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29 de marzo de 2024

Priti Patel, ministra del Interior

Priti Patel, ministra del InteriorPaul Ellis/ AFP

Reino Unido

Priti Patel dificulta la incorporación de mano de obra extranjera cuando Reino Unido más lo necesita

La polémica legislación de Patel viola varios de los acuerdos europeos de derechos humanos

Continúan las crisis de todo en Reino Unido. En agosto fue la escasez de carburantes, que Europa achacó a una insuficiencia de transportistas mientras que Boris Johnson culpabilizaba al Brexit. Luego, la misma carencia de mano de obra llevó al trágico sacrificio de 100,000 cerditos a lo largo del país, causada por la falta de carniceros y mataderos. 
Espabila el gobierno y expedita 5,000 visados de emergencia con la intención de atraer a trabajadores extranjeros, los mismos trabajadores que desahució el Brexit «duro» de Johnson.
Paralelamente, el acuerdo AUKUS  tensa la relación con Francia y enfrenta a Macron contra los ingleses. Se añade la circunstancia de los permisos de pesca, disputa franco-inglesa que culminó la semana pasada con una amenaza del gobierno de Macron de cortar el suministro eléctrico a la isla británica de Jersey.
Reino Unido se enfrenta a un invierno de desabastecimiento en casi todos los sectores, y de momento su estrategia oscila entre a ratos humillarse pidiendo ayuda, y a ratos enorgullecerse con sorna de su nueva independencia europea. Es entonces cuando su ministra de interiores, Priti Patel, decide añadir un eslabón más a la cadena que arrastra la herropea del Brexit.

La nueva legislación que bloquea a posibles trabajadores

La ministra de interior Priti Patel ha propuesto un nuevo paquete legislativo con enfoque a la inmigración «irregular», que incluye a los refugiados y buscadores de asilo. La polémica ley, que ya está pasando por las distintas fases del parlamento británico, busca regular la inmigración atacando a aquellos que lleguen por medios «irregulares», como por ejemplo barcos pequeños. Aquellos que busquen entrar en Reino Unido por algún medio inusual podrían enfrentarse a cuatro años de cárcel, a que se invalide su residencia y a impedir la reunificación familiar en un futuro.
La Unión Europea y las Naciones Unidas ya han llamado la atención sobre la ilegalidad de la nueva legislación de Patel, alegando que viola muchas de las nociones de la Ley de Refugiados, en concreto los artículos 2, 3, 4, 8 y 13 de la Convención Europea de Derechos Humanos.
«La idea detrás del ataque contra las 'llegadas irregulares' es que los refugiados deberían usar rutas de entrada legales y seguras», comentó un portavoz de la ONU. «Pero actualmente no existen estas rutas legales y seguras. No existen los 'visados de refugiados'».
Mas relevante todavía frente a la crisis de desabastecimiento por falta de mano de obra es el obstáculo al trabajo incluido en esta nueva ley, que vetaría a refugiados de sumarse al mercado laboral inglés, aunque sea de forma temporal.

Récord de vacantes y falta de mano de obra

Priti Patel parece ser la única persona en Reino Unido que no quiere abrir la posibilidad de incrementar la mano de obra. Un informe del Financial Times publicado ayer demostró la magnitud de la escasez de trabajadores de estos últimos meses.
El número de vacantes en Reino Unido ha batido su récord de las últimas cuatro décadas, con mas de 1 millón de empleos sin llenar en los últimos tres meses, a lo largo de todos los sectores profesionales. La fuerza laboral total de Inglaterra es mucho mas pequeña que antes de que empezase la pandemia. Ahora, hay casi un millón menos de gente en el mercado laboral, en gran parte debido a que los jóvenes se quedan más tiempo estudiando y los mayores se retiran.
Se intuye entonces que ese espacio entre los dos lo llenarían inmigrantes, o ingleses que murieron por Covid. La información del Sondeo de Fuerza Laboral (LFS) ofrece que entre 2019 y 2020 la población extranjera se redujo de 9.2 millones a 8.3 millones – un 10% menos, o 1 millón.
Por otra parte, la tasa de desempleo ha subido también, de un 4.5% al 4.9%. Dos razones que dan los expertos son una cultura de salarios demasiado bajos, o demasiada exigencia en cualificaciones a la hora de contratar.
Lo que queda claro es que la crisis de mano de obra inglesa aún no ha terminado, y tardará todavía en acabar, a menos que se resuelva el problema de empleos y vacantes. Abrir de cierta forma las puertas del mercado laboral a mano de obra extranjera solucionaría parte del problema, algo que la nueva legislación de Priti Patel entorpece de sobremanera. Mientras tanto, siguen los problemas: las residencias de ancianos ya denuncian la escasez de personal, con un 8.2% de vacantes sin suplir, mientras que los puertos piden que las compras de Navidad «se hagan con tiempo» por que se prevén retrasos en los suministros. 
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