Los Reyes Máxima y Guillermo, en el Acrópolis
Máxima de los Países Bajos honra a Grecia con su guardarropa majestuoso e intemporal
La reina holandesa ha lucido un gran despliegue de joyas y atuendos para dignificar con tino a la cuna de Europa
Estos días, los Reyes de Holanda están de visita oficial en Grecia, un país que adoran y donde pasan sus vacaciones. La reina Máxima ha dejado al público mundial boquiabierto con un estilo majestuoso intemporal de grandeza actualizada que dignifica su visita a Grecia. Repasamos sus atuendos.
En su llegada al aeropuerto Eleftherios Venizelos la reina de los holandeses vestía un traje de pantalón y top en tonos beige de modo sencillo y adaptado a la temporada y el clima. Semanas después de un viaje donde se la fotografió llegando a África en una misión humanitaria tras horas de vuelo, Máxima de Holanda dejó en la retina de todos cómo se puede ir correctísima sin ir pintada como una puerta y sin llevar el pelo brillante como lamido por una vaca. Subió enteros su reputación al verse a una reina dedicada a un fin loable sin prestar tanta atención a su físico.
La Reina Máxima, en el aeropuerto de Atenas
En su visita al Partenón esta semana, Máxima escogió un adecuado vestido bicolor blanco y caldera, obra de la esposa del primer ministro griego, Mareva Grabowski y de su socia, Dimitra Kolotoura, que dirigen la marca Zeus & Dione. Con unos zapatos de salón blancos de Gianvito Rossi que cambió por bailarinas color tierra al recorrer el Partenón, lució estilazo tocada con un fascinator y redecilla blanca de Philip Treacy.
La Reina Máxima
Las joyas que llevó durante el día otorgaron también grandeza y respeto a la histórica Grecia, ya que no siempre la argentina escoge piezas de gran valor para las mañanas, eligiendo en ocasiones piezas étnicas y bisutería fina para las primeras horas del día. Como pendientes, llevó un modelo de doble perla colgante que iba en consonancia con su precioso broche en forma de hoja de diamantes con perla central y una perla en forma de lágrima abajo, muy en línea del broche de la posible perla La Peregrina que posee tanto nuestra Familia Real como los Windsor, y que han llevado tanto la reina Isabel II en muchas ocasiones como Doña Sofía y ahora Doña Letizia.
Otro detallazo que Máxima de Holanda ha tenido con Grecia y con su primera presidenta mujer, Katerina Sakellaropoulou, ha sido escoger de nuevo para la cena de gala en el palacio presidencial de Atenas la marca de Christos Costarellos, un creador griego que fundó su casa de modas a finales de los 90. El elegantísimo modelo, digno de Eugenia de Montijo, combinaba terciopelo y guipur en tonos burdeos, a juego con las uñas de Máxiima, con un discretísimo cuello alto y mangas medias. Parecía auténticamente una reina medieval y defendió un modelo complejo con la soltura de Sissi emperatriz o al menos de Romy Schneider en sus películas.
La Reina Máxima, en la cena de gala
«Venir a Grecia es venir a casa» ha dicho Máxima, oficializando su estupenda relación con Grecia, algo que quizás necesitaban tras sus polémicas vacaciones en el país heleno durante la pandemia y la compra de su casa en Porto Heli. Dando a Grecia la importancia de un país potente, Máxima ha escogido muy concienzudamente sus joyas, llevando para la cena de gala la pieza más importante del joyero de los Orange, la tiara Mellerio de diamantes y rubíes, que a su vez tiene anillo, pulsera y pendientes compañeros. Además de la impresionante tiara, que iba a juego con el vestido, Máxima llevó como cinturón delantero o «devant corsage» parte del collar original del aderezo, que en su día la reina Emma, primera propietaria del conjunto, estimó excesivamente recargada como parte del collar inicial.
Hoy cierran Máxima y Guillermo de Holanda su visita oficial a Grecia en la ciudad de Tesalónica, la segunda urbe helena en importancia y a buen seguro que lo hará dignificando a su país de vacaciones con el respeto y consideración que merece la cuna de Europa.
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