Fundado en 1910

27 de abril de 2024

Aubameyang

Aubameyang y su mujer se encontraban en casa cuando sufrieron el robo

Gente

El «caso Aubameyang» o el peligro de enseñar tu casa en redes sociales

La madrugada del domingo al lunes al menos cuatro hombres escalaron el muro que separaba la propiedad de Pierre-Emerick Aubameyang de la vía pública. Fuentes policiales aseguraron que lo amenazaron e intimidaron con armas de fuego y barras de hierro. Acompañado de su mujer, sufrió golpes físicos cuando intentó defenderse de los ladrones y fue intimidado hasta que abrió la caja fuerte de la casa, donde guardaban las joyas más valiosas. Cuando, por fin, pudieron dar la voz de alarma y avisar a los Mossos d’ Esquadra, los atacantes ya habían huido en un Audi A3 de color blanco, que todavía no se ha encontrado.
Aunque parezca difícil de creer, es la segunda vez que el jugador del Barça se enfrenta a una situación parecida. A principios de verano, unos ladrones accedieron al domicilio con el mismo propósito que estos últimos: joyas. En aquella ocasión, tal y como detalló El periódico no había nadie en casa del futbolista, algo que conocían al detalle, ya que este tipo de bandas suele estudiar los movimientos de las estrellas deportivas. Esto les permite conocer cuándo no iban a estar en sus propiedades y aprovechar a que estaban jugando fuera o concentrados para dar el golpe.
Algo similar sucedió en enero de este mismo año, cuando el delantero del Real Madrid Karim Benzema sufrió el desvalijo de su casa de San Sebastián de los Reyes cuando estaba jugando un partido de liga en Elche. Como en el caso de Aubameyang, los asaltantes accedieron al jardín y, de ahí a la propiedad con varias mazas con las que rompieron los cristales.
Tanto la Policía como los Mossos d’Esquadra aseguran que los robos con estas características suelen estar perpetrados por bandas profesionales que «conocen el objetivo. Lo estudian a fondo para saber sus horarios, los de su familia…». Una vez han obtenido todos los datos necesarios para cometer el asalto valoran si se arriesgan a que los dueños estén en casa «con el único fin de intimidarles» o esperar a que se vayan. «Hacen su aparición, entonces, los expertos en seguridad y cajas fuertes».
{"type":"Instagram","url":"https://www.instagram.com/p/ChesyNgt8ty/"}
Los futbolistas no son los únicos que han sufrido una situación parecida. Al riesgo de exponer casas, actividad y planes de ocio en redes sociales se exponen sobre todo los influencers. Nabilla Vergara se hizo viral, pero no por su contenido, sino porque ser víctima de un robo de joyas que alcanzaban los 150.000€ mientras se estaba casando. Los ladrones aprovecharon que estaba retransmitiendo retransmitiendo el enlace a través de su perfil para asegurarse de que la habitación de hotel en la que se hospedaba estaba libre de vigilancia. «Hemos sido víctimas de un robo. Había joyas que mi abuelo nos había regalado a mí y a mi abuela. Son cosas sentimentales que no tienen precio para mí», explicó en un vídeo publicado en Instagram.
La misma plataforma utilizó Alice Campello, modelo y esposa del futbolista Álvaro Morata, para comentar lo «molesta» que estaba y estaría por haberle robado tantos recuerdos. Como se hizo público después, los ladrones consiguieron entrar rápidamente porque conocían las habitaciones y plantas de la casa gracias a los vídeos que ella misma publicaba en sus stories.
«La población banaliza el uso de redes sociales y, en realidad, cada nueva publicación da acceso a cualquier persona del mundo a información privada», comentan desde una conocida empresa de seguridad. «En Italia, se desarmó una banda que Milán que examinaba las fotos que los famosos publicaban en sus casas para hallar los mejores sitios para acceder, así como cuándo estaban en ella y cuándo salía». Habla de los conocidos como «ladrones acróbatas», entre cuyas víctimas están el futbolista del Inter de Milán Achraf Hakimi, la presentadora de televisión Diletta Leotta y la influencer Eleonora Incardona.
Reconstruían sus movimientos, investigaban el interior de sus casas y determinaban el tipo de ventanas que tenían. A continuación, los hombres, de entre 17 y 44 años, se vestían elegantemente para mezclarse con los residentes de los lujosos vecindarios de sus objetivos. Las imágenes de las cámaras de seguridad de uno de los robos muestran como un miembro de la banda vigila mientras otro sube a un edificio y entra por la ventana de un primer piso. ¿El botín? Bolsos, relojes de alta gama, ropa y cualquier elemento de lujo de pequeñas dimensiones que sea sencillo colocar en el mercado negro y «vender a precio de oro».
Comentarios
tracking