La Reina Isabel II, Meghan Markle y el Príncipe Harry
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La desconcertante respuesta de Isabel II cuando Harry le preguntó si podía casarse con Meghan
La escueta respuesta de la Monarca dejó al Príncipe Harry desconcertado y sin palabras
Las memorias del Príncipe Harry, Spare, que vieron la luz hace unos días, han dejado un sinfín de confesiones. Uno de los temas en los que se centra es la polémica que siempre ha existido en su familia sobre su relación con Meghan Markle.
Después de varios meses teniendo una relación sentimental con Meghan, el Príncipe decidió dar un paso más allá y pedir matrimonio a la mujer de su vida. Para cumplir con las normas de la realeza, el Duque de Sussex preguntó a sus asesores sobre el procedimiento que tendría que llevar a cabo y estos le explicaron que tendría que pedir primeramente permiso a su abuela, la Reina Isabel. «No tenía ningún sentido», escribe en sus memorias, ya que se consideraba un hombre adulto capaz de tomar decisiones de este tipo.
A pesar de estar completamente en contra, el hijo menor del Rey Carlos III siguió el protocolo y buscó el momento más apropiado para hablar con su abuela. La idea era preguntar a la Reina cuando estuviera de buen humor, ya que una negativa por respuesta podría ocasionar una gran polémica familiar. Decidió hablar con ella en un viaje a Sandringham, estando seguro de que su simpatía y felicidad durante esos días sería clave.
Las palabras de la Reina dejan en evidencia de nuevo que la aceptación de Meghan Markle
En un momento a solas, el Duque de Sussex se sinceró con la Reina Isabel sobre todo lo que sentía hacia Meghan y como la amaba y se lanzó a hacerle la gran pregunta: «Me han dicho que tengo que pedir su permiso antes de poder proponer matrimonio», preguntó.
«¿Tienes que hacerlo?», respondió la Reina Isabel II. Su nieto quedó impactado ante tal respuesta y se produjo un silencio incómodo entre ambos. Entonces, prosiguió y contestó; «Bueno, entonces supongo que tengo que decir que sí».
Ante tales palabras, el hijo de Lady Di se quedó desconcertado; «No lo entendí. ¿Estaba siendo sarcástica? ¿Irónica?», escribía. Confiesa que se quedó un rato pensativo intentado resolver lo que quería decirle exactamente su abuela, pero llegó a la conclusión de que la respuesta contenía un «Sí» y se quedó con eso. Contestó a su abuela que era maravilloso y le agradeció por haberle concedido el permiso.
Después de esta conversación con su abuela, el Príncipe Harry comenzó a planear la pedida de mano. En su documental de Netflix, la pareja cuenta que fue durante una cena en el Palacio Kensington. «Abrí una botella de champán mientras ella asaba un pollo, lo que me delató un poco», explica el Príncipe. «Tú nunca bebes champán, ¿qué celebramos? Le respondió Meghan. Finalmente, el nieto de la Reina Isabel II sacó a su novia a los exteriores, donde colocó quince velas para crear un ambiente más romántico y se arrodilló para pedirle matrimonio. «Se arrodilló y yo le dije, ¡Sí! Estábamos muy contentos y emocionados y pensé, vamos a hacerlo», cuenta Meghan.
Las palabras de la Reina dejan en evidencia de nuevo que la aceptación de Meghan como un miembro más de la Familia Real nunca ha sido fácil. Su color de piel no fue del todo defendido por la monarquía británica. La pareja ha llegado a confesar que cuando nació su primer hijo, Archie, la preocupación por parte de la familia por lo oscura que pudiera llegar a ser su piel fue muy grande.
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