Ivana Trump, en Nueva York.
Las últimas horas de Ivana Trump en su restaurante italiano favorito de Nueva York
Modelo, empresaria y deportista, la exmujer de Donald Trump falleció a los 73 años en su casa de Manhattan por un paro cardíaco
Parecía de buen humor, pero estaba cansada. La noche del miércoles, Ivana Trump regresó una vez más a su restaurante favorito de Nueva York, en el Upper East Side de Manhattan, a escasos metros de su casa. Pidió solo un aperitivo, según detalla la propietaria del restaurante italiano Altesi's, al Daily Mail. Unas horas después fallecía a los 73 años.
A la mañana siguiente, mientras subía las escaleras del interior de su casa, la empresaria y ex modelo sufrió lo que se cree fue un paro cardíaco. Fue encontrada tirada al pie de la escalera poco después del mediodía del jueves por una miembro del personal que llegaba al trabajo, abrió la puerta, descubrió que no respiraba y llamó a la policía.
Expectación mediática en la puerta de la casa de Ivana Trump
Ivana nació en 1949 en el seno de una familia que por aquel entonces residía en la ciudad de Zlín, en la actual República Checa. Desde bien pequeña, descubrió que la gimnasia y esquí era lo suyo y, aunque llegó a dedicarse profesionalmente a ello, no logró formar parte del equipo olímpico checoslovaco que participó en los Juegos de Invierno de 1972 celebrados en Japón. Además, se graduó en la Universidad Carlos de Praga como profesora de Educación Física.
Teniendo en cuenta que por aquel entonces su país estaba en manos de gobiernos comunistas que prohibían la libre circulación entre sus ciudadanos, y que su único propósito era cruzar el charco, se vio obligada a casarse por conveniencia en 1971 con un esquiador austriaco llamado Alfred Winklmayr, de quien se divorció tan solo un año después.
Dejó su país para iniciar una nueva vida en Canadá, donde, a su llegada, empezó a trabajar como modelo. Tan solo unos años después, su camino se cruzó con el de Donald Trump. La entonces pareja se conoció durante un viaje que Ivana hizo a Nueva York junto a algunas de sus compañeras por motivos estrictamente profesionales. Un año después contrajeron matrimonio convirtiéndose así en una de las parejas más mediáticas de la prensa rosa estadounidense. A los pocos meses de pasar por el altar, llegó Donald Jr, su primer hijo, pero no el último. Tras él, nació Ivana Marie, y después de ella Eric.
Después de verse envueltos en varios escándalos derivados de las presuntas deslealtades cometidas por parte del empresario estadounidense, Ivana y Trump decidieron divorciarse, un proceso que los llevó a seguir formando parte de la actualidad mediática del país. Iniciaron así una guerra entre ellos, en la que Ivana demostró que ya no le quedaba ni una pizca de compasión hacia su marido. Tanto, que incluso le llegó a acusar de violación. Y es que, aunque nunca llegaron a trascender los términos que rigieron su acuerdo de divorcio, sí se pudo comprobar que Ivana no salió para nada mal parada.
Convertida en todo un referente feminista para gran parte de las mujeres estadounidenses, Ivana decidió invertir parte del dinero conseguido con el divorcio en el lanzamiento de una línea de belleza, un negocio que compaginó con sus trabajos puntuales de actriz y con sus compromisos literarios, ya que durante esta etapa llegó a escribir hasta dos libros.
En cuanto a su vida personal, Ivana se casó dos veces más, con el empresario italiano Riccardo Mazzucchelli y con el actor Rosano Rubicondi, con quien tan solo estuvo casada unos meses.