Imagen de la vivienda okupada por magrebíes ante la playa de la localidad valenciana Tavernes de la Valldigna.
La pesadilla de una familia valenciana con la casa okupada tres meses por unos magrebíes
Una casa de verano inaccesible, unas vacaciones perdidas y un futuro incierto. Así se puede resumir la pesadilla que está viviendo una familia valenciana después de que una banda de magrebíes okupara su adosado con vistas a la playa en Tavernes de la Valldigna. Han tenido que pasar casi tres meses para que la Justicia desenmarañe el caso y abra la posibilidad de echar a los okupas de la casa de Pilar.
La okupación es una problema sobrevenido para cualquier persona, por lo que puede parecer ciertamente habitual que los primeros pasos sean desconocidos. El caso de Pilar es muy particular, porque hasta que una banda de magrebíes okupó su casa se advirtieron dos delitos previos, por lo que su denuncia fue variando en los primeros días de julio.
Inicialmente denunció un robo en la casa y después los daños causados por desconocidos, no fue hasta una tercera ocasión cuando acudió «al día siguiente» a la Guardia Civil para denunciar que su casa había sido okupada. El calvario de Pilar y su familia lo ha venido relatando El Debate desde el 15 de julio. Esta semana la Justicia ha dado que puede acercar el final del calvario familiar, pero el tiempo ya no se podrá recuperar.
Imagen del chalet okupado por magrebíes en Tavernes de la Valldigna, Valencia
Durante estos casi tres meses la vivienda de Pilar con vistas a la playa de La Goleta de Tavernes de la Valldigna ha sido un nido de problemas. Los vecinos le detallaban a la propietaria del inmueble la fiestas que diariamente se celebraban en su vivienda o la cantidad de gente dispar que entraba y salía de su casa en pleno verano, mientras ella y su familia se veían abocados a quedarse en su casa de Valencia. Hasta los okupas entraron en una vivienda próxima, pero su propietaria sí quiso pagar para que se fueran.
Pilar tendría que haber pasado este verano con su familia en ese adosado que se había convertido en un castillo para unos okupas. Hasta dos bandas de magrebíes se han enfrentado por tomar el poder de la casa de esta profesora valenciana.
Pese a la insistencia de la mujer por acudir ante la Policía Local de Tavernes y la Guardia Civil, su caso seguía «enquistado», tal y como describe su abogado José Luis Ribera.
Durante todo este tiempo Pilar ha tenido que «evitar» acercarse a su casa, así como que ha tenido que estar esperando que la Justicia avanzara una investigación completamente parada por «robo y daños». La pesadilla fue haciéndose gigante, aunque la alcaldesa del municipio se inhibiera por ausencia de «responsabilidad» en un caso así. Ahora la cuestión empieza a despejarse de cierta manera.
Según el auto al que ha tenido acceso El Debate, el juez ha acordado el «sobreseimiento» de la causa que se inició con la primera denuncia de Pilar, lo que despeja el camino para que la Justicia aborde ahora el tema de la okupación.
«Ahora ya el caso es la okupación de la casa de Pilar. Tras el paso de esta semana lo siguiente será esperar a que se notifique a los que están ahora en la casa y a partir de ahí ya llegará el desahucio», expone el letrado a El Debate.
Imagen del estado de una de las puertas de la casa okupada en Tavernes de la Valldigna, Valencia
José Luis Ribera suspira ante la pregunta del millón: «¿Cuánto tiempo puede tardar el Juzgado en verificar que los que viven en casa de Pilar lo hacen de forma ilegal y los acaben echando?». Ante ello sólo cabe «esperar», ya que estos casos pueden alagarse sin aparente causa justificada víctimas de la burocracia y gestión interna del propio Juzgado y ante la desesperación total de las víctimas.
Pilar sólo quería pasar un verano especial con su familia y poder ser felices en su casa de la playa, pero el tiempo pasa y las circunstancias familiares pueden dar un vuelco total a la historia. Ya nada volverá a ser como antes; el sueño convertido en pesadilla; una ilusión okupada por mucho que en algún momento llegue al final.