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19 de abril de 2024

Batida en Francia

Batida en FranciaAFP

Elecciones en Francia

El debate sobre la caza en Francia irrumpe en la campaña para las presidenciales

La disputa entre cazadores y animalistas regresa una vez más a la actualidad francesa a pocos meses de las elecciones presidenciales

En la fría niebla matinal de un bosque de Francia, Michel se agacha, explora el suelo helado y se incorpora con los ojos brillantes, tras encontrar huellas recientes de jabalí o de corzo que sus amigos cazadores rastrearán horas después.
«Me encanta, me encanta. Casi que prefiero encontrar que matar, saber que no me he equivocado y que los animales están aquí», susurra este agricultor de 62 años en un bosque de Morvan, que caza los domingos desde hace décadas.
Durante todo el día, él y sus compañeros –ocho de la zona y dos de la ciudad– se lanzarán a la caza del jabalí, vestidos con sus abrigos naranjas. «Una pasión» ligada «al amor por la naturaleza», asegura.
Los cazadores saben que protagonizan un tenso debate que siempre se exacerba en período electoral. Aunque su número se reduce –de los 4 millones con permiso, 1,2 millones están activos–, Francia es el país de Europa con mayor número, más que España o Italia.
Todos los aspirantes a la presidencia de Francia, salvo los ecologistas, intentan acercarse a este heterogéneo electorado. El actual mandatario, Emmanuel Macron, redujo de 400 a 200 euros el precio del permiso para cazar.
Su ministro de Transición Ecológica, el conocido presentador de televisión Nicolas Hulot, dimitió en 2018 del gobierno del dirigente liberal, denunciando, entre otras cosas, el peso de los grupos de presión, entre ellos el de los cazadores.

Incomprensión total

El candidato de Caza, Pesca, Naturaleza y Tradiciones (CPNT), defensor de la ruralidad, logró más de 4% de votos en la presidencial de 2012.
«Se cuida más a los cazadores que a los senderistas y a los recolectores de setas, ya que tienen mucho más peso en el debate y están muy bien organizados», lamenta Guy Hervé, responsable local en Yonne de la Liga de Protección de las Aves.
«Por supuesto que tenemos un peso. Y venderemos nuestra visión de las cosas para 2022», aseguró recientemente Willy Schraen, el jefe de la Federación Nacional de Cazadores (FNC), apoyándose en la imagen de una Francia rural y tradicional, que busca recuperar a los presidenciables.
Parte de los cazadores son, sin embargo, neorrurales o viven en la ciudad, como Thierry. Este parisino ultima su traslado a la zona del Morvan, donde caza desde hace cinco años, y lamenta la «incomprensión total» entre partidarios y detractores de la caza.
«Tenemos una imagen completamente errónea de los cazadores. Los vemos como amantes de la carne que buscan matar, matar, matar. Yo, lo que veo es respeto y días entre amigos en plena naturaleza», defiende este antiguo profesor.
El conflicto, recurrente, se ha recrudecido en los últimos años con la importancia creciente de los temas vinculados a la ecología, el bienestar animal y el disfrute de la naturaleza.

¿Sin caza el fin de semana?

En el bosque patrimonial de Branches, en cada árbol a la entrada de un camino aparecen pancartas con el mensaje: «Caza el sábado, el domingo y días festivos. Paseos peligrosos».
La exasperación aumenta entre los opositores a esta práctica, también muy organizados, tras una serie de accidentes en los últimos meses que pusieron de nuevo sobre la palestra el debate sobre la seguridad.
Aunque el número ha retrocedido desde hace 20 años, siete personas perdieron la vida durante la temporada de caza 2020/2021 –poco activa por la crisis sanitaria– frente a 11 en 2019/2020.
Una petición reclamando la prohibición de caza los miércoles (día con asueto escolar en Francia) y los domingos recogió más de 120.000 firmas el pasado otoño boreal y motivó que el Senado creara una comisión sobre la seguridad.
El candidato ecologista a la presidencial, Yannick Jadot, propuso prohibirla durante el fin de semana y las vacaciones escolares, generando protestas.
«Yo soy como todo el mundo, trabajo durante la semana. La caza es para el fin de semana», asegura Christian, un miembro de la batida del jabalí en Pouques-Lormes.
Francia es el único país europeo que permite cazar todos los días durante la temporada. En el Reino Unido, Italia, Holanda o Portugal, se prohíbe uno o varios días.

Regulación

Además, el número de especies cazadas en Francia (90), algunas consideradas como amenazadas, es el mayor de Europa.
Los defensores de los animales reclaman desde hace años la prohibición de determinadas técnicas tradicionales o no selectivas, como la caza de aves con pegamento.
El Consejo de Estado les dio la razón, pero «es un combate continuo, por cada especie», explica Guy Hervé, de la Liga de Protección de las Aves, precisando que su organización no es «anticaza».
Hervé asegura comprender el argumento de los cazadores sobre la «regulación» de jabalíes, una especie que prolifera y arrasa cultivos.
Pero para el activista Pierre Rigaux, antiguo miembro de la Liga que aboga por la prohibición total, «las posiciones son irreconciliables».
«No podemos pedir a un torero que llegue a un acuerdo con un anticorridas», sentencia.
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