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25 de abril de 2024

Rueda de prensa de los golpistas en Turquía

Rueda de prensa de los golpistas en TurquíaWikimedia Commons

El '23-F' de Turquía que triunfó en septiembre de 1980: se encarceló a más de medio millón de ciudadanos turcos

En tan solo 63 años Turquía ha sufrido cinco golpes de Estado diferentes: En 1960 fue el primero, 1971 el siguiente, el tercero 1980, y los últimos sucedieron en 1997 y 2016

Los turcos tuvieron su propio «Quieto todo el mundo», una frase conocida para casi todos los españoles que gritó Tejero cuando accedió al Congreso de los Diputados junto a otros miembros de la Guardia Civil en 1981. Aquella noche quedó marcada en la memoria de todos, incluso en la de los más jóvenes que no lo vivieron y solo lo conocen por las imágenes y los famosos disparos al aire. Pero, tal vez, muy pocos recordarán o conozcan que en Turquía sufrieron un golpe de Estado que triunfó en 1980.
Mientras en España se construía un nuevo marco democrático, los turcos estaban experimentando un momento de gran inestabilidad desde hace una década. A las manifestaciones estudiantiles en Ankara, se sumó la creciente enemistad diplomática con los norteamericanos en respuesta a la invasión turca de Chipre y los asesinatos de mandatarios turcos a manos de activistas armenios. En 1977 el Partido Republicano del Pueblo obtuvo una victoria mínima en las elecciones generales, aunque no fue suficiente. El Partido de la Justicia, que había quedado segundo, consiguió la confianza de otras formaciones para gobernar. A partir de entonces, se enfrentaron a una crisis económica y social que no pudieron solucionar.

En los tres años que duró el régimen militar se encarceló a más de medio millón de ciudadanos turcos y condenó a muerte a entre 300 y 600 personas

El 12 de septiembre de 1980, el general Kenan Evren, Jefe del Estado Mayor del Ejército, movilizó parte del ejército turco y ocupo las principales instituciones. Ordenó la disolución del parlamento, no permitió a los partidos políticos participar en las asambleas y derogó la constitución para crear una nueva en la que se restringían los derechos civiles. En los tres años que duró el régimen militar se encarceló a más de medio millón de ciudadanos turcos y condenó a muerte a entre 300 y 600 personas. Aunque parezca paradójico, el general Kenan no pretendía convertirse en un dictador, su objetivo era el de «salvaguardar la unidad del país y la nación y los derechos y libertades de su pueblo, para asegurar el derecho a la vida y propiedad y la felicidad y prosperidad de su pueblo y la preeminencia de la ley y el orden, en otras palabras, para restaurar la autoridad estatal de una manera imparcial». Es más, preparó un plan de transición hacia la democracia que consistía en celebrar unas elecciones en 1983, y así se hizo.

Los golpes de Estado como realidad histórica

Por supuesto, lo de tomar el poder por la fuerza es algo muy antiguo. Ya los griegos y los romanos eran muy dados a cambiar de líderes a través de la violencia política, solo hay que recordar el asesinato de Julio César, o al dictador Lucio Cornelio Sila que marchó con sus legiones sobre Roma en el 83 a.C. La costumbre tampoco terminó en la Edad Media, donde hubo levantamientos y traiciones desde el Imperio Bizantino del siglo X hasta la Francia del XIV o la España visigótica. Ya en tiempos modernos fue el turno para Oliver Cromwell, y a partir de la Revolución Francesa y el surgimiento de los estado-nación también proliferaron con figuras como Napoleón, Riego, Torrijos.
Desde entonces, además de las rebeliones comunistas el mundo tuvo que enfrentar guerras y dictaduras nacidas de levantamientos como el del general Salazar en Portugal, Pinochet en Chile, Franco en España, Mussolini con su marcha sobre Roma o el Golpe de los Coroneles en Grecia en 1967. Son algunos de los más conocidos, pero sumando desde el siglo XIX al siglo XXI podrían contabilizarse más de 1500 golpes de estado, levantamientos, sediciones o rebeliones. Por lo tanto, son hechos inherentes al poder y la política de cualquier siglo, más aún cuando se disponen de medios para llevarlos a cabo, como sucedió en Turquía y no en España durante el 23-F.
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