Fundado en 1910
El escritor Mario Vargas Llosa con la que fue su mujer durante 50 años, Patricia Llosa

El escritor Mario Vargas Llosa con la que fue su mujer durante 50 años, Patricia Llosa

Gente

La historia de amor prohibido de Vargas Llosa y su mujer Patricia

«Sin ella, mi vida se habría disuelto en una maraña de palabras», dijo de ella el escritor cuando recibió el Premio Nobel en 2010

La Ciudad de los Reyes se ha acostado con una noticia que parecía detener el tiempo: Mario Vargas Llosa, el último titán del boom latinoamericano, ha muerto a los 89 años. «Con profundo dolor hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz», explicaban sus hijos en un comunicado. «Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores alrededor del mundo, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá».

«Procedemos en las próximas horas y días de acuerdo con sus instrucciones. No tendrá lugar ninguna ceremonia pública. Nuestra madre, nuestros hijos y nosotros mismos confiamos en tener el espacio y la privacidad para despedirlo en familia, en compañía de amigos cercanos. Sus restos, como era su voluntad, serán incinerados», concluían.

Su legado literario, esculpido con tinta y obsesión por la libertad, es incuestionable. Pero entre las páginas no escritas de su vida, hay una historia menos conocida y quizá más humana: la de su amor con Patricia Llosa, su prima, su esposa durante cinco décadas.

La historia comienza como una novela francesa: en París, en 1961. Él, un joven escritor que ya coqueteaba con la posteridad; ella, una estudiante diez años menor, recién llegada a la ciudad de la luz. Se conocían desde la infancia en Perú, pero fue allí, lejos de los ojos familiares, donde nació algo distinto. Mario aún estaba casado con Julia Urquidi —la tía Julia de su célebre novela La tía Julia y el Escribidor—, pero el destino ya escribía otra línea narrativa. Se enamoraron apenas dos meses después de que el autor se divorciase y comenzaron a escribir su historia sobre los márgenes para evitar un escándalo familiar, que nunca estuvo muy de acuerdo con su relación.

En 1965, Mario y Patricia se casaron. Fue el comienzo de una vida nómada: Londres, Barcelona, Madrid, Washington. De fondo, premios literarios, dictadores en sus ficciones y en la vida real, discursos apasionados y la crianza de tres hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana. Patricia fue algo más que una esposa; fue editora oficiosa, administradora del caos y figura invisible tras el genio. Se encargaba de su agenda, su vida diaria y revisaba sus textos antes de entregarlos.

Vargas Llosa y su mujer, en una imagen de archivo

Vargas Llosa y su mujer, en una imagen de archivoGTRES

En su discurso al recibir el Nobel en 2010, Mario lo dijo sin rodeos: «Sin ella, mi vida se habría disuelto en una maraña de palabras». Titulado Elogio de la lectura y la ficción, en él reconoció que había sido su sostén. «Por haber hecho, a lo largo de todos estos años, todo tan fácil, por tu paciencia infinita, por tu aguda inteligencia y por el cariño que me has dado».

Pero como en toda gran novela, hubo un giro inesperado. En 2015, la portada de una revista del corazón reveló lo impensable: Mario Vargas Llosa iniciaba una relación con Isabel Preysler. El matrimonio con Patricia se rompía, no en silencio, sino bajo el foco cruel del ojo público. Se habló de traición, de escándalo, de un corazón envejecido pero aún vulnerable. Tanto ella como sus tres hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana, emitieron un comunicado en el que se mostraban «sorprendidos y muy apenados» por la noticia, de la que se habían enterado por la prensa.

Writer Mario Vargas Llosa and Patricia Llosa with Alvaro Vargas Llosa in Marbella in Marbella on Sunday 30 July 2023.

El matrimonio con su hijo mayor ÁlvaroGTRES

Durante ocho años, Vargas Llosa vivió lejos de Patricia. De Preysler dijo que era una mujer «divina», pero la relación terminó en 2023, y en un movimiento que parecía guiado por el arrepentimiento —o tal vez por la verdad más íntima—, el Nobel volvió a mirar hacia atrás.

Ese mismo año, Mario y Patricia reaparecieron juntos en París, en la ceremonia en que él fue investido como miembro de la Academia Francesa. La ciudad que los había visto nacer como pareja fue testigo de una suerte de reconciliación pública. Años antes, Patricia había dicho que perdonar no era una decisión sencilla. Pero la vida, como la literatura, a veces se permite redenciones. La última novela de Vargas Llosa, Le dedico mi silencio, fue para ella. Una dedicatoria escueta, pero significativa: «A Patricia». No hubo más. No hacía falta.

comentarios
tracking