Una familia dando un paseo juntos
Cinco trucos avalados por la ciencia para cumplir en familia los propósitos de inicio de curso
Vuelta al curso, lista de metas… y el reto de mantenerlas. La investigadora Ana María Melendo resume cinco técnicas sencillas y científicas para convertir buenos deseos en hábitos familiares reales
Si septiembre es, para muchos hogares, un verdadero «Año Nuevo», octubre es «el momento de la verdad». Porque todos esos planes, proyectos y buenas intenciones que padres e hijos se hicieron tras el verano, se topan con la vuelta a la rutina y un curso académico y profesional que ya ha entrado en la «velocidad de crucero».
Para que toda esa energía y buenos propósitos (estudiar al día, cocinar los domingos, hacer ejercicio, trazar planes juntos...) no queden en humo, es necesaria una planificación y un autocontrol que permita a nuestro cerebro –y a nuestra voluntad– hacer «clic».
Y es posible hacerlo, como demuestra no sólo la experiencia de muchas personas, sino también la ciencia. Así lo indica Ana María Melendo, docente e investigadora en Educación en la Universidad Camilo José Cela, en un artículo divulgativo publicado en la web especializada en educación y familia The Conversation.
Primero: Anclar hábitos
«El anclaje de hábitos es una de las técnicas más efectivas para materializar nuestras buenas intenciones de forma sencilla y sostenible», apunta Melendo: pega lo nuevo a algo que ya haces cada día.
Por ejemplo, «después de servirnos un café cada mañana, escribimos una lista con todas las tareas que queremos realizar durante el día, organizándolas por orden de prioridad. Aprovechamos la red neuronal ya existente de hábitos automáticos (como es ese café o té tan necesario cada mañana) para estructurar mentalmente la jornada y priorizar las tareas del día».
Porque, como explica la investigadora citando, entre otros, al autor de Hábitos atómicos, James Clear, «asociando una acción a la otra, reducimos la resistencia natural que nuestro cerebro presenta frente a los cambios».
Segundo: Compromiso público
Lo que en inglés llaman accountability: «Hacer público un objetivo o compartirlo con otra persona aumenta significativamente la probabilidad de cumplirlo», indica melendo, citando un artículo publicado en Science Direct y otro del Journal of Applied Psichology.
Vale para padres (salir a caminar tres días a la semana) y para hijos (estudio sin móvil 25 minutos). «Este compromiso compartido hace menos probable el abandono», apunta la investigadora.
Tercero: Condicionamiento operante
Melendo explica que el «condicionamiento operante», también conocido como «refuerzo positivo» y basado en las teorías del psicólogo Burrhus Frederic Skinner, «es una técnica de modificación de la conducta que consiste en añadir una recompensa inmediata y significativa después de un comportamiento deseado. De esta manera, nos aseguramos de que el comportamiento se repita».
Aplicado a la vida matrimonial y familiar, puede ser ponerse un episodio de la serie favorita, dar un paseo o escuchar un podcast después de esa acción que tanto cuesta (estudiar, planchar, sacar la basura...)
Cuarto: Implementación de intenciones
No basta el «ya lo haré»: citando a los psicólogos alemanes Gabriele Oettingen y Peter Gollwitzer, Ana María Melendo propone «especificar con precisión cuándo, dónde y cómo realizaremos una actividad concreta».
Por ejemplo, «cada mañana, justo después del café, nos sentaremos junto a la ventana y meditaremos cinco minutos… hasta que sea un hábito». El plan «transforma la idea vaga en un plan específico y concreto», tanto para padres como para hijos.
Quinto: Monitoreo y autorregistro.
A partir de la psicología conductual y cognitivo-conductual de Skinner y Meichenbaum, Melendo recuerda la importancia de que cada miembro de la familia sea capaz de evaluar el estado de sus compromisos.
O lo que es lo mismo, «hacer un seguimiento consciente de un comportamiento»: pasos diarios, tiempo de estudio, horas de sueño... Un recordatorio en el móvil y un seguimiento en una libreta o en una aplicación ayudan a lograrlo, porque «este seguimiento genera conciencia y motivación», explica la investigadora.
Y cierra con una invitación que encaja con cualquier hogar que empieza curso: «Tenemos a nuestro alcance herramientas científicamente respaldadas para construir la vida que deseamos. Lo importante es empezar». Empezar hoy, por lo pequeño y en familia, para que los objetivos de mejora sean una realidad.