
El Quest, barco de la expedición pasando bajo el puente de la Torre de Londres antes de iniciar su viaje a la Antártida
Hace 100 años en El Debate
6 de mayo de 1922: la expedición hacia la Antártida continúa a pesar de la muerte de Shackleton
En un segundo intento para llegar al Polo, el barco estuvo durante siete días rodeado de bloques de hielo
La Expedición Shackleton-Rowett (1921-1922) fue la última expedición antártica dirigida por Ernest Shackleton, y supuso el último episodio de la «Edad heroica de la exploración de la Antártida». La expedición fue financiada por el empresario John Quiller Rowett. Más tarde, la travesía adoptó el nombre de Expedición Quest por el nombre del pequeño barco ballenero noruego reconvertido para ser utilizado en la hazaña.
El Debate informaba que el comandante Franck Wild, jefe de esta expedición –tras la muerte repentina de Shackleton– ya habían recorrido 6.000 millas con el barco Quest y que habían alcanzado el punto donde comenzaba el continente Antártico. Sin embargo, «una mole de hielo comenzó aplastar a la pequeña», por lo que tuvo que retirarse. En este segundo intento para llegar al Polo, el barco estuvo durante siete días –según explicaba el periódico– rodeado de bloques de hielo cerca del punto conocido como «Apariencias de tierra» en la embocadura del mar de Weddell, sobre la que informó James Clark Ross en 1842.
«Un fuerte viento separó los hielos, y el Quest pudo retirarse hasta la isla del Elefante» y tiempo después, regresar a Georgia del Sur donde permanecería un mes antes de partir a Sudáfrica. El 18 de junio de 1922 llegarían a la capital sudafricana siendo recibidos con gran entusiasmo. Tres meses después, la tripulación de la Expedición Quest llegaría al puerto de Plymouth.
Tras el regreso del equipo capitaneado por el comandante Wild, se produjo un paréntesis en la exploración antártica dando por terminada la llamada «Edad heroica de la exploración de la Antártida».