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03 de mayo de 2024

Un tanque soviético KV-2 abandonado al borde de la carretera inspeccionado por curiosos soldados alemanes

Un tanque soviético KV-1 abandonado al borde de la carretera inspeccionado por curiosos soldados alemanesBundesarchiv / Wikimedia Commons

Picotazos de historia

La historia del KV-1, el solitario tanque ruso que detuvo al ejército nazi

En la batalla de Raseiniai destacó un único tanque, el KV-1 soviético, que fue capaz de contener durante más de 24 horas él solo a todo un ejército alemán nazi

La Unión Soviética, durante las décadas de 1920 hasta 1940, fue una potencia puntera en el desarrollo técnico del arma acorazada. Durante la 'luna de miel' que vivió la Unión Soviética y la Alemania de Hitler las tripulaciones de carros blindados alemanas viajaban a Rusia para ser entrenadas.
El 22 de junio de 1941 la vanguardia de la fuerza blindada alemana atravesó el río Niemen, uno de los primeros combates (23 al 26 de junio) fue la denominada batalla de Raseiniai. El día 24 de junio en una confluencia de la carretera, sobre un terreno blando que era impracticable para los Panzer alemanes, pero no para aquel monstruo de anchas cadenas, se posicionó un enorme tanque soviético.

Un 'monstruo de acero'

Desde ese punto empezó a disparar contra la columna de camiones de suministros que mantenían en combate a la 6ª División Panzer. Esta división estaba comandada por el Comandante General Franz Landgraf y se encontraba encuadrada en el 4º Ejército Panzer.
El coronel Routh, comandante del Gruppe Routh de vanguardia, en su informe posterior escribió «el tanque no solo bloqueó la carretera, además logró destruir los cables telefónicos que conectaban al grupo de combate con el cuartel general de la división».
En poco tiempo el tanque ruso destruyó doce camiones de suministros creando una crisis. Routh envió una batería anticarros de 50 milímetros para ocuparse del problema. El cañón anticarro acertó al tanque desde una distancia de 600 metros. Al menos impactó cinco veces contra el monstruo metálico antes de que el poderoso cañón de 76,2 milímetros y las ametralladoras del tanque acabaran con el antitanque y su dotación.

Contraataque alemán

Esta acción dio tiempo a que se acercara una pieza antiaérea de 88 milímetros pero fue alcanzada a 900 metros del objetivo y su tripulación fue muerta por el fuego de las ametralladoras del tanque. La sola acción de este tanque, que había conseguido exitosamente, a un grupo de combate con efectivos equivalentes a una brigada, estaba provocando una crisis de suministros en la 6ª División Panzer.
KV-1 modelo 1939

KV-1 modelo 1939

Pasaron las horas y el tanque no se movía –después se supo que se había quedado sin combustible– y nadie se atrevía a acercarse al invulnerable tanque soviético. Durante la noche, y aprovechando la oscuridad, un grupo de infantería se aproximó y le coloco dos cargas de demolición al enemigo, quien para entonces había conseguido ser identificado como un tanque soviético de tipo KV-1 de 45 toneladas, un blindaje de 90 milímetros de grosor y armado con un cañón de 76 milímetros y cuatro ametralladoras de 7,62 milímetros. No tenían nada que pudiera dañar a semejante monstruo excepto los cañones de 88 milímetros. Las cargas solo saltaron eslabones de la cadena pero no atravesaron el blindaje.
De madrugada se organizó un ataque conjunto con blindados ligeros Panzer III y Panzer T38, con idea de distraer la atención de los servidores del KV-1 mientras tomaba posición una pieza del 88 milímetros. Los tanques alemanes se movían con rapidez frente al estático monstruo cuya tripulación parecía desconcertada ante los movimientos del los blindados alemanes.
Cuando estuvo listo, el 88 disparó en rápida sucesión cuatro proyectiles que impactaron en el KV-1. La torreta del monstruo dejó de girar y su cañón quedó en un ángulo extraño. Los soldados de la infantería alemana, con ciertos recelos, se acercaron hasta el tanque soviético. Algunos subieron sobre él e intentaron abrir las escotillas.
En ese momento empezaron a moverse los cañones de dos ametralladoras que abrieron fuego sobre la sorprendida infantería. Dos zapadores alemanes que estaban junto al monstruo mantuvieron la presencia de ánimo e introdujeron sendas granadas de mano por los agujeros que los proyectiles del 88 habían abierto en el blindaje de la torreta. Unas explosiones apagadas en el interior del tanque, humo y todo terminó.

El tanque enemigo como principal enemigo

En total, ese tanque ruso frenó al Gruppen Routh y a la 6ª División –¡el solito!– durante veinte horas. Tras el combate, los alemanes enterraron a los miembros de la tripulación, con honores, cerca del pueblo de Dainiai. En 1965 fueron desenterrados y trasladados al cementerio militar de Raseinai. Hoy se han podido identificar a los tripulantes de aquel heroico tanque del 4º regimiento de la 2ª división de Tanques de la URRS.
Ese día cambió la naturaleza del combate de tanques. Hasta entonces los tanques alemanes habían sido diseñados para combatir principalmente contra la infantería y sus armas de apoyo. A partir de ahora el principal enemigo será el tanque contrario y se necesitarán cañones más largos, de mayor calibre y blindajes mayores.
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