones de El Debate—. Tuvo que ser el propio Gallardo quien lo pusiera sobre la mesa, tachándolo de una estrategia para «destruirle» para la que han utilizado a la Justicia.

No es que Sánchez parezca estar al margen de la realidad, es que la foto del líder del Ejecutivo con el procesado volverá a repetirse, esta vez en Plasencia (Cáceres) en un nuevo acto del partido apenas un día antes de que dé comienzo la campaña electoral previa a los comicios del 21 de diciembre.

Un presidente del Gobierno que no estuvo presente al homenaje celebrado en el Senado a Javier Lambán —organizado por el colectivo Fernando de los Ríos—. Tampoco ninguno de sus ministros, al contrario que otras figuras del partido que sí acudieron, como los presidentes autonómicos Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) y Jorge Azcón (Aragón), o el expresidente Felipe González.

Respaldo de Zapatero y Patxi López

Y es que Sánchez no ha sido la única figura que ha respaldado públicamente al procesado. También el portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Patxi López, acudió a Llerena con motivo de los Premios Rafael Castilla —con el que fue galardonado— el pasado 28 de noviembre. Hacía un llamamiento a poner la militancia «más en valor que nunca» y arremetía contra la presidenta regional, María Guardiola (PP), preguntándose qué ha hecho con el dinero del Gobierno central.

«Hace mucho tiempo que los socialistas aprendimos que nadie es libre si es esclavo de la necesidad. Y aprendimos que las necesidades básicas las tiene que cubrir sí o sí el Estado con los impuestos de todos y no utilizar los impuestos para que los amiguetes hagan negocio, como hace permanentemente el Partido Popular», decía López —paradójicamente— ante procesado Gallardo.

Al igual que Sánchez, el portavoz socialista iba a repetir en su presencia en un acto de precampaña celebrado el pasado 1 de diciembre en Jaraíz de la Vera (Cáceres), aunque finalmente no pudo asistir por motivos de salud.

En dicho acto también estuvo presente el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien aseveraba que acude apoyar al candidato extremeño «con satisfacción» y está «dispuesto a acudir a la campaña» siempre que se lo pida. En más de media hora de intervención, se refirió en más ocasiones a una militante extremeña premiada en el acto que a Gallardo, a quien tan solo se dirigió en los instantes finales, limitándose a decir que encarna un «proyecto de futuro».

Reclamar votos como «homenaje» a Fernández Vara

Incluso el CIS de Tezanos augura una caída de la representación del PSOE en los próximos comicios: podría perder hasta nueve diputados, pasando de los 28 actuales a los 19-22 que pronostica el estudio preelectoral. Ante el posible descalabro, los socialistas han recurrido a utilizar la figura de Guillermo Fernández Vara, fallecido el pasado 5 de octubre tras una larga lucha contra un cáncer de estómago.

El propio Gallardo ha reclamado en varias ocasiones el voto como «el mejor homenaje» al expresidente extremeño, pidiendo llenar las urnas «de puños y rosas». Este discurso también fue esgrimido por Zapatero en el citado acto de Llerena.

Pese a los intentos desde el Gobierno central de revitalizar las opciones del candidato procesado, en el discurso de Gallardo se puede entrever un reconocimiento de derrota. Reclamaba una «gran movilización de la izquierda» para los comicios y, aunque intentarán que «bajen los brazos», pedía no caer en el desánimo.

Asimismo, se ponía como víctima de una persecución judicial por la que lo ha pasado «mal» tanto por él mismo, su familia y «David» —Sánchez—, a quien calificaba como «un gran profesional que vino a desarrollar su talento y a generar riqueza musical».