Coco Rocha durante la gala de la DKMS
Moda
Coco Rocha: «No creo que la gente sea consciente del constante abuso al que están sometidas las modelos»
La canadiense ha realizado unas polémicas declaraciones sobre la presión de la industria de la moda
Incluso las modelos tienen inseguridades sobre su imagen. Al menos es lo que demuestra Coco Rocha con sus últimas declaraciones en las que hacía alusión a la presión que siempre han tenido que soportar las top model. En la alfombra roja del treinta aniversario de la gala DKMS, la canadiense habló sobre cómo se sintió «realmente mal» con su cuerpo al principio de su carrera, debido a los comentarios que recibía de forma continua para mantenerse increíblemente delgada.
La obsesión por su peso llegó a tal punto que sufrió problemas médicos difíciles de resolver. «Cuando tenía entre 16 y 17 años, tenía una dieta muy estricta y entrenaba de tal forma que perdí mi periodo durante un año», explica. «No creo que la gente sea consciente del constante abuso al que están sometidas las modelos».
Se convirtió en icono de las campañas publicitarias más importantes y desfiló para Valentino, Dior o Dolce&Gabanna, pero estuvo tan al límite de sus posibilidades que dio un paso atrás y se tomó un respiro justo cuando conoció a su ahora marido, el artista James Conran, con quien tiene tres hijos.
La icónica modelo en un espectacular vestido negro
Durante esa pausa, Rocha se dio cuenta de que había estado trabajando horas extras para otros y estaba cansada de que la gente de la industria hiciera que se sintiese inferior. «En ese momento, simplemente, cambié», explicó. «Me di cuenta de que sé lo que realmente quiero de esta profesión».
La modelo ha reconocido que no es una situación aislada que solo haya vivido ella, sino que «les pasa a todas, incluso a las top model con mucha experiencia». Con el objetivo de forjar una autoestima lo suficientemente fuerte en el que este tipo de comentarios no afecten a la calidad de vida de las modelos, fundó la escuela Coco Rocha Model Camp. De esta forma, el campamento no solo tiene la intención de enseñar a las jóvenes promesas cómo posar o andar en pasarela, sino que también pretende ser una guía para guiarlas en una industria que, según ella misma admite, es mucho más dura de lo que se ve desde fuera.
«Me paso horas y horas hablándoles de sus derechos como modelos, como personas humanas. Les hablo de lo que es posible que les pase, de lo que nunca deberían consentir, todo…», reconoce. «Yo he vivido un poco de todo. Lo malo, lo bueno, lo increíble…». Y su cometido ahora es conseguir que solo vivan esta última parte.
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