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04 de mayo de 2024

José Ángel Mañas

José Ángel MañasThorun Piñeiro

José Ángel Mañas: «La Historia de España es una de las mejores del mundo y Berenguela es una de sus joyas»

El autor subraya que Berenguela es «después de Isabel la Católica –por las obras que realiza– la reina más importante» en la historia del país

La reina Berenguela I de Castilla tenía el sobrenombre de La Grande. Fue hija de Alfonso VIII de Castilla, vencedor de las Navas de Tolosa; madre de Fernando III el Santo, quien durante la Reconquista recuperará la parte más importante de Andalucía y abuela de Alfonso X el Sabio, el rey hispano más universal y destacado de la Edad Media. Con astucia y fortaleza, supo asumir su herencia al trono de Castilla que cedió a su hijo, al que condujo y apoyó en su camino para conseguir también la corona de León.
Hace un par de años José Ángel Mañas quiso adentrarse nuevamente en la Historia de España y movido por «las turbulencias identitarias» por las que estaba pasando el país, quiso entender mejor «qué es ser español»: «El procés me llevó a plantearme la necesidad de entender el país en el que vivimos», aseguró el escritor en conversación con El Debate. De esta manera comienza una trilogía dedicada a rescatar tres momentos clave de la Reconquista: la batalla de Covadonga con ¡Pelayo! (2021), la batalla de Simancas en ¡Fernán González! (2022) y la batalla de las Navas de Tolosa con un nuevo libro dedicado a la reina Berenguela I de Castilla: «Yo pensaba que me iba a encontrar con un personaje secundario, pero me encontré con una super diplomática, una mujer de Estado y con una mujer con un rol absolutamente principal en la unión entre Castilla y León», confiesa.
Este descubrimiento hizo que Mañas recondujese la historia para poner voz a Berenguela la Grande: «Yo estaba mirando en un principio hacia Navas de Tolosa y acabé mirando hacia ella, convirtiéndose en el tema principal».
José Ángel Mañas

José Ángel MañasThorun Piñeiro

Preparada para reinar

Nació en 1180 en Segovia. Era la hija mayor de Alfonso VIII de Castilla y Leonor Plantagenet, hija de la gran reina Leonor de Aquitania. Sin embargo, un año después de su hermano Sancho, la desplazaría, pero no por mucho tiempo, de la línea sucesoria, pues el heredero al trono moriría siendo todavía niño.
Ante la perspectiva de no engendrar a un nuevo varón y teniendo en mente el tratado firmado en Sahagún por el cual León y Castilla pactaban que, en ausencia de varón entre los descendientes del vecino, «el otro podría reclamar legítimamente», indica el autor, el trono del contrario, el rey Alfonso decide obviarlo y afianzar su sucesión en la figura de su hija: «Alfonso VIII la educa para reinar, para gobernar. Y hace que la juren dos veces heredera. Esto es clave para entender la figura de Berenguela», explica Mañas.
En España ser Reina nunca fue fácil y mucho menos por nacimiento. Berenguela tuvo grandes mujeres como referentes en su vida: su abuela Leonor de Aquitania, «posiblemente la mujer más importante, más libre y más poderosa de la Edad Media», admite el autor. En la novela , Mañas deja entrever una cierta influencia de Urraca I de León, la «Temeraria», su bisabuela y la primera reina de Europa (1109-1126). Pero será su papel activo en la historia lo que le dará el sobrenombre de La Grande.
Miniatura medieval de Alfonso IX y Berenguela

Miniatura medieval de Alfonso IX y Berenguela

Llegaría al poder como Reina titular tras el tercer y definitivo intento de unificar León y Castilla. Entre 1197 y 1204 había sido la Reina consorte de León por su matrimonio con Alfonso IX, pero el Papa declaró nulo su matrimonio por motivos políticos alegando parentesco (eran parientes en tercer grado). Tras esto volvió a Castilla con sus padres, pero sus hijos siguieron siendo legítimos. Al morir su hermano Enrique I de Castilla sin herederos, ella reivindicaría sus derechos como sucesora al trono: «Lo primero que hace –y es muy lista por ello– es regatear. Se va a buscar sus partidarios, se dirige a Segovia, donde se encuentra con problemas. Luego se traslada a Valladolid y allí, convoca a todas las autoridades y recuerda que ella había sido jurada dos veces heredera. Se corona y en el mismo acto –por si acaso– le traspasa la corona a Fernando», comenta Mañas.
De esta manera en la persona de Fernando III heredaría ambos reinos unificados definitivamente en una misma corona. «La unión entre Castilla y León se conoce poco –reconoce Mañas– y creo que es uno de los grandes hitos de la historia de España y hay que resaltar el papel de esta mujer [de Berenguela] en ese momento» Y subraya que a su parecer Berenguela es «después de Isabel la Católica –por las obras que realiza– la reina más importante».

«Siempre un paso por delante»

«Berenguela debería estar entre el top tres de reinas españolas», considera Mañas. Del mismo modo que a Isabel la Católica se le reconoce y admira por sus obras (la conquista de Granada o el descubrimiento de América), Berenguela también procuró dejar su huella en la historia demostrando ser una «superdotada para la política y la diplomacia, con una determinación y una voluntad férrea», tal y como la describe Mañas.
Una vez unidos y pacificados los dos reinos, ella misma se encargó de gobernarlos mientras que Fernando, su hijo, se ocupaba de reconquistar la mayor parte de Andalucía. Berenguela fue quien suministró los hombres, las armas y el dinero necesarios para hacer la guerra, y gracias a su administración, el que más tarde sería conocido como el Santo, pudo conquistar Córdoba, y luego Jaén y Sevilla, y prácticamente cerrar el proceso de Reconquista.
Pero su labor no se quedó aquí. Berenguela hizo todo lo posible para afianzar los derechos de su hijo como Rey de las dos coronas: «Alfonso IX está evidentemente rebotado con Berenguela y decide que cuando llegue el momento de su muerte, la corona pasase a sus dos hijas, Sancha y Dulce», explica, por lo que Berenguela no solo procuró obstaculizar los proyectos matrimoniales que pudiesen tener para entorpecer la sucesión de su hijo Fernando, sino que reivindicó los derechos de éste, como único hijo varón, y con el apoyo de Roma –que había procurado conseguir durante años, a diferencia de su marido–, del clero leonés y la amenaza de una posible guerra, obliga a las hijas del primer matrimonio de Alfonso IX (Sancha y Dulce), tras una negociación con su madre, a renunciar a sus derechos en favor de Fernando III el Santo.
Esto demuestra la gran visión política de Berenguela que siempre iba «un paso por delante» en todas las decisiones que toma. Por ello, Mañas insiste en que «no la llamaban La Grande en vano».

El olvido de su figura

Su olvido «es una de las grandes injusticias de la historiografía». El querer «simplificar la historia en logros», reflexiona, ha hecho que figuras tan apasionantes como la de Berenguela hayan quedado relegados: «Su padre fue el ganador de las Navas de Tolosa, su hijo conquista Córdoba, Sevilla… y ella sobre el papel solo reina un día», y puede que su condición de mujer haya contribuido a ello.
No obstante, reivindica Mañas, «la unión –definitiva de Castilla y León– es un gran éxito. Tan éxito que hasta día de hoy no se ha deshecho. Aquello que logró se ha mantenido». Y termina afirmando que «la historia de España es una de las mejores del mundo entero» y Berenguela «es una de estas joyas» que tenemos en nuestra historia.
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