El traje de aspecto rústico con el que Begoña Gómez se ha paseado por el Palacio de las Dueñas

Begoña Gómez no se esconde. A pesar de estar imputada por cuatro delitos, se sigue paseando frente a los focos como si nada y presumiendo de armario. Después de su comentada reaparición el domingo, junto a los Reyes Felipe y Letizia, en el Real Alcázar de Sevilla, este lunes, se dejó ver en el Palacio de Dueñas. Para su segunda aparición, con motivo de la cumbre de la ONU en Sevilla, ha apostado de nuevo por Teresa Helbig. En concreto, un falso dos piezas de la colección primavera-verano 2020.

La parte superior simula ser un top sin mangas con cuello de solapas y bajo cropped, mientras que la silueta entalla ligeramente hasta las caderas a modo de falda. Fabricado con un tejido trenzado en color beige claro, un material que presenta calados en su corte y que destaca por su aspecto rústico, suma otro material en el bajo de la falda rematada con tul y tiras de raso superpuestas geométricamente. Al igual que su marido, ha llevado un pin multicolor que forma parte de una campaña en redes #ODSéate (Objetivos de Desarrollo Sostenible), generada por el Alto Comisionado para la Agenda 2030 de la ONU.

Sin duda, un traje más acertado para el clima sevillano y una velada en los jardines del Palacio de Las Dueñas, que el que lució el pasado domingo, al presentarse de largo cuando la etiqueta era de cóctel. Si la Reina no viste de largo, el resto de invitados tampoco debería hacerlo. Y además, chocaba esa manga larga, a las puertas de julio, en Sevilla, con los termómetros disparados.

El diseño, en sí, era una maravilla, con un encaje fijo y translúcido, con detalle de patrones geométricos y florales repetidos a lo largo de todo el vestido. Además, Begoña Gómez es una gran seguidora de las creaciones de Teresa Helbig. Pero no era el vestido adecuado para esta ocasión.