El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, junto a la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà y el conseller de Empresa i Treball, Roger Torrent

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà y el conseller de Empresa i Treball, Roger TorrentEFE

Junts sale del Govern y cuestiona la legitimidad del Ejecutivo de Aragonès

El presidente de la Generalitat deja claro que no va a convocar elecciones porque sería «irresponsable» dejar a Catalunya sin gobierno en una situación social y económica complicada

El futuro político en Cataluña no se presenta fácil, tras la decisión de la militancia de Junts para que la formación abandone el Govern. Así lo ha decidido con un 55,73 % de los votos, que ha optado porque la formación rompa con ERC y salga del ejecutivo que preside Pere Aragonès. Recordemos que la pregunta de la consulta era «¿Quieres que Junts siga formando parte del actual Govern de la Generalitat de Catalunya?». Una salida de los consejeros de Junts que es inmediata. Han enviado sus cartas de renuncia a Aragonès, que en los próximos días presentará el nuevo ejecutivo.
Un Aragonès que ha descartado la convocatoria de elecciones porque sería «irresponsable» dejar a Cataluña sin gobierno o en una situación de interinidad, teniendo en cuenta la situación económica y social, muy complicada, que se prevé los próximos meses. «A la ciudadanía no se la sirve abandonando responsabilidades y no la abandonaré en momentos complicados», decía el presidente de la Generalitat que aprovechaba para lanzar una puya a sus ya ex socios: «Se trata de que quien gane sea el país (…) no si pierde este o aquel».
Una referencia clara que hacía Aragonès a la presidenta de Junts, Laura Borràs, que negaba que, con la decisión de salir del ejecutivo, su partido se vaya a dividir. Al contrario, decía, «salimos más fuertes». Es más, veía como gran perdedor al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. «Junts gana y Pere Aragones pierde», resumía Borràs, que también considera que el president «ha perdido la legitimidad democrática» y ha lamentado que «haya priorizado pactos con el PSOE, en lugar de los que permitió su propia investidura».
La presidenta de Junts ha defendido la decisión de la militancia porque la salida «es un acto de coherencia, de responsabilidad y un acto imprescindible para recuperar la credibilidad» y ha dejado claro que van a hacer una «oposición firme y responsable» con el objetivo de seguir avanzando hacia la independencia. Ha destacado la gran labor realizada por los consejeros de Junts. De hecho, ha asegurado que «en tema de gestión el ejecutivo aprobaba», pero «en el eje nacional no se avanzaba». Por este motivo, ha añadido, extendieron la mano a ERC para «corregir» el incumplimiento, pero siempre se han encontrado con la negativa de los republicanos.

Más dardos para Pere Aragonès

Preguntados los dirigentes de Junts por si Aragonès se tenía que someter a una cuestión de confianza, el secretario general de ERC, Jordi Turull ha dicho que «la reflexión la tiene que hacer aquél que fue investido presidente con 74 votos y de golpe, 41 le retiran la confianza». De ahí que los dirigentes de Junts, tras el ofrecimiento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que el PSC facilite la gobernabilidad en Cataluña, hayan dicho que «todo liga» y que «solemniza una obviedad».
Mientras tanto, los consejeros de Junts han enviado sus cartas de renuncia a Aragonès, que en los próximos días anunciará la composición del nuevo ejecutivo. Lo hará con «la máxima celeridad», decía. Podría incorporar independientes al Govern y reunificar consejerías, porque no va a ser empresa conformar un ejecutivo con garantías teniendo en cuenta el apoyo con el que cuenta: de entrada, solo los 33 diputados de ERC. Y hay que recordar que se han ido siete consejeros de Junts: Jaume Giró (Economía y Hacienda), Victoria Alsina (Acción Exterior), Gemma Geis (Universidades), Josep Maria Argimon (Salud), Violant Cervera (Derechos Sociales) y Lourdes Ciuró (Justicia), al que hay que añadir la Vicepresidencia, que ocupaba el cesado Jordi Puigneró.
Aragonés decía también que se abre una «nueva etapa con seguridad, confianza y responsabilidad», con un nuevo ejecutivo que «se dedicará al 100 % a servir a la ciudadanía», y destacaba también la necesidad de tener «mirada larga y saber tender la mano a todos». Y ha apelado a la «Catalunya del 80 %». Desde luego, en esta nueva etapa juegan un papel fundamental los comunes, que podrían valorar si entran en el ejecutivo y el PSC, que se ha mostrado predispuesto a garantizar la estabilidad. Eso sí, los socialistas en ningún caso formarían parte del Govern, una opción, que, por otro lado, tampoco sería del agrado de ERC. La primera prueba de fuego será la negociación de los presupuestos de la Generalitat para 2023 que pilotaba precisamente un consejero de Junts, Jaume Giró.
Más allá de los implicados en esta historia, desde el Partido Popular, su presidente, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido al presidente del Gobierno y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, a que, «si le queda el mínimo sentido de Estado», «no pacte» con ERC en Catalunya tras la salida del Junts. Desde Vox piden la convocatoria de elecciones y que se aplique un «155 duradero». El líder de Ciutadans en Cataluña, Carlos Carrizosa, considera que la decisión de Junts supone «el suicidio del 52 %», en alusión al porcentaje de diputados independentistas que hay en el Parlament.
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