El presidente ruso, Vladimir Putin, en el Kremlin
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Los detalles ocultos de la vida privada de Putin: mujeres, amantes e hijos secretos
El mandatario ruso cumple 73 años blindando su intimidad
Vladimir Putin es notoriamente reservado cuando se trata de su vida personal, pero eso no ha impedido que surjan informes sobre hijos ilegítimos y matrimonios no confirmados. Eso sí, siempre con cuidado, dado que «hasta la prensa de la oposición, que escribe regularmente sobre la corrupción en el círculo íntimo del presidente, es cautelosa a la hora de escribir sobre las mujeres de Putin». Algunos periodistas rusos han visto sus carreras amenazadas y, en algunos casos destruidas, al intentar informar sobre su vida.
La única relación pública del presidente ruso ha sido con su exesposa, Lyudmila Putina, con quien se casó en julio de 1983 cuando aún era oficial de la KGB. Cuando se conocieron, en los años 80, ella era una exestudiante de filología hispánica y trabajaba como azafata en la compañía aérea PSJC Aeroflot y él, un funcionario del KGB, los servicios secretos rusos. «Comprendí que, si no me casaba en dos o tres años, nunca lo haría. Aunque, por supuesto, había adquirido la costumbre de llevar una vida de soltero. Lyudmila me cambió», explicó en su biografía oficial.
Tuvieron dos hijas, María y Katerina. Mientras la primera es una destacada científica que ha sido elegida para liderar un instituto de investigación sobre inteligencia artificial en la Universidad de Moscú y está casada con el alemán Jorrit Faassen, la segunda es bailarina acrobática, matemática y directora de una empresa de startups.
Ninguna de las dos, en cambio, luce el apellido de su padre en su nombre. De hecho, María fue entrevistada por la televisión rusa hace unos años por su labor científica y no se presentó como hija del presidente ruso. Fue una de las pocas veces que se la ha podido ver en público, ya que nunca ha hablado públicamente de ellas.
Tres décadas después de contraer matrimonio, los Putin anunciaron su separación asegurando que prácticamente no se veían y que cada uno llevaba su vida. «Le estoy inmensamente agradecida por sostenerme económicamente», reconocía Lyudmila antes de desatar las especulaciones sobre su ingreso en un convento por haber desaparecido de la vida pública de un día para otro.
Antes incluso de que se diese a conocer la ruptura, ya existían rumores que relacionaban al Presidente con Alina Kabáyeva, una gimnasta ganadora de dos medallas olímpicas y que se retiró un año después cuando posó sin ropa para una conocida revista. Fue conocida en su día como la «Chica Dorada» de Rusia.
Alina Kabáyeva, en una imagen de archivo
Si paseas por Moscú, aún encontrarás carteles que celebran su medalla de oro olímpica de 2004. Pero ahora, a sus 41 años, vive casi por completo a la sombra de Putin, y se dice que reside en su palacio en la gélida ciudad norteña de Valdái. Una canción pop que lleva su nombre incluye el verso: «Está bailando allí, tras una pequeña puerta invisible». Es la misma puerta que oculta a casi todos los que rodean a Putin.
Lo que desató los rumores de romance fue que ambos aparecieron en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, donde ella era la portadora de la antorcha, con alianzas en sus dedos. Poco después, ella confirmó que estaba enamorada, pero nunca llegó a reconocer de quién.
Un famoso medio ruso apuntó que se conocieron en 2008 y que, fruto de la relación, nació una niña. Sin embargo, poco después de publicar las informaciones se vieron obligados a cerrar por supuestos problemas económicos. Al diario The Sun saber esto no le impidió publicar en 2018 que Kabáyeva estaba fuera del mapa debido a un nuevo embarazo, esta vez de gemelos.
También se cree que Putin tiene otra hija, fruto de una aventura que mantuvo con una exempleada de limpieza (y ahora multimillonaria) llamada Svetlana Krivonogikh a finales de los 90, según The Telegraph. Krivonogikh y su hija Elizaveta publicaban regularmente imágenes de sus glamurosas vidas en la alta sociedad en redes sociales, y su asombroso parecido con Putin era evidente.
Svetlana Krivonogikh, exlimpiadora rusa que tuvo una hija con Putin
Pero cuando Elizaveta fue localizada en París por el portal de noticias ruso Proekt en 2020, se negó a responder a la pregunta de si era hija de Putin. Cuando Proekt publicó la entrevista, los medios estatales rusos bloquearon el sitio web. Desde entonces, el Instagram de Elizaveta ha sido eliminado u oculto.
Como era de esperar, Putin nunca ha hecho referencia a ninguna de estas suposiciones. La única declaración respecto a su vida privada se produjo en 2019 cuando aseguró que estaba dispuesto a volver a casarse. «Como una persona respetable tendré que hacerlo en algún momento». Podría haberlo hecho con su última pareja, Ekaterina Katya Mizulina.
Ekaterina Katya Mizulina
Hija de la senadora ultraconservadora Yelena Mizulina, traductora para delegaciones rusas a liderar iniciativas de censura en línea. Su determinación para controlar el flujo de información en la web ha sido evidente en sus declaraciones públicas, donde ha abogado por medidas drásticas contra los medios y las redes sociales. Además, es ultraconservadora y abiertamente homófoba. En 2023, estuvo a favor de que los grupos de apoyo al colectivo LGTBIQ+ fueran calificados de extremistas y de que se prohibieran sus actividades en Rusia.