Jennifer Aniston relata la mala relación con su madre: «Fue el ejemplo de lo que nunca quise ser»

Mientras se rumorea sobre un posible acercamiento con su exmarido Justin Theroux, Jennifer Aniston se convierte en la protagonista de la revista The Hollywood Reporter, en la que analiza cómo ha sobrevivido durante todos estos años a las habladurías sobre su vida personal y a las críticas sobre su decisión de no tener hijos. Siempre se la ha juzgado por haber priorizado su carrera como actriz a su familia sin tener en cuenta si quería convertirse en madre o, como ella explica, si podía médicamente tener descendencia. Entre risas, la protagonista de Friends asegura que todavía hay gente que se piensa que a sus 52 años se va a obrar un milagro y va a ser madre. «Es ridículo», dice.

«Estas opiniones solía tomármelas de manera muy personal: los rumores de embarazo y la suposición de 'prefiere su trabajo' por encima de los niños. Luego ya me dio igual aunque es algo desagradable e hiriente. No tienen idea de lo que está pasando», ha dicho durante la entrevista. Asegura que no es la única actriz juzgada por esto. Casi todas sus compañeras de profesión excepto alguna figura pública que se salva como Dolly Parton. Opina que «los hombres pueden casarse tantas veces como quieran, con mujeres más jóvenes y a las mujeres no se les permite hacer eso».

Pero es algo  con lo que, como reitera en buena parte de su entrevista, ha aprendido a convivir con ello. Llegó un momento en su vida en la que decidió mirar hacia un lado y abrazar las cosas positivas. No quiere parecerse en absoluto a su fallecida madre, Nancy Dow. «Crecí viendo a mi madre sentarse cómodamente como una víctima, y no me gustó cómo se veía. Me estaba dando un ejemplo de lo que nunca querría ser, y nunca lo seré. Creo que es tóxico y erosiona tu interior y tu alma», reconoce Aniston. A diferencia de su madre, la actriz  prefirió no ocultarse en casa y deprimirse y sí «encontrar una salida creativa y prosperar».

Madre e hija mantuvieron una tensa relación durante años. Aniston admitió en varias ocasiones que no había sido fácil criarse en ese ambiente tóxico de Dow, además de reconocer que siempre fue muy crítica con ella «por no poder estar a la altura de la apariencia de modelo» de su madre cuando era más joven.