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23 de abril de 2024

Eratóstenes enseñando en Alejandría por Bernardo Strozzi (1635)

Eratóstenes enseñando en Alejandría por Bernardo Strozzi (1635)

Picotazos de historia

Así midió Eratóstenes la curvatura de la Tierra y demostró que no era plana

Si en el mismo día y a la misma hora, un palo proyectaba sombra y otro no, era debido a que la superficie de la Tierra era curvada y no plana

Un amigo me ha enviado un vídeo que recoge el argumentario de una serie de individuos, algunos de ellos supuestos eruditos, que prueban –según ellos– más allá de toda duda razonable, que la Tierra no es redonda. Esto es lo que se ha dado en llamar «terraplanismo» y es, a mi entender, prueba de que la estupidez está adquiriendo un protagonismo inaudito a merced de las llamadas redes sociales, que permiten dar difusión a ocurrencias de toda laya. Para aclarar el tema del «terraplanismo», quisiera hablarles de cierta persona.
Eratóstenes (276 – 194 a. C.), hijo de Aglaos, tenía por apellido Pentathlos. Esta forma de apellido opcionalmente podía ser adoptada por los descendientes de un vencedor de las cinco pruebas de los Juegos Olímpicos o de los Juegos Pan-helénicos (carrera, lanzamiento de jabalina, lanzamiento de disco, salto de longitud y lucha griega). Bueno, pues Eratóstenes fue un polímata, un genio que dominó muchos campos y saberes.
Reconstrucción del siglo xix (según Bunbury) del mapa de Eratóstenes del mundo conocido en su época

Reconstrucción del siglo xix (según Bunbury) del mapa de Eratóstenes del mundo conocido en su época

Durante muchos años dirigió la Biblioteca de Alejandría, ciudad en la que fallecería a provecta edad. Inventó el mesolabio (un tipo de protocalculadora); en cartografía, dividió la tierra en cinco zonas climáticas y colocó rejillas superpuestas sobre los mapas (paralelos y meridianos), inventó la esfera armilar (no se pierdan la de la biblioteca de El Escorial), etc. Pero sus mayores éxitos fueron: la medición del diámetro y circunferencia de la Tierra, la inclinación de su eje, la distancia entre la Tierra y el Sol, entre la Tierra y la Luna y la necesidad de incluir un día extra en el calendario cada cuatro años (año bisiesto).

Medir la curvatura de la Tierra

La historia nos relata que a Eratóstenes le contaron que en la ciudad de Syene (actual Asuán, en Egipto), al sur de Alejandría, durante el solsticio de verano no se proyectaban sombras verticales al mediodía. El 21 de junio, estando en Alejandría, clavó un palo en el suelo y esperó para medir la sombra que proyectaba el sol en su cenit: resultó medir siete grados. De ahí sacó que la distancia entre las dos ciudades eran siete grados de una circunferencia de 360º. Esto último lo dedujo por el hecho de que si, el mismo día y a la misma hora, un palo proyectaba sombra y otro no, era debido a que la superficie de la Tierra era curvada y no plana.
Contrató a un mensajero profesional para que recorriera el trayecto entre las dos ciudades y contara la distancia, de esta manera supo que la distancia entre Syene y Alejandría era de 5.000 estadios (unos 800 kilómetros). Con esa información calculó que la circunferencia de la Tierra era de unos 40.000 kilómetros. Hoy sabemos que es de 40.075 kilómetros.
Cómo Eratóstenes midió la curvatura de la Tierra

Cómo Eratóstenes midió la curvatura de la TierraWikimedia Commons

Ya ven ustedes. El bueno de Eratóstenes, hace más de 2.000 años, con solo un palo y su inteligencia, pudo demostrar la curvatura de la Tierra, así como calcular el diámetro de su circunferencia con un error inferior al 0,02 %. ¡Toma ya!
Ahora, un grupo cada vez mayor de individuos rechaza los conocimientos conseguidos gracias al esfuerzo e inteligencia de los Eratóstenes que han existido; ensalzan la subjetividad, rechazan todo aquello que les contradice y creen cualquier tontería con la fe del converso y la actitud acrítica de los borregos.
Después de ver el vídeo que me envió mi amigo y, tras escuchar los racionamientos de los individuos que allí aparecían, se formó en mi mente una imagen clara y definida del uso que podía dar al palo de Eratóstenes. Lo dejo a su imaginación.
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