La norma que impuso Onieva a sus amigos en su despedida de soltero en Budapest

Quedan exactamente 25 días para que Íñigo Onieva y Tamara Falcó se juren amor eterno en una ceremonia religiosa celebrada en el palacio El Rincón y que parecía que nunca iba a llegar. Han sido muchas las piedras que se han puesto en el camino al altar de la pareja –como el portazo de Sophie et voilà–. Sin embargo, lo que dinamitó su historia de amor fue la infidelidad del empresario en el Burning Man. Desde entonces, todas las miradas han estado puestas en cada uno de sus pasos y, aunque mucho se ha rumoreado acerca de la deslealtad del futuro marido de la marquesa de Griñón, parece que ha aprendido la lección.

Una cuestión que ha vuelto a ser puesta sobre la mesa con la última norma impuesta por Onieva en su reciente despedida de soltero. Tal y como ha informado Ya es mediodía, los amigos del empresario han firmado un pacto de silencio durante su viaje a Budapest, asegurando que no iban a contar nada de esta escapada y, por si fuera poco, que no iban a publicar fotografías en sus redes sociales. Al parecer, se trata de una estrategia para preservar el anonimato de los acompañantes del novio, pero tanto secretismo ha recuperado la infidelidad que un día puso en jaque su futuro junto a la hija de Isabel Preysler.

«Han hecho un pacto de silencio todo el grupo de amigos y ninguno ha subido nada a sus redes sociales, el propio Íñigo tampoco», ha confirmado Leticia Requejo, quien además ha añadido que ha sido un viaje de cuatro días en los que han disfrutado del turismo, la gastronomía y la vida nocturna de la capital de Hungría.

En total, han sido ocho amigos más el futuro novio y, aunque en un principio se habló de Argentina, finalmente han decidido trasladarse más cerca. «Decidieron Budapest porque no les daba tiempo a ir a Argentina, que era el destino pensado. Pero tienen pensado hacer este mismo viaje después de la boda», ha sentenciado Requejo. Pero esta no es la única despedida de soltero para Onieva, que cogerá este fin de semana un avión destino Menorca en compañía de su otro grupo de amigos.

Dos viajes antes de pasar por el altar mientras Tamara Falcó se encuentra en la clínica Buchinger junto a su madre siguiendo el tratamiento détox al que se está sometiendo de cara a su inminente boda. «En el vestido entro porque me lo hacen a medida. Otra cosa es que yo quiera perder unos kilos porque me veo y me siento mejor», confesó hace unos días para dar portazo, de una vez por todas, a las críticas sobre su cambio físico que volvieron a poner sobre la mesa los rumores de embarazo que llevan sonando desde hace tiempo.

Lo cierto que es la marquesa de Griñón está haciendo caso omiso a todo lo que están especulando sobre ella. Tan solo está centrada en organizar el día más especial de su vida y que todo salga bien, al menos por el tiempo que lleva soñando con este momento.