
Howard Carter examinando el tercer ataúd de Tutankamón, el de oro macizo
Madera, picante y dulce: un nuevo estudio revela el aroma de las momias del Antiguo Egipto
En el futuro, el equipo de investigación realizará una reconstrucción contemporánea del olor de los cuerpos momificados antiguos, que permitirá al público experimentar este importante aspecto del patrimonio del mundo faraónico
Los cuerpos momificados del Antiguo Egipto huelen a «madera», a «picante» y a «dulce», según afirma un nuevo estudio sobre las prácticas de momificación publicado en el Journal of the American Chemical Society. Esta es la primera vez que se estudia de forma sistemática los olores de los cuerpos momificados combinando una mezcla de técnicas instrumentales y sensoriales, incluida una «nariz» electrónica y «olfateadores» humanos entrenados.
Tras el análisis de nueve cuerpos momificados del Antiguo Egipto, los investigadores han obtenido nuevos datos que arrojan luz sobre los materiales utilizados en la momificación y la evolución de las prácticas y los ingredientes. Además, revelan detalles sobre cómo los museos han conservado posteriormente los restos.

Los investigadores estudiando el olor de las momias
Los expertos esperan que el uso de este tipo de análisis químico pueda ayudar a mantener seguros a los conservadores, proteger los artefactos antiguos y preservar su herencia olfativa. «Esta investigación pionera realmente nos ayuda a planificar mejor la conservación y a comprender los antiguos materiales de embalsamamiento. Añade otra capa de datos para enriquecer la exposición de cuerpos momificados en el museo», indica en un comunicado el autor principal del estudio, el profesor Matija Strlic, de la Escuela Bartlett de Medio Ambiente, Energía y Recursos de la UCL (University College London) y la Universidad de Liubliana.
Por su parte, la doctora Cecilia Bembibre, de la Escuela Bartlett de Medio Ambiente, Energía y Recursos de la UCL, destaca dos aspectos del estudio. Por un lado que los olores revelan nueva información, «lo que pone de relieve la importancia de utilizar nuestros sentidos para comprender el pasado», destaca. Y por otro, «aunque la mayoría de los estudios sobre cuerpos momificados se han realizado hasta ahora en museos europeos» –apunta– su investigación ha contado con la ayuda de investigadores egipcios «para garantizar que su experiencia perceptiva y su pericia estuvieran representadas». Así, han elaborado «conjuntamente un enfoque ético y respetuoso para estudiar los cuerpos momificados».
Un olor agradable
Los olores son moléculas químicas suspendidas en el aire que emite una sustancia. Los investigadores utilizaron un cromatógrafo de gases acoplado a un espectrómetro de masas para medir y cuantificar las sustancias químicas emitidas por nueve cuerpos momificados del antiguo Egipto que se exhiben y almacenan en el Museo Egipcio de El Cairo. Además, un panel de «olfateadores» humanos entrenados describió los olores en términos de calidad, intensidad y agrado.
Combinando estos métodos, los investigadores pudieron identificar si el olor químico era emitido por el objeto arqueológico, si provenía de productos de conservación o pesticidas que se hubieran podido añadir posteriormente, o si se debía al deterioro natural del objeto a lo largo de los años debido a mohos, bacterias y otros microorganismos. La investigación demostró la eficacia del olor como método no invasivo y no destructivo para categorizar y analizar químicamente los restos antiguos.

Se recogen muestras de aire de tres sarcófagos almacenados en el Museo Egipcio de El Cairo
Además de obtener una visión más profunda de la conservación y la historia material de los cuerpos momificados antiguos, la investigación permitirá a los museos atraer al público no sólo visualmente, sino también utilizando su nariz mediante la creación de «paisajes olfativos». En el futuro, el equipo de investigación realizará una reconstrucción contemporánea del olor de los cuerpos momificados antiguos, que permitirá al público experimentar este importante aspecto del patrimonio del antiguo Egipto y acercarse a las prácticas de embalsamamiento y conservación de una manera atractiva y olfativa.
La investigación se llevó a cabo en colaboración entre conservadores y curadores del Museo Egipcio de El Cairo e investigadores de Eslovenia, Polonia y el Reino Unido.