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Carnaval en Venecia, de Giovanni Domenico Tiepolo, 1750

Carnaval en Venecia, de Giovanni Domenico Tiepolo, 1750

De la prohibición napoleónica a su renacer: el origen del Carnaval de Venecia

Desde máscaras del doctor de la peste, trajes renacentistas y orientales, o incluso gente disfrazada de artistas como Elton John, es lo que se puede ver por las calles y canales de Venecia durante el carnaval

En pleno surgimiento de la Serenísima República de Venecia como potencia en el Mediterráneo, apareció una fiesta llena de historia y simbolismo, que con los años ha evolucionado a lo que es hoy el carnaval de Venecia, momento en el que las máscaras y los disfraces abarrotan las callejuelas y canales de la ciudad. Bajo el anonimato gente de todo el mundo se reúne desdibujando identidades, de la misma manera que hace siglos servía como mezcla de clases sociales y crítica al poder. Pero ¿Cuál es su historia?

El Carnaval veneciano tiene su origen en el siglo XI, pero su máximo esplendor cultural empezó en el Renacimiento, cuando el oficio de los maschereri –artesanos especializados en la elaboración de máscaras– se consolidó y legisló oficialmente. Estos maestros utilizaban el papel maché, encajes e incluso el vidrio soplado para crear las máscaras de diferentes formas y temáticas, como la peste negra, que se ha convertido en ícono del carnaval.

Ahora todo el que quiera puede adquirir una máscara desde diez euros en los puestos de la Piazza San Marco o más de 400, si lo que quiere es una pieza de artesanía de alguna tienda. Más allá del precio, lo importante en el carnaval ha sido siempre la temática. Entre las máscaras y disfraces que los acompañan, las más famosas son la Bauta, una estructura rectangular acabada en pico a la altura de la barbilla que cubre el rostro completo; la Colombina, media máscara que solo tapa parte de la nariz y el contorno de los ojos; aunque una de las más características ha sido siempre la máscara del Doctor de la Peste, que recuerda las dos oleadas de peste negra que sufrió la ciudad en 1575 y 1630, para la que los médicos se enfundaron «una larga túnica cerrada, guantes, botas y cubríamos el rostro con una máscara de nariz larga y gafas… realmente teníamos un aspecto espantoso», escribió el médico Alvise Zen unos años después de la epidemia.

Cuando Napoleón prohibió el Carnaval de Venecia

La historia del carnaval no ha sido siempre una fiesta. Al igual que el marqués de Esquilache prohibió a los madrileños en 1766 portar sombreros de ala ancha y usar capas para ocultar el rostro para evitar los robos, asesinatos y otros delitos, en la Venecia de los dux, se limitó el uso de las máscaras con el mismo objetivo. Aunque también era una manera de evitar las críticas al poder.

A finales del siglo XVIII, el joven general Napoleón Bonaparte había entrado con su ejército en la República de Venecia con el pretexto de facilitar su camino para la guerra con Austria, pero promovió la insurrección interna contra el poder de Venecia, y propició la caída de la Serenísima en 1797 tras más mil años de existencia. Esto afectó también al carnaval, porque Napoleón prohibió el uso de disfraces y máscaras en espacios públicos para mantener el orden público y limitó su celebración a las casas y palacios que realizaban bailes y actos exclusivos, como el Ballo della Cavalchina, que se realiza desde hace siglos en el Teatro La Fenice.

Conversación de las máscaras, por Pietro Longhi

Conversación de las máscaras, por Pietro Longhi

Tuvieron que pasar siglos hasta que en 1967 se retomó la tradición del carnaval de Venecia. Uno de los momentos más esperados es Il Volo dell'Angelo, en el que un acróbata se lanza desde lo alto del Campanile y atraviesa volando la Piazza San Marco, y también se celebran fiestas en palacios, como el Ballo del Doge, que emulan la época de la república veneciana a través del baile, los disfraces y las máscaras.

Venecia en carnaval es una fiesta pública de los venecianos, pero también de carácter internacional, porque además de los turistas, detrás de los disfraces y las máscaras no solo hay locales, también gente de todo el mundo, incluso de Japón o Australia, que vienen expresamente cada año para participar en el carnaval. Paseando entre los canales uno se puede encontrar personas con trajes y máscaras renacentistas, pero también trajes orientales, estilos más modernos e incluso gente disfrazada de artistas como Elton John o el diseñador Karl Legarfeld, en una mezcla de tradición y modernidad.

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