Rusia ha lanzado un satélite militar desde el cosmódromo de Plesetsk, a unos 800 kilómetros al norte de Moscú.
Más de 40 equipos de seguimiento y 70 unidades de las Fuerzas Especiales Aeroespaciales supervisaron el lanzamiento del cohete Soyuz-2.1B.
Este modelo de lanzador sustituyó en 2012 al Soyuz-U que se utilizaba desde la década de los 70. Desde entonces se ha utilizado en 51 ocasiones.
Este nuevo lanzamiento se produce después de las críticas internacionales contra Rusia por generar basura espacial con sus maniobras militares.
La prueba de un misil para destruir satélites generó cientos de pequeños fragmentos en la órbita terrestre. Estados Unidos denunció que estos pedazos de metal pueden poner en peligro a la Estación Espacial Internacional y sus astronautas, algo que Rusia ha negado.
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