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09 de mayo de 2024

Primos de Rivera

Los Primo de Rivera

Dinastías y poder

Los Primo de Rivera: entre el Ejército y la política

Episodios como el traslado de los restos mortales de Franco de la Basílica del Valle de los Caídos han vuelto a desatar la furia contra una dinastía de larga tradición liberal militar que durante el siglo XX protagonizó episodios relevantes de nuestro pasado

Cuando se pone sobre el tapete el apellido Primo de Rivera suenan las alarmas. La confusión es clara: el padre, el hijo, la hermana, la «Sección Femenina», Falange, el Movimiento… Episodios como el traslado de los restos mortales de Franco de la Basílica del Valle de los Caídos o la reciente revocación de títulos nobiliarios otorgados por Franco, han vuelto a desatar la furia contra una dinastía de larga tradición liberal militar que durante el siglo XX protagonizó episodios relevantes de nuestro pasado. En sus filas tenemos generales, políticos, activistas de un feminismo particular, víctimas del Frente Popular, ponentes de la Ley para la Reforma Política y hasta a la viuda de Dominguín. Hoy, retirados de la escena pública, siguen convertidos en diana para muchos críticos que solo aciertan en identificar la saga con el nombre de José Antonio.
Nos podríamos remontar hasta los tercios de Flandes reclutados por Carlos V aunque quizá pueda resultar más cercano encontrar el apellido Primo de Rivera en algún héroe de la Guerra de la Independencia, las Guerras Carlistas, las coloniales o un firmante de ese «España con Honra» de 1868 que terminó con los huesos de Isabel II en el exilio. Fernando Primo de Rivera y Sobremonte, capitán general de Filipinas, recibió de Alfonso XII el título de marqués de Estella por su participación contra las tropas de Carlos VII en Navarra. Su sobrino, Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, heredó esta distinción nobiliaria, además de su arrojo, gallardía y amor a las armas. Miguel nació en 1870 en Jerez de la Frontera, feudo familiar, y se inclinó por la vida castrense siguiendo la estela de su admirado tío Fernando. Ingresó en la Academia Militar y con su carácter impetuoso, se fue labrando una brillante carrera en destinos coloniales que lo llevaron a Cuba, Filipinas y Melilla. En 1902 se casaba con la distinguida Casilda Saenz de Heredia, hija del último alcalde de La Habana bajo dominio español. Eran los días de la Restauración y acababa de iniciarse el reinado en mayoría de edad del joven Alfonso XIII. La reputación de Miguel fue creciendo al tiempo que lo hacían los problemas en el Rif. Coronel, general de brigada, de división y capitán general en diferentes plazas. Uno de sus hermanos, Fernando, teniente coronel de caballería, cayó en las trágicas jornadas de Monte Arruit en el verano de 1921. Fue aquel un año trágico en el que además de Annual se producía el asesinato de Dato, lo que terminaba con la última esperanza de salvar el modelo político de la Restauración. Además de la sangría marroquí, el caciquismo, las corrupciones y la inestabilidad social, carcomían España.
Anuncio del gobierno de Primo de Rivera en 1923 en Madrid

Anuncio del gobierno de Primo de Rivera en 1923 en MadridBundesarchiv / Wikimedia Commons

En septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, lideraba un golpe militar que terminó contando con el beneplácito del propio soberano. Se inauguraba una Dictadura de corte autoritario similar al inicial modelo fascista italiano que en aquellos días triunfaba en la Italia de Mussolini y Víctor Manuel. Vino después el gran éxito de Alhucemas, el inicio de la industrialización y el despegue económico de España y también, a partir de 1927, la incapacidad del régimen para institucionalizarse. Miguel Primo de Rivera salió de España en enero de 1930 y falleció en París pocas semanas después.
Cuando Miguel Primo de Rivera se convirtió en presidente del Directorio Militar era ya viudo. Con su esposa había tenido seis hijos, pero a los pocos días del nacimiento de más pequeño, Fernando en 1908, Casilda fallecía consecuencia del parto. El mayor era José Antonio, que rompiendo la tradición familiar se inclinó por los estudios de Derecho y heredó el título del marquesado de Estella, con el que firmó algunos de sus escritos publicados en prensa. Una escueta E. Era atractivo, romántico, una especie de «lord Byron» español que amaba la poesía y quiso reivindicar la memoria de su padre. El 29 de octubre de 1933, en el mitin del Teatro de la Comedia, fundaba Falange Española, un movimiento que se decía ni de derechas ni de izquierdas, pero si antimarxistas y anticapitalista que se convirtió en la bestia negra de los elementos callejeros frentepopulistas. En marzo de 1936 José Antonio era detenido por tenencia «ilícita» de armas, meses después trasladado a un penal en Alicante y fusilado el 20 de noviembre. No se casó, tampoco tuvo hijos y su legado principal fue la creación de una Falange que, descabezada, va a ser instrumentalizada por el franquismo para la creación de FET de las JONS. Su hermano Miguel, permaneció varios años en prisión hasta que fue canjeado por el hijo de Miaja. Fue el único de los varones Primo de Rivera y Sáenz de Heredia que sobrevivió a la Guerra Civil.
El otro hermano era Fernando. Militar y médico, fue colaborador de José Antonio y tuvo un final parecido: al poco de iniciarse la Guerra Civil en Madrid, un grupo de miliciano fue a buscarlo a su casa, en la que vivía con su esposa y sus hijos y en la que parece que se encontraba también, su hermana Pilar. Lo llevaron detenido a la cárcel Modelo y lo fusilaron el 23 de agosto de 1936. Su hijo Miguel, que entonces tenía dos años, llegó a tener diferentes cargos durante el régimen y formó parte de los llamados «reformistas azules» que impulsaron la transición. Su hermana Rosario –también hija de Fernando– que en el momento de la detención de su padre era aún muy niña, será el último amor del torero Luis Miguel Dominguín.
Pilar Primo de Rivera en Berlín (segunda por la derecha), en 1941

Pilar Primo de Rivera en Berlín (segunda por la derecha), en 1941Bundesarchiv / Wikimedia Commons

Pilar Primo de Rivera, soltera y de carácter un poco adusto, corrió mejor suerte que sus hermanos. El día de la detención se salvó porque estaba en el dormitorio de los niños, que los milicianos no entraron a registrar. Tras unos días escondida en casa de unos amigos, se refugió en la Embajada de Argentina y más tarde, con un pasaporte expedido por la Embajada del Reich, alcanzó Alicante donde embarcó en un crucero que la trasladó a la zona controlada por los sublevados. Desde ese momento, Pilar Primo de Rivera inició una labor de recomposición de cuadros femeninos que la llevó a mantener rivalidades con Mercedes Sánz Bachiller, viuda de Onésimo Redondo –fundador de las JONS- quien, con mano firme, llevaba el liderazgo del Auxilio Social. Pilar ganó la batalla y se erigió como la dama fuerte de la Sección Femenina. Se opuso inicialmente a la Unificación política decretada por Franco en 1937 como también al ascenso del «cuñadísimo», Ramón Serrano Suñer a quien consideraba alejado de los principios ideológicos de José Antonio. Pese a ello, Pilar Primo de Rivera fue designada Consejera Nacional de FET y se mantuvo siempre en el núcleo de falangista «históricos». Desde la Sección Femenina se impulsaron los «Coros y Danzas», pero también muchas enseñanzas en materia de higiene, sanidad y alimentación necesarias en una sociedad todavía atrasada y rural.
Con la muerte de Franco y el comienzo de la monarquía de don Juan Carlos de Borbón, las estructuras políticas del régimen se fueron desintegrando para dar paso a un modelo democrático. Pilar Primo de Rivera se abstuvo en la votación de la Ley para la Reforma Política, obra clave del gobierno Suárez y de la que era ponente su sobrino –hijo de Fernando–, Miguel Primo de Rivera. Desde entonces el apellido Primo de Rivera fue quedando progresivamente apartado de la esfera pública.
José Antonio Primo de Rivera recibió en 1948 a título póstumo el ducado de Primo de Rivera con Grandeza de España. En 1960, Pilar, el de condesa del Castillo de la Mota. Hoy estos títulos parece que vuelven a estar sobre la mesa por la Ley de Memoria Democrática.
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