La organización de consumidores ha denunciado que los alimentos que más han subido son también los más básicos
Las familias ya notan la subida del precio de la compra: «Todo es más caro»
Los alimentos, la luz y los carburantes están pasado factura a los hogares españoles
La subida de la luz, de los carburantes y, ahora, del precio del carrito de la compra. Las consecuencias de la guerra en Ucrania han comenzado a llegar a España, que importa el 22 % del maíz que consume de Ucrania o el medio millón de toneladas de aceite de girasol, con problemas de abastecimiento.
Natalia, madre de dos hijos, ha notado la diferencia de precios, sobre todo en la frutería y la verdulería, porque –según explica–, «en un supermercado grande sube, pero como no siempre compras lo mismo, no te das cuenta». Lo que más está incrementando su precio son, y, por tanto, lo que más preocupa, según denuncia la Organización de Consumidores y Usuarios, son los alimentos más básicos, como las frutas o las legumbres, incluso la comida de bebés.
¿Temor al desabastecimiento?
En cambio, María (41 años), madre de mellizos, no ha percibido todavía el encarecimiento, «no tanto como creo que va a ser, pero un poco sí», afirma. Sin embargo, no se ha planteado hacer ninguna compra más voluminosa de lo habitual. «Quizá en un futuro –explica–, sobre todo si las cosas se ponen peor».
Sin embargo, el desabastecimiento no es un temor común en estas familias. Algo sobre lo que el matrimonio formado por Rafael, de 59 años, e Isabel, de 60, afirman confiar en las declaraciones, realizadas este lunes 14 de marzo por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, en las que ha reiterado que no habrá desabastecimiento alimentario en España.
«No es una situación ni mucho menos de las más graves. Tenemos un nivel altísimo de abastecimiento alimentario y es un motivo de orgullo», ha afirmado el ministro Planas, mientras que también ha reconocido que España cuenta con «elementos de vulnerabilidad». Este sería el caso del aceite de girasol o del maíz, cuya producción proviene en gran medida de Ucrania, y sobre lo que la industria alimenticia del dulce y las conserveras han alertado que se están quedando sin existencias.
Los más vulnerables, los más afectados
Que los precios se hayan disparado afecta en mayor medida a las familias más vulnerables y las más numerosas. Fidelia, en cuyo hogar conviven cuatro personas, confirma que la pasada semana compraba el aceite de girasol a un euro, mientras que ahora lo hace por más de dos. El paquete de arroz, que antes costaba ochenta céntimos –«te hablo del más barato», cuenta Fidelia–, ahora más de un euro. «Si antes gastaba cincuenta, ahora son setenta euros a la semana».
El incremento del importe de los productos de alimentación, junto con el de la luz y los carburantes, está comenzando a pasar factura a las familias españolas. Isabel y Rafael dicen que ya no ponen la calefacción. «Otra cosa no podemos hacer, estar en el sofá con una manta y tan tranquilos», explica el esposo.
Los representantes de estos cuatro hogares –María, Natalia, Fidelia, y Rafael e Isabel– coinciden en que las autoridades deberían hacer algo para frenar la escalada de los costes. «Ellos con los sueldos que tienen puede permitírselo; para nosotros es imposible», comenta Rafael, a lo que su mujer responde: «que bajen el IVA, como dijeron que iban a hacer».
Natalia, para intentar remediar la situación, ha decidido poner las lavadoras y el lavavajillas cuando están completamente llenos. Aun así, le gustaría que la industria se controlase, porque «los servicios básicos tienen que tener un precio que pueda pagar todo el mundo. Nadie se puede quedar sin suministros ni sin dejar de poner la calefacción porque no tenga dinero para ello».
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