La infanta Margarita acompañada de su familia durante el homenaje que le ha brindado la localidad de Estoril
El homenaje de Estoril a la Infanta Margarita
La hermana de Don Juan Carlos ha sido honrada con la inauguración de un paseo en honor
Son muchos los capítulos de la vida de la Infanta Margarita que se han escrito en Estoril. Desde su infancia, después de que sus padres Don Juan y Doña Mercedes desembarcaran en la localidad portuguesa en 1946, a su boda con el doctor Carlos Zurita Delgado, en 1972, en la iglesia de San Antonio. Su cariño por esta tierra la ha convertido en una habitual durante prácticamente todos los veranos. La duquesa de Soria, de 83 años, tiene casa en Estoril y siempre que puede le gusta contemplar el paisaje que dibuja la playa de Tamariz, que tan buenos recuerdos le trae.
La Infanta Margarita de Borbón junto a sus familiares
Conscientes de la importancia de la figura de la hermana de Don Juan Carlos para la ciudad, el ayuntamiento ha querido devolverle el cariño con la inauguración de una calle en su honor. La ceremonia tuvo lugar el pasado mes de julio. En el acto, la Infanta Margarita estuvo arropada por sus hijos Alfonso y María Zurita y su nieto Carlos, que cumplió 4 años el pasado abril.
Residente destacada
«Cascais honra a D. Margarita de Borbón, miembro de la familia real española», reza el comunicado publicado en la sección de noticias del municipio. El reconocimiento a la duquesa de Soria forma parte de una acción de la localidad de rendir homenaje a los residentes más destacados y reconoce a doña Margarita como tal. Después de unas palabras del alcalde de Cascais, Carlos Correiras, y del presidente del Consejo Parroquial de Cascais-Estoril, Pedro Morais, se pudo leer la placa con el nombre de la vía y, en letras más pequeñas, «Infanta de España, calle particular».
La Infanta Margarita de Borbón, hermana del Rey Juan Carlos I
La Infanta Margarita, que habla perfectamente portugués, visiblemente emocionada, declaró: «No merezco tanto honor». Repasó algunos capítulos de su infancia «ya en el siglo pasado», en Estoril. Finalmente, reconoció: «Aquí me siento como en casa».
Su hija María también se mostró muy feliz de que su madre pudiera haber disfrutado de este reconocimiento. «Sí, ha sido absolutamente maravilloso, sobre todo que pudiera verlo».
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