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Napoleón Bonaparte, 1888. Obra de Ernest Crofts

Napoleón Bonaparte, 1888. Obra de Ernest Crofts

Este fue el verdadero motivo de la derrota de Napoleón en Rusia, según un estudio de ADN

La figura de Napoleón Bonaparte, uno de los estrategas militares más influyentes de la historia, podría verse matizada a raíz de un reciente hallazgo científico que cuestiona uno de los relatos más asentados sobre su campaña en Rusia

En 1812, el 7 de septiembre, las tropas napoleónicas se lanzaron a la que sería su empresa más ambiciosa y arriesgada: la invasión del Imperio ruso. Apenas una semana después, el emperador entraba en Moscú al frente de su ejército, proclamando una victoria momentánea. Sin embargo, la táctica de desgaste empleada por las fuerzas rusas comenzó a minar sus posibilidades de consolidar el éxito. La crudeza del invierno, la escasez de suministros, las enfermedades y las incursiones constantes del enemigo precipitaron un repliegue devastador.

Aunque Napoleón ya había sufrido un revés en la batalla de Bailén, el 19 de julio de 1808, durante la Guerra de la Independencia española, la retirada de Rusia marcó el verdadero inicio del declive de su Imperio. La historiografía recuerda aquel episodio como una de las mayores catástrofes militares de todos los tiempos: de los aproximadamente 600.000 soldados que componían la Grande Armée, apenas uno de cada seis regresó a Francia.

Hasta hace poco, los historiadores coincidían en que el tifus había sido el principal responsable de las innumerables bajas francesas. No obstante, una investigación reciente del Instituto Pasteur, dirigida por Nicolás Rascovan, ha puesto en entredicho esa versión. El equipo examinó el ADN de trece soldados enterrados en Vilnius (Lituania), escenario de intensos combates y elevado número de fallecidos. Los resultados fueron sorprendentes: no se hallaron rastros de tifus.

Según los investigadores, los estudios previos se basaban en métodos que amplificaban secuencias concretas de ADN, una técnica que, aunque útil, no garantizaba conclusiones definitivas. «Utilizando metodologías de ADN antiguo de última generación, volvimos a analizar muestras de soldados napoleónicos que murieron en Vilnius e identificamos material genético específico de patógenos, proporcionando evidencia directa de agentes infecciosos que pueden haber contribuido al colapso del ejército», detalla el estudio.

En lugar del tifus, los análisis detectaron presencia de Salmonella enterica —responsable de fiebres paratifoideas— y de Borrelia recurrentis, bacteria transmitida por piojos que causa fiebre recurrente. Ambas dolencias provocan episodios febriles y debilitamiento general, lo que habría afectado gravemente a las tropas en plena retirada.

Aun así, este hallazgo no ofrece una explicación definitiva. Tanto Rascovan como otros especialistas, entre ellos la investigadora Sally Wasef, insisten en la necesidad de ampliar el muestreo y contrastar los datos antes de reescribir de forma concluyente este capítulo de la historia napoleónica.

La investigación abre así una vía para revisar las causas de una de las derrotas más célebres del siglo XIX, pero también recuerda que, en historia, incluso las leyendas más arraigadas pueden tambalearse ante nuevas pruebas científicas.

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