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27 de abril de 2024

Excavaciones en el yacimiento hispanorromano de Los Bañales

Excavaciones en el yacimiento hispanorromano de Los BañalesCortesía de Javier Andreu Pintado

Entrevista a Javier Andreu Pintado, director científico de las excavaciones en Los Bañales

Javier Andreu: «Roma ha conformado la identidad europea y los principales valores de la cultura occidental»

El director científico de las excavaciones en Los Bañales considera que este yacimiento arqueológico es «uno de los mejores ejemplos de la huella romana en el norte peninsular»

Javier Andreu Pintado (Pamplona, 1973) es Catedrático de Historia Antigua y director del Diploma en Arqueología que ofrece la Universidad de Navarra. Como especialista en inscripciones latinas, élites y poblamiento romano, es el director científico de las excavaciones en la ciudad hispanorromana de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza). Nos recibe recién llegado de una estancia de investigación en la Universidad de Heidelberg (Alemania) y a punto de comenzar la campaña arqueológica de este año.
Javier Andreu Pintado, director científico de las excavaciones en la ciudad hispanorromana de Los Bañales

Javier Andreu Pintado, director científico de las excavaciones en la ciudad hispanorromana de Los BañalesManuel Castells

–Javier, ¿qué han hecho los romanos por nosotros? ¿Por qué nos sigue sorprendiendo y fascinando Roma, dos mil años después?
–Roma ha conformado no sólo la identidad europea sino algunos de los principales valores e instrumentos de la cultura occidental: ciudadanía, pertenencia, ley, lengua, unidad, administración territorial, son conceptos sobre los que los romanos reflexionaron y que, además, pusieron en práctica con fórmulas muy solventes que seguimos utilizando, a veces, incluso, sin darnos cuenta de su claro sello de «romanidad».
–Usted es historiador, pero no tiene nada que envidiarle a un filólogo. ¿Por qué hemos dejado de estudiar lenguas clásicas? ¿Se puede verdaderamente conocer la Antigüedad sin dominar sus lenguas?
–Todo historiador de la Antigüedad debe tratar de ser a la vez filólogo clásico, arqueólogo y, por supuesto, historiador. El Latín es una lengua de cultura en la que se escribió, y transmitió, también durante la Edad Media, toda la ciencia desarrollada en la Antigüedad. Marginar las lenguas clásicas en los planes de estudio en Secundaria y Bachillerato es un error que ya estamos pagando: cada vez nuestros jóvenes se expresan peor. Un falso sentido del utilitarismo ha llevado a nuestra sociedad a desnortarse en ese sentido. Pero, seguimos hablando, y pensando, en estructuras típicamente latinas.

Debemos enseñar a nuestros jóvenes a ser autónomos y a pensar, a ser muy humanos

–Cada año asistimos a la publicación de determinadas estadísticas relativas a la empleabilidad por sectores universitarios. Concretamente, el último informe llevado a cabo por Randstad Research y la Fundación Universitaria San Pablo CEU («Jóvenes universitarios y empleabilidad»), publicado la semana pasada, indicaba que el 77 % de los egresados en Artes y Humanidades está en activo. ¡El 77 %! No son los 96,3 del sector Informática, estamos de acuerdo, pero la tasa de paro entre los graduados en carreras como Historia es significativamente menor a la tasa de paro media. Sin embargo, seguimos creyendo que «no tiene salidas», que es una pérdida de tiempo, etcétera. ¿Por qué sucede esto?
–No hay carreras sin salidas sino, en todo caso, personas sin salidas. Estudiar Historia en una buena Universidad, en la que se haga investigación de verdad, de impacto, complementando esos estudios, si es posible, con un diploma o con un Grado doble, con un buen dominio de idiomas, haciéndolo con ilusión, vocación, buena formación práctica y apoyo, con asesoramiento, de expertos durante toda la carrera no sólo tiene muchas salidas sino que dota a nuestros jóvenes de una empleabilidad que, a veces, resulta sorprendente para quien piensa que estudiar Historia no sirve para nada…

Marginar las lenguas clásicas en los planes de estudio en Secundaria y Bachillerato es un error que ya estamos pagando

–Con independencia del mercado laboral, la Universidad no es, o no debería ser, una formación profesional. John Henry Newman insistió mucho en la idea de que la educación no había de estar nunca al servicio de la producción mecánica; muy al contrario, su fin es «educar el intelecto para razonar bien en todos los asuntos, para buscar la verdad y para aferrarse a ella.» Como docente universitario, ¿qué le diría a un potencial estudiante a este respecto?
–Los años universitarios nos deben preparar para la vida más allá de los conocimientos técnicos. Son los años de la maduración intelectual de los jóvenes, de su capacidad, también, muy humanística, de asombro y crítica ante la belleza y la cultura. Poner en juego esas capacidades supone un aprendizaje que, después, en el mundo profesional, habilita para cualquier labor técnica. La convivencia entre profesores y estudiantes debe presidir la labor docente y universitaria más allá, sin duda, de los conocimientos técnicos que puedan adquirirse. Debemos enseñar a nuestros jóvenes a ser autónomos y a pensar, a ser muy humanos. Los conocimientos técnicos sabrán ellos localizarlos por su cuenta si conseguimos formarles en ese sentido. Debemos apostar por una educación transformadora que está en la esencia misma del humanismo cristiano que dio origen a la institución universitaria.
Yacimiento arqueológico de Los Bañales

Yacimiento arqueológico de Los BañalesCortesía de Javier Andreu Pintado

–Hablemos de Los Bañales. ¿De qué se trata y por qué es importante?
–Los Bañales de Uncastillo, en la provincia de Zaragoza, es un yacimiento arqueológico que esconde los restos de una ciudad romana de unas 20 hectáreas de superficie y que se desarrolló entre el siglo I a. C. y el III d. C. Su equipamiento urbanístico con acueducto, termas, foro, espacios artesanales y residenciales, callejero urbano, etcétera, lo está convirtiendo en uno de los mejores ejemplos de la huella romana en el norte peninsular.
–El actual proyecto de excavación ya va por su décimo quinta campaña, lo que es decir muchísimo. No es tan frecuente para un proyecto arqueológico tener una duración y una continuidad semejantes, y Los Bañales es uno de los pocos yacimientos afortunados en este sentido. ¿Cuál es la clave de su éxito?
–Sin duda la pasión y nuestro compromiso con la formación. Contamos con un equipo que en su parte científica pilota la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, absolutamente apasionado no sólo de las ciencias de la Antigüedad sino, también, de hacer accesibles al gran público esas ciencias. Dedicamos un gran esfuerzo diario, a partir de una investigación científica seria, rigurosa y de impacto, a socializar los resultados de esa investigación para «apasionar» a la gente con la Arqueología y con cómo ésta nos coloca ante cómo éramos hace 2.000 años. Y entre esa «gente», lógicamente, apasionar a los estudiantes que, de todo el mundo –este año desde Japón a Chile, Hungría o Estados Unidos– vienen cada verano, desde hace quince, a excavar con nosotros, que nos eligen para formarse.

El yacimiento arqueológico de Los Bañales es uno de los mejores ejemplos de la huella romana en el norte peninsular

–Un enclave de estas características sin duda tiene un impacto muy grande en el desarrollo turístico y regional de su entorno. ¿Cómo de comprometidas e implicadas están las administraciones públicas con ello y por qué es importante?
–Los Bañales se ha convertido en el gran motor del turismo en la Comarca de Cinco Villas, la región de la provincia de Zaragoza en la que se encuentra el yacimiento. Las administraciones locales, tanto la propia Comarca como los consistorios de la zona (Uncastillo, Biota y Layana) han apostado de modo ejemplar por la investigación en el yacimiento y financian el proyecto de excavación y de formación. Pero nos sigue faltando el compromiso autonómico: en los últimos años el Gobierno de Aragón se ha desentendido en relación a la puesta en valor y la financiación de un proyecto que pasea por el mundo la imagen de Aragón. La nueva legislatura es, sin duda, una nueva oportunidad para intensificar los apoyos y sumar otros nuevos acordes con el tamaño que ha adoptado el proyecto.
–Acaban de comenzar los trabajos de esta décimo quinta campaña. Aunque un yacimiento arqueológico es, por naturaleza, una caja de sorpresas, ¿qué avances podemos esperar encontrar? Además, se trata de un proyecto con una gran vertiente divulgativa, sobre todo en redes sociales. ¿Será posible para el público visitar Los Bañales en su jornada de puertas abiertas?
–Sí, el día 22 de julio, coincidiendo con la jornada de reflexión, tendremos la tradicional, y en los últimos años multitudinaria, jornada de puertas abiertas. El visitante podrá ver los avances en el barrio norte de la ciudad tanto en una vivienda aristocrática del siglo I d. C. en la que llevamos trabajando estos últimos años, como en el entramado de las calles más septentrionales de la ciudad que están obsequiándonos con una muestra del urbanismo romano que va a convertir Los Bañales, también, en paradigma en esta materia. A través de redes sociales (Facebook e Instagram) se puede, en estos días, seguir nuestros hallazgos pero Los Bañales son inefables, no se puede hablar de ellos, hay que ir a visitarlos. Y el día 22 julio, en la mañana, parece una inmejorable ocasión.
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