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20 de abril de 2024

gastronomia

No nace de un único origen, se trata de la fusión de varias causas que se combinan entre sí

Gastronomía

La mejor estrategia para hacer la compra sin endeudarse

Encarecimiento, incendios y escasez: la tormenta perfecta

A pesar de que la ministra de Economía haga maravillas con su monedero y sea capaz de multiplicar la cesta de la compra por su gran habilidad al elegir alimentos, el resto de los españoles tiritamos al hacer la compra cotidiana. Entre los pescados, están imposibles el salmón y los pescados blancos, también la carne de vacuno e incluso el pollo, y productos que eran habituales y hasta económicos se han convertido en inaccesibles. Por no hablar del aceite de oliva, de la harina y del azúcar. Los elevados precios atacan desde abajo y desde arriba. Y puedo decirles sin afán de escandalizar que todos somos hoy un poco más pobres.
Esta del encarecimiento de los alimentos es una cuestión bastante compleja y como todas las cosas importantes, nace de múltiples causas. No nace de un único origen, se trata de la fusión de varias causas que se combinan entre sí, que es lo que suele ocurrir en el desarrollo de los sucesos importantes. Desde luego hay una importante dosis de sandez en la clase política, así como incompetencia, deslealtad y falta de honestidad, que son factores no menores que perjudican notablemente a cualquier país. Pero están ocurriendo más acontecimientos que afectan a la raíz del problema y al elevado precio de los alimentos.
Y no solo a nivel nacional, es evidente un interés por la pérdida de poder adquisitivo de las clases medias occidentales, pero no sabemos quién está detrás ni porqué. En la oferta tenemos un gran problema que presenta a su vez varios orígenes: en primer lugar, la inflación, que provoca una inmediata subida de precios.
Además, en España tenemos un elevado coste de la electricidad, con un grave encarecimiento de los suministros y las dificultades en las pequeñas industrias por la subida de los salarios; todos ellos ocupan un importante lugar en la cadena de conflictos. Lo que se refleja en el gasto per capita de alimentos en las familias españolas, que en 2021 ha sido inferior a 2020 y a los años anteriores, como señala en su informe anual Mercasa, descendiendo de 1716€ a 1610€. Ya veremos qué nos dice el informe de 2022, aún sin publicar.
Además, desde 2021 se están produciendo disrupciones extrañas en las cadenas de suministro alimentario, principalmente debido a la presencia de incendios en innumerables instalaciones de Estados Unidos y Europa. Que se siguen sucediendo hasta la actualidad sin mayor trascendencia en la mayoría de los medios. Extrañas olas de incendios inexplicables, brutales y cuyos orígenes han sido en todos los casos inesperados, provocados por accidentes y de génesis ignotas. Aparentemente no hay premeditación en ellos, pero por su frecuencia, muchos se preguntan si el suministro de alimentos está en peligro, o directamente si estos accidentes son producto de un sabotaje.
En Estados Unidos han sido casi 100 eventos, que se han producido en plantas de Georgia Arizona, Texas, New Hampshire, California o Illinois entre otros estados y localidades. Unos han sido incendios, en dos ocasiones se han estrellado aviones sobre instalaciones. Se han perdido fortunas en patatas, fertilizantes, cabezas de ganado vacuno, ha ardido la mayor fábrica de procesamiento de soja en Estados Unidos. Además, millones de pollos, patos y pavos han muerto en ellas, pero no es posible conectar los diferentes accidentes. Hay quienes dicen que este índice de sucesos es normal, pero parece ser muy superior al de los años anteriores a 2019 (The Gateway Pundit).
Se puede hablar de accidentes industriales, ya que toda la fabricación vinculada con los alimentos es altamente inflamable, pero a la vez, esta extraordinaria coincidencia sugiere algo más que una simple casualidad. Y si no hay seguridad, comienzan la especulación y la inquietud.
Estamos ante sucesos extraños, que se suceden uno tras otro, porque la gripe aviar, la viruela ovina, la escasez de fertilizantes y la falta de producción del grano ucraniano, también forman parte del problema y lo agudizan. De ahí que señalaba la existencia de una multicausalidad, o lo que conocemos como una tormenta perfecta.
Y esa tormenta perfecta no es una imagen de ficción, afecta a nuestra supervivencia, a nuestro modo de vivir. De momento solamente en el bolsillo, haciendo inaccesibles alimentos que hasta ahora eran asequibles. Hay que entender que el desarrollo de la Historia no siempre ha caminado hacia el progreso; en algunas ocasiones, la humanidad ha realizado el trayecto inverso. Y nos estamos sumergiendo en una ola de acontecimientos imprevisibles, al menos desde el punto de vista de la alimentación.
Estén atentos, consuman productos de origen español y cocinen siempre que les sea posible, esta es una estrategia que fortalecerá el mercado interior y que les proporcionará una buena base vital de alimentos saludables y sabrosos.
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