Casa Real  La difícil relación entre Zarzuela y Moncloa: Sánchez reduce a un tercio los despachos con el Rey

Pocos Reyes lo han tenido tan difícil como Don Felipe. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está sometiendo a la Corona a unas tensiones extremas porque la Casa del Rey es la única institución que no ha conseguido controlar ni doblegar. En público, la relación entre el Jefe del Estado y el del Ejecutivo es aparentemente impecable, pero muchas de las decisiones que adopta el Gobierno son dardos contra la Corona.

Algunos ciudadanos creen que el Rey podría hacer más, pero en una Monarquía parlamentaria como la española el Jefe del Estado, según la Constitución, no tiene poder político. Don Felipe no puede corregir las decisiones del Parlamento ni lo que los españoles votaron en las urnas. Además, todos los actos del Rey –también sus discursos– necesitan el refrendo del Gobierno, según establece la Constitución. El presidente puede dejar que el Rey brille o someterle a la mayor de las penumbras.

Acaparar la agenda internacional

La hostilidad de Sánchez contra la Corona empezó a aflorar pocos meses después de que el líder socialista llegara a la Moncloa. Muy pronto empezaron los vetos al Rey (no le dejó entregar los despachos a los jueces en Barcelona en 2020), los plantones (llegó a retrasarse hora y cuarto en una cena en el Palacio Real en julio de 2018), los ninguneos, las prohibiciones, las ausencias en momentos clave... Sánchez empezó a acaparar la agenda internacional y a sustituirle en los foros internacionales. Don Felipe ha llegado a viajar al extranjero sin ministro de jornada ni secretario de Estado que le acompañara, como ocurrió en la gira a Lituania, Letonia y Estonia, salvo unas horas en el último momento, que apareció la ministra de Defensa.

Pero las decisiones de Sánchez que más han afectado a la imagen de la Corona han sido los indultos y la amnistía a quienes el Rey señaló en su discurso del 3 de octubre de 2017 con el que desmontó el golpe de Estado separatista. Don Felipe no podía hacer nada para frenar estas cesiones, pero todavía hay personas que se niegan a asumirlo. Si el Rey se hubiera opuesto a sancionarlas, los sectores hostiles a la Monarquía habrían encontrado una excusa perfecta para acusarle de incumplir la Constitución.

Lo que no se ve

Esta es la parte que se ve de la relación entre Zarzuela y Moncloa, pero luego está lo que ocurre a puerta cerrada y que rara vez trasciende, como la tensa conversación que Sánchez mantuvo con el Rey tras los sucesos de Paiporta en el Centro de Cooperación de Emergencias (Cecopi) de Valencia, y que se conoció porque las voces se oían desde fuera.

El presidente del Gobierno nunca ha perdonado a los Reyes que se quedaran en el municipio afectado por la dana cuando él decidió abandonarlo tras recibir una lluvia de abucheos, insultos, piedras y barro. Para Sánchez, aquello fue «un error gigantesco»; para el Rey, «era importante que las víctimas sintieran que España estaba con ellas».

En estos siete años también era un secreto a voces que el presidente del Gobierno no estaba acudiendo con la periodicidad habitual a despachar con el Rey. Pero ni Zarzuela ni Moncloa facilitaban esta información.

Sin embargo, ahora se ha sabido, gracias a una respuesta a Servimedia del Portal de Transparencia, que en estos siete años Sánchez ha reducido a un tercio los despachos con el Rey. En lugar de informar al Rey de los asuntos de Estado con periodicidad semanal, como ha sido habitual en estos 50 años de democracia, el presidente del Gobierno ha acudido una vez cada tres semanas.

Solo 124 despachos de 322

Según la citada respuesta de Transparencia, entre el mes de junio de 2018 y mayo de 2025, Sánchez solo ha mantenido 124 despachos con el Rey, incluyendo los de Zarzuela y los siete de los veranos en Marivent. En estos siete años, descontando las vacaciones, Sánchez tenía que haber mantenido 322 despachos con el Jefe del Estado.

Sin embargo, Sánchez sí ha utilizado los despachos con el Rey cuando le ha convenido políticamente, como hizo el 29 de abril de 2024, cuando anunció que iba a despachar a La Zarzuela para dar apariencia de veracidad a su 'carta a la ciudadanía' y hacer creer que iba a dimitir tras los cinco días que se retiró cuando se supo que su mujer, Begoña Gómez, estaba siendo investigada por supuestos delitos de corrupción.