La espectacular persecución a Íñigo Onieva para robarle su reloj de 50.000 €

Íñigo Onieva no se libra de ser el protagonista de la actualidad (y no por su inminente boda). Si bien la semana pasada su nombre sonó con fuerza debido a una nueva –y presunta– infidelidad a escasos días de pasar por el altar, ahora lo ha hecho por una cuestión muy diferente. Al parecer, el empresario ha sido víctima de un intento de robo con persecución incluida. Así lo ha contado Leticia Requejo en El programa de Ana Rosa, desvelando que el futuro marido de Tamara Falcó se encontraba de compras por el barrio de Salamanca cuando se encontró con un escenario que no se habría imaginado jamás.

Su tranquilidad se quebrantó cuando empezó a fijarse en un motorista que le llamó especialmente la atención. «En un principio pensaba que era un paparazzi, pero al ver que no llevaba cámara de fotos, le llamó la atención», ha explicado la periodista. En ese momento, pendiente del reloj Patek Philippe que lucía en su muñeca, decidió entrar en un local buscando seguridad.

Una vez allí, refugiado, se le ocurrió ponerse en contacto con un amigo policía, el cual le aconsejó que permaneciese en el establecimiento a esperas de los movimientos del motorista y que se quitase el reloj. Tras este pequeño susto, Onieva decidió continuar con sus planes, guardándose esta joya de coleccionista. Una estrategia que hizo que el presunto ladrón desapareciese de escena y así, el empresario, pudo continuar con sus compras.

El reloj, en cuestión, se trata del regalo que la marquesa de Griñón le hizo a su prometido el día de la pedida. Una fiesta en la que aprovecharon para unir a ambas familias y dedicarse los primeros obsequios antes de darse el ‘sí, quiero’. Mientras la hija de Isabel Preysler recibió una pulsera de rubíes hecha a mano por el tío de Onieva, este recibió un exclusivo reloj.

Se trata del modelo Nautilus 5712/1A de la firma suiza Patek Philippe, valorado en 50.800 euros; un diseño de lujo realizado en acero inoxidable, presentado en una caja de cristal de zafiro inspirada en la escotilla de un barco. Una joya –que podría llevar el día de su boda– propia de coleccionista y que se suma ya a su lista de relojes, aunque le haya hecho pasar un mal trago por lucirlo en las calles de Madrid.

Pero este no ha sido el único revés al que han tenido que hacer frente. Al parecer, este fin de semana, dos joyeros de Valladolid fueron asaltados por una banda de atracadores que se hicieron pasar por guardias civiles, sustrayéndoles un maletín con un muestrario de joyas que iban destinadas a algunos de los invitados del enlace más esperado del año.

El valor de las piezas robadas ascendía a los dos millones de euros, repartidos en collares, pendientes, brazaletes y pulseras de estilo antiguo, según informó Nacho Abad. Y es que, parece que esta boda ha estado maldita desde el primer día que se anunció, sin embargo, nada podrá frenar el amor del empresario y la marquesa de Griñón, que continúan firmes con sus planes de jurarse amor eterno en el altar.