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27 de abril de 2024

El bebé que llora, hecho por Cristina Jobs

Frente al Museo Reina Sofía han instalado un enorme bebé que 'llorará' hasta que consigan una ley que proteja la lactancia maternaJorge Ruiz

Una de cada dos mujeres se ha tenido que esconder para dar el pecho a su hijo

Al 15 % de las mujeres les han llamado la atención activamente por dar de mamar a su hijo, invitándolas a taparse, irse o incluso prohibiéndoselo, según desvela el estudio de tolerancia social de la lactancia materna en espacios públicos

Un frío día de noviembre en Burgos, Raquel López estaba en la biblioteca pública con sus dos hijos, un bebé de un mes y un niño de dos años. Estaban leyendo unos cuentos, pero en un momento dado el mayor de los hermanos dijo «mamá, teta». «Llevaba dos años haciéndolo, cuando me pedía yo le amamantaba con toda naturalidad», cuenta la madre.
La guardia de seguridad del lugar se le acercó y le dijo: «No puede hacer eso aquí», recuerda Raquel, a lo que, ingenua, preguntó: «¿El qué?». La respuesta de la vigilante fue: «No puedes darle la teta aquí. No se puede comer en la biblioteca». Mientras la conversación tenía lugar, el niño seguía siendo amamantando, escuchando lo que a su madre le decían: «Si hubiese sido al bebé recién nacido no te hubiese dicho nada, pero un niño tan mayor...».
Raquel López, contando su experiencia a El Debate

Raquel López, contando su experiencia a El DebateJorge Ruiz

Este último comentario indignó a esta madre, que salió de la biblioteca con una hoja de reclamación en la mano y dispuesta a hacer ruido por lo que había vivido. Finalmente, el consejero de Sanidad de Castilla y León la llamó para disculparse: «Me dijo que había mandado un comunicado a todos los estamentos de la Junta para decir que sí que se podía dar de mamar a un bebé, tuviera la edad que tuviera», recuerda.
Raquel es una de las muchas madres que se han sentido incómodas al dar el pecho en un espacio público. Según desvela el estudio sobre la tolerancia social a la lactancia, la cifra de mujeres que se han sentido así asciende al 69 %. Este mismo informe detalla que una de cada dos madres se ha tenido que esconder para dar el pecho en público sin sentirse molestadas, y al 15 % les han llamado la atención activamente por dar de mamar a su hijo, invitándolas a taparse, irse o incluso prohibiéndoselo, como le ocurrió a Raquel.
En la plaza de Santa Isabel, frente al Museo Reina Sofía han instalado un enorme bebé que llorará hasta que consigan una ley que proteja la lactancia materna

El bebé lo ha realizado la escultora Cristina JobsJorge Ruiz

El estudio ha sido elaborado como fase preliminar para pedir una ley que proteja la lactancia materna en espacios públicos, que «proteja el derecho a amamantar y ser amamantado», afirma Marina García, de la asociación Teta&teta. Nada lo prohíbe, pero lo que se demanda es que se garantice.
Como dice el refrán, el que no llora, no mama; y por ello, han instalado un enorme bebé en la plaza frente al Museo Reina Sofía de Madrid que no parará de llorar hasta conseguir la norma que proteja la lactancia. Hasta ahora, los esfuerzos de Teta&teta los han puesto en una recogida de firmas a través de change.org.
En la plaza de Santa Isabel, frente al Museo Reina Sofía han instalado un enorme bebé que llorará hasta que consigan una ley que proteja la lactancia materna

El bebé, de Cristina JobsJorge Ruiz

La escultura hiperrealista del bebé que llora porque quiere mamar es obra de Cristina Jobs. Está sentado, con las piernas cruzadas y las manos apoyadas en el suelo. Está llorando, no solo en gesto, sino que un audio de llanto envuelve el espacio –porque quien no llora no mama– y una lágrima recorre su rostro.
«Nos basamos principalmente en expresiones de bebés reales e intentamos captar el momento en el que estaban pasando hambre», cuenta la escultora. A ella también le ha ocurrido, lo de sentirse incómoda dando el pecho. «Estaba en un parque y la chica que estaba sentada a mi lado me pidió si podía irme a un lugar más reservado», cuenta. Como sabía de lo que le hablaban, cuando le propusieron el proyecto no pudo decir que no, y ahora su bebé hiperrealista está frente al Reina Sofía para intentar evitar que a otras madres les ocurra lo mismo.
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