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07 de mayo de 2024

Senador Bob Menéndez

Senador demócrata Bob MenéndezEFE

Estados Unidos

Una crisis de reputación: España ya no cae bien a Estados Unidos

Contextualizando las palabras del senador Bob Menéndez vemos que ya nadie se fía de España

Lo primero que hicimos fue tomárnoslo a pecho. Herido nuestro orgullo, saltamos a denunciar las duras palabras de Bob Menéndez, senador estadounidense –hijo de padres cubanos–, que durante la sesión de nombramiento de la nueva embajadora de Estados Unidos en Madrid confesó estar «profundamente preocupado de que España haya tomado puntos de vista que están fuera de la democracia y las provisiones de derechos humanos que esperamos de un aliado de la OTAN».
Pero, contextualizando, como sugiere el diplomático y antiguo embajador en EEUU Javier Rupérez, dejando de lado el orgullo y cariño por la idea española, se esclarece que aquello no fue ningún insulto: Menéndez no buscaba tensar relaciones ni derrumbar puentes diplomáticos. Se trató más bien de una advertencia a la embajadora en ciernes Julia Reynosso, que contando con la aprobación del senado llegará a ocupar la embajada estadounidense en Madrid.
«Parecería que los españoles se preocupan más por sus hoteles e inversiones [en Cuba] que por la democracia y los derechos humanos», continuó Menéndez, expresando tanto una advertencia como un consejo sobre cómo operar en el país que América ya considera antidemocrático. Para entender mejor el peso de la acusación es necesario saber que en Estados Unidos el nombramiento de embajadores no depende solo del Gobierno, si no también del apoyo del Senado, que tiene que votar al candidato. Sabiéndolo, el aviso de Menéndez cobra un cariz prescriptivo, como diciendo «esta inconveniencia hay que tenerla en cuenta».
La voz de Menéndez es la del gobierno americano, igual que la respuesta de Reynosso: «Exhortaré [a España] a ser mucho más claros y transparentes y a mantener el mismo estándar en términos de rendición de cuentas con respecto a las violaciones de derechos humanos y la falta de libertad y transparencia en Cuba y Venezuela como en otros países». Son declaraciones nutridas desde el gobierno de EEUU y de las informaciones de la CIA, reflejando la triste realidad de la opinión estadounidense sobre España.
Una mala política interior condiciona a una mala política exterior y por desgracia la gestión de Pedro Sánchez discuerda con la imagen que queremos dar de cara al resto del mundo.
Una imagen de nación occidental, democrática, moderna; un país del primer mundo que vela por los derechos humanos a nivel internacional y que pertenece a organizaciones de renombre y estatus tal que la Unión Europea y las Naciones Unidas, «clubs» de élite que no pierden de vista su misión de velar por la paz y la concordia y una ética de cooperación internacional.
Porque, indudablemente, el comportamiento de nuestro gobierno dista de defender los ideales diplomáticos y humanitarios. Y eso es algo que perciben los demás países, y que Estados Unidos ha querido denunciar en el acto de nombramiento de Julia Reynosso.
Nuestro gobierno alimenta relaciones con gente que no es amiga de la democracia; basta con recordar el trapicheo de maletas de José Luis Ábalos y Delcy Rodriguez en nuestro aeropuerto de Barajas. Recordamos también que Pablo Iglesias defiende públicamente la política bolivariana en Venezuela, la que capitaneó el dictador Hugo Chávez; ahora, desde el mundo del cine, busca indoctrinar a la juventud española en la política marxista de Salvador Allende.
Somos el único país europeo con comunistas en el gobierno. Nuestro presidente observa cómo se desarrolla una crisis en Cuba y guarda silencio, sin condenar su dictadura, sin apoyar a los manifestantes que en su propio idioma piden derechos humanos. Por eso Joe Biden, líder de un país que es cien por cien anticomunismo, termina por concederle solo 29 segundos de paseo al presidente español.
Es una crisis reputacional de gran medida, que no deja de empeorar. Perdemos confianza y credibilidad a nivel internacional, algo que a la larga dañará las relaciones diplomáticas. Lo que dice Bob Menéndez es lo que dice el gobierno americano, y es la manera mas clara de ver que Estados Unidos no tiene a España en alta estima ni en la consideración democrática de antaño. 
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