La espectacular casa ibicenca en la que veranea Raphael

El pasado mes de diciembre, Raphael se llevó uno de los grandes sustos de su carrera. En plena grabación del programa La Revuelta de TVE, el cantante de Linares tuvo que abandonar el Teatro Príncipe Gran Vía en ambulancia por sufrir un episodio transitorio de confusión. Después de someterse a varias pruebas, tras las que los neurólogos, descartaron que sufriera un ictus, el artista tenía un diagnóstico claro: un linfoma cerebral con dos nódulos cerebrales en el hemisferio izquierdo del que ya está siendo tratado y que justifica los síntomas neurológicos que presentó entonces.

«Un golpetazo inesperado» como él mismo confesó en una entrevista en Televisión Española, pero que solo le ha servido para retomar su carrera con más fuerza. Después de las sesiones de logopedia para mejorar su capacidad vocal, afectada a consecuencia de la conocida dolencia, el artista retomaba el pasado mes de junio su esperada gira Raphaelismo por todo lo alto, en el Teatro Romano de Mérida, dentro del Stone & Music Festival.

Más de 3.200 fieles se reunieron a ver cómo, a sus 82 años, se hacía con el escenario igual que el primer día, hace más de seis décadas. Entre una época y otra, ha logrado 326 discos de oro, 49 de platino y uno de los cuatro únicos discos de uranio. Volví a repetir el éxito de entonces hace apenas un mes durante su recital en el festival Starlite de Marbella. Alrededor de una hora y cuarenta minutos de actuación para casi una treintena de canciones que convirtieron la noche en una velada mágica.

Con los logros conseguidos a lo largo de su carrera, sería lógico pensar que su jubilación está a la vuelta de la esquina. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. «No me canso de lo que hago, porque lo del cansancio es relativo. Si tú estás haciendo lo que te gusta, te cansas menos», explicaba. Sea como fuere, cuando desee retirarse de forma definitiva de la música, podrá hacerlo en las dos casas que posee: la lujosa vivienda de Boadilla del Monte donde vive desde hace décadas con su mujer Natalia Figueroa, y la mansión ibicenca, donde la familia al completo suele pasar el verano.

Un remanso de paz ubicado en una urbanización privada de la localidad de Sant Josep de Sa Talaia, al oeste de la isla. Con más de 500 metros cuadrados de jardín, posee una vivienda de arquitectura payesa y 320 metros cuadrados dispuestos en dos pisos. Sin embargo, el gran reclamo de la propiedad es la espectacular piscina en la que seguro que el cantante se relaja –o, al menos, lo intenta– con la presencia de sus nietos. La devoción de Raphael por la isla pitiusa le llevó a ser nombrado josepí de honor por parte de la localidad ibicenca.

La última vez que viajó a la isla fue el pasado mes de abril, cuando se le pudo ver junto a Natalia Figueroa. «Muy bien», respondía entonces con una sonrisa al ser preguntado por su estado de salud. El destino quiso que en el mismo vuelo coincidieran con la exmujer de su hijo, Manuel Martos. La empresaria e influencer Amelia Bono mantiene una relación cordial con sus exsuegros y muestra de ello es que sabía que irían en el mismo vuelo. «Es una más de la familia, claro», expresaron ellos con claridad y afecto.