Almeida desvela a quién se parece su hijo Lucas

Desde que nació el pasado 3 de julio, Lucas Martínez-Almeida Urquijo se ha convertido en la alegría de la casa y, de paso, en el tema favorito de conversación de su padre, el alcalde de Madrid. José Luis Martínez-Almeida, que maneja la ironía como pocos, no ha tardado en hacer público el primer retrato de su hijo.

Y lo ha hecho a su manera, sin hablar de ojos bonitos o de sonrisa angelical, sino destacando lo que para él es inconfundible: «Es difícil decir a quién se parece, pero hay dos cosas que seguro son mías: las orejas pegadas y, desgraciadamente, bastante papada. El resto espero que haya salido a la madre en todo». Con esta sinceridad y sentido del humor, el regidor madrileño arrancó carcajadas en su entrevista con Alberto Herrera en la cadena COPE.

Más allá de las semejanzas físicas, el político se confiesa absolutamente rendido a su primogénito. «Está fenomenal, solo hace lo que tiene que hacer: comer y dormir. Es buenísimo», comenta feliz. Tanto que lo ha definido como un «bebé trampa», de esos que duermen de un tirón y permiten a los padres descansar como nunca imaginaron. Eso sí, el propio Almeida reconoce que un niño así invita a pensar en ampliar la familia: «Supongo que vendrán algunos más», desliza.

Para poder vivir al máximo el inicio de esta nueva etapa, el político no dudó en cogerse la baja por paternidad. Durante seis semanas se olvidó de los plenos y los discursos para centrarse en biberones, pañales y vigilias nocturnas. «Un padre debe cogerse una baja sí o sí, no por obligación legal, sino porque es una situación que hay que vivir con la pareja», asegura.

Y lo cierto es que ha disfrutado de cada minuto: «Cambio pañales y me gusta. Ahora que es bebé me encanta protegerle». También ha querido subrayar lo duro que es el proceso para la mujer: «Un parto y un posparto son muy duros; si fuese por los hombres, ellas necesitarían estar acompañadas siempre».

Convencido de que la paternidad le ha cambiado, admite: «Gracias a mi hijo ahora quiero construir una sociedad mejor». Y lo cierto es que la llegada de Lucas ha transformado a José Luis. Él mismo lo reconoce: «Ahora me cuesta más salir de casa. Cuando le ves por la mañana con su biberón, lo único que quieres es volver antes para estar con él». Madrid puede esperar un poco; el pequeño no. Y en esa confesión, como en sus bromas sobre papadas y orejas, se ve a un hombre que disfruta de su cargo más importante: el de papá primerizo, con todo lo que ello implica.

Lucas hereda algunos rasgos físicos de su padre, pero también el peso de un largo apellido por parte de su madre. Teresa Urquijo y Moreno pertenece a una de las ramas nobles más antiguas y reconocidas de España. Por línea materna está vinculada directamente a la Casa de Borbón-Dos Sicilias, ya que es nieta de la princesa Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, quien ostenta el título de marquesa de Laserna. Este linaje la emparenta con la realeza europea, pues los Borbón-Dos Sicilias fueron históricamente parte de la nobleza de Nápoles y Sicilia y mantienen lazos con distintas casas reinantes.

Por la rama de los Urquijo, también está unida a una familia de gran peso económico y social en España durante el siglo XX, vinculada a la banca y al sector agrario. Y hay un detalle más de abolengo cultural: Teresa es bisnieta del célebre médico y humanista Gregorio Marañón, una de las figuras intelectuales más importantes de la historia contemporánea de España.